El pan y los cereales son un alimento básico en la dieta mediterránea. Mientras que en Japón utilizan el arroz para acompañar a todas las comidas, en España se utiliza el pan. La sencillez de su elaboración ha propiciado que muchas personas se animen a elaborarlo por su cuenta. Por ello, cada vez son más las panaderías que deciden innovar con los panes variando sus ingredientes y añadiendo cereales o frutos, incluso chocolate.
Cristina es panadera y ha empezado a trabajar en una nueva panadería en el barrio de Prosperidad en Madrid, que abrió hace apenas un mes. Muchas personas, curiosas se acercan a probar los distintos tipos de panes que tienen expuestos en la repisa.
Para ella, "el mejor pan es el de espelta y centeno por el sabor ácido y su miga compacta". Además, este es uno de los panes más recomendables para la salud por su alto contenido de hidratos de carbono de absorción lenta y de fibra, lo que le hace muy beneficioso para las personas que sufren de diabetes y las que quieren adelgazar.
Por otro lado, en la panadería donde trabaja Cristina, todos los panes son hechos con masa madre. Ella considera que es mejor tanto para la salud como por su sabor, que lo hace más intenso. El pan de masa madre es más digestivo y tiene un bajo índice glucémico, lo que hace que no sea perjudicial al metabolismo como podría serlo el pan blanco. Por otro lado, la masa madre reduce la sensación de hambre y sacia más que otros alimentos.
A Cristina le gustan los panes que se salen de la norma: "Para mí el peor pan es uno clásico neutro, como la típica pistola, que no innova o un pan de pasas, que no suele gustarle a la gente". Sin embargo, estos panes clásicos son los que más se venden, porque son los que normalmente la gente utiliza para acompañar su comida en casa o para hacerse el típico bocadillo de embutido.
En contraposición, "el pan que menos se vende es también uno básico, una hogaza que tenemos que pesa un kilo, porque a la gente le parece demasiado", asegura Cristina. En España, la costumbre es comprar el pan en el día, para que no se ponga duro. Por ello, un pan tan grande no resulta atractivo para las personas del barrio.
Cristina recomienda los panes que llevan frutos naturales: "Recomiendo uno que también se vende mucho, que es el de aceituna y nueces. Lleva aceite de oliva y varias hierbas, lo que le da al pan un sabor muy intenso y lo hace saludable", asegura Cristina.
Este tipo de panes se pueden comer solos o acompañados, dado que su gran cantidad de nutrientes y su sabor intenso lo hacen un alimento único. "De ese estilo también recomendaría uno que tenemos ahora en Navidad de ciruelas pasas, orejones y nueces, que lo hace muy dulce y sabroso", asegura.
A la pregunta nuevamente de qué pan no recomendaría, Cristina duda, ya que considera que los panes que ella vende son de muy buena calidad. Pero cuando piensa en panes que no están en su panadería, lo tiene claro: "El pan industrial y el congelado que se suele vender en las tiendas de alimentación que lleva más químicos y es de los que más consumen".
El pan que se vende en las tiendas de ultramarinos, normalmente, contiene muchos aditivos y conservantes que no son buenos para la salud. Este tipo de panes, aparte de no tener tanta calidad y sabor como lo pueden tener los que están hechos de forma artesanal con ingredientes naturales, los aditivos que se añaden los hacen ser menos favorables para la salud.
Además, al estar cocinado con tanta rapidez, muchas veces se queda crudo, lo que puede provocar dolores de tripa. El pan que se hace de manera artesanal en un obrador tiene unos tiempos de cocción muy marcados y, por ejemplo, en el caso de esta panadería, la masa madre que contiene su pan puede hacer de conservante natural, sin necesidad de incluir ingredientes químicos.