Corría 1987 cuando Antonio Pérez, con tan sólo 10 años, fue testigo de una riada que anegó las calles de San Pedro del Pinatar (Murcia), su localidad natal. “Recuerdo como el agua llegaba a los tejados de las casas y fue en ese momento cuando abrí los ojos y empezaron a interesarme las labores de emergencias”, explica el murciano a EL ESPAÑOL. Hoy, casi 40 años después, el hombre no sólo es técnico de emergencias profesional, sino que ha seguido estudiando para mejorar. Además, sigue siendo voluntario en catástrofes como la causada por la reciente DANA en Valencia.
Antonio Pérez (Murcia, 1977), en este sentido, trabaja como técnico profesional de emergencias desde 2008, “pero desde 1994 hasta esa fecha fui voluntario; a partir de ese año ya fue mi profesión”, puntualiza el hombre. La pasión por auxiliar a los demás y ayudarles en los momentos más críticos siempre ha corrido por sus venas hasta el punto de querer mantenerse actualizado en las labores de emergencias.
Para ello, Antonio Pérez ha estudiado –y concluido hace un año– la Formación Profesional de Técnico Superior Coordinación de Emergencias y Protección Civil. Es un ciclo superior que podría interpretarse como la continuidad del ciclo medio Técnico en Emergencias y Protección Civil. Los dos tienen una empleabilidad en España que está entre “el 95 y el 100 %”, explican a este diario fuentes del sector, y los dos proporcionan al estudiante unos conocimientos y aptitudes necesarias para los profesionales de emergencias.
“Estos ciclos permiten a los estudiantes acceder a trabajos de bomberos, ya sean forestales, industriales, municipales (...), o como los que realizan los agentes y técnicos de Protección Civil. De hecho, ya existen proyectos de ley que obligarán a los profesionales de coordinación o gestión de emergencias tener estudios como el de Técnico Superior Coordinación de Emergencias y Protección Civil”, explica a este medio José María Cegarra, profesor de Universae especialista en la enseñanza de estos ciclos tras dos años de docencia.
En cuanto al salario, el profesor Cegarra es cauto y explica que “dependiendo del trabajo que desempeñe cada estudiante, el salario varía”. Por ejemplo, dice que de media “un bombero puede alcanzar los 2.500 euros mensuales, en algunos casos 3.000, pero son los que menos; un brigada forestal entre 1.800 y 2.000 euros; o un agente de Protección Civil entre 1.500 o 1.600 euros”. Lo que queda fuera de toda duda es que los nuevos profesionales que estudien las citadas FP tienen una empleabilidad cercana al 100%.
De voluntario a profesional
Pese a todo, como ha reconocido en todo momento el exalumno Antonio Pérez, él nunca quiso estudiar el ciclo de Técnico Superior Coordinación de Emergencias y Protección Civil con el objetivo de encontrar o escalar en su trabajo. “Me quería actualizar”, dice. Él ya tenía trabajo como técnico de emergencias desde 2008, así que estudiar el grado no fue lo que le abrió las puertas del mercado laboral. Fue su propia experiencia y sus ganas de progresar.
Empezó como voluntario allá por 1994. “Era joven y era voluntario de Cruz Roja. A partir de ahí, hice cursos de primeros auxilios y luego me especialicé en socorrismo acuático, pero la vida luego me llevó por otros derroteros”, dice. Esos “otros derroteros” fueron el estudio de una Formación Profesional de Delineación, pero nunca abandonó el voluntariado. Siempre colaboró con Cruz Roja y más adelante con Protección Civil.
Ahí fue donde inició su carrera remunerada como técnico de emergencias. Lleva ya 16 años dedicándose a ello, pero en 2021 inició la FP de Técnico Superior Coordinación de Emergencias y Protección Civil “como enriquecimiento personal”, cuenta. Aun así, sus nuevos estudios le habilitan para coordinar la acción de los voluntarios en el caso de que se desencadene una emergencia.
Como trabajador, Antonio Pérez ha acumulado muchas experiencias a través de los años. Cuenta que participó en las labores de rescate y ayuda a los vecinos de los municipios murcianos en las DANAs de 2009, 2011 y 2019. “Ésa fue especialmente dura porque cayeron 270 litros por metro cuadrado en nuestra localidad”, recuerda. También ha participado en labores de extinción de incendios. Recientemente, ha ido a ayudar a los afectados de las pedanías de Alfafar, en Valencia. “Ahí lo hice un fin de semana a título personal, como voluntario”, explica.
Realmente, Antonio Pérez lleva una vida ligado a las emergencias y está contento de haber podido seguir formándose en una FP que, para los nuevos trabajadores, tiene 100% de empleabilidad. Eso sí, no quiere cerrar la conversación sin dar un consejo más: “Creo que hay que formar a toda la sociedad para saber cómo reaccionar ante las catástrofes y las emergencias. Así se podrían evitar disgustos mayores”, culmina.
La FP media y la superior
Como se ha explicado, hay dos FP que pueden habilitar para ser bombero o técnico de emergencias. Pero ¿cuál es la diferencia entre ellas? El profesor José María Cegarra tiene la respuesta: “La FP de Técnico en Emergencias y Protección Civil es un grado enfocado a la operatividad de Protección Civil y enfocado al tema de formación de bomberos para poder trabajar como bombero, agente de emergencias y Protección Civil. En cambio, la FP de Técnico Superior Coordinación de Emergencias y Protección Civil, como su propio nombre indica, va enfocada a la coordinación y gestión de los equipos de bomberos o Protección Civil”.
Ambas FP están íntimamente relacionadas y las dos tienen entre el 95 y el 100% de empleabilidad. Antonio Pérez, por ejemplo, estudió la suya en Universae, una institución educativa especializada en FP. ¿Y en qué consisten los grados? “Además de recibir formación teórica, los alumnos disponen en Murcia de un campo de prácticas que es la infraestructura educativa que más escenarios de emergencia ofrece de todo el país, con hasta trece zonas que recrean innumerables escenarios relacionados con las catástrofes y las emergencias en general y donde se pueden simular rescates, operaciones de salvamento, abordaje de incendios…”, explica la institución.