Casi cinco millones de metros cúbicos de barro obstruyen la red de saneamiento de la zona cero de la DANA en Valencia y a esa cifra que recorre el subsuelo, también hay que sumarle las montañas y montañas de lodo que hay en calles, avenidas... Tal lodazal estancado, ya está generando el siguiente escenario de riesgo que la Generalitat valenciana debe gestionar con rapidez, debido a las peligrosas consecuencias que puede tener para la salud de los vecinos y del personal militar y de emergencias que trabaja a destajo, para recuperar la normalidad en los pueblos de Paiporta, Alfafar, Catarroja, Sedaví, Masanasa...
"Todo ese lodo, cuando se seca, empeora la calidad del aire, generando un polvo en suspensión que se queda durante meses sobre el ambiente de la zona cero, como una especie de nube cargada con partículas", tal y como alerta el médico pediatra Juan Antonio Ortega (Cartagena, 1967), jefe de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Virgen de La Arrixaca de Murcia: el centro hospitalario de referencia para toda la comunidad murciana.
"La materia particulada en suspensión la inhala la población", insiste el doctor Ortega, toda una eminencia en este campo porque es el coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría. Además, este facultativo escribió el libro Llamando a la Tierra y realizó una investigación con 1.100 menores de edad, sobre los efectos que tuvo para la salud la DANA de 2019 que asoló Los Alcázares: una localidad de la costa murciana -a orillas del Mar Menor-.
"El polvo en suspensión que se está generando lleva los materiales contaminantes que ha arrastrado el lodo", según prosigue advirtiendo este facultativo que está haciendo un seguimiento de la situación de la zona cero de Valencia, tomando como referencia los resultados del amplio estudio que realizó en la DANA de Los Alcázares, bajo el título: 'Impacto de las inundaciones en la salud de la infancia y la adolescencia'.
Hasta ahora se ha hablado mucho de las consecuencias infecciosas que puede tener para la salud de los residentes en la zona cero, que están expuestos a las aguas estancadas, grises o fecales, pero las autoridades se están olvidando de un enemigo invisible: el polvo que generan los cinco millones de metros cúbicos de barro que obstruyen el 51% del alcantarillado. Esta red presta servicio a más de 400.000 personas afectadas por la peor DANA del siglo y cuya cifra de fallecidos se eleva a 219 en Valencia, por lo que es crucial limpiarla cuanto antes.
- ¿Qué tipo de contaminantes lleva ese polvo que está generando el lodo estancado en Valencia y que inhala a diario la población?
- Juan Antonio Ortega: Ese lodo no solo lleva aguas fecales y grises, también arrastró pesticidas de las explotaciones agrícolas, productos químicos, derivados del petróleo como el combustible de coches...
La materia particulada que está generando la bestial cantidad de lodo acumulada, según la experiencia de este facultativo, en base al estudio sanitario que realizó sobre la DANA de Los Alcázares de 2019, provocará "un deterioro" del ecosistema que rodea a los pueblos de la huerta valenciana durante los tres meses posteriores a la riada. Y este escenario, puede tener efectos sobre la salud de la población a los seis meses: "Como médico me preocupa lo que puede pasar a medio plazo".
De hecho, el jefe de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica de La Arrixaca de Murcia lanza un consejo al president de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón: "Debe realizar un estudio de la calidad del aire en la zona cero de la DANA". Tal investigación debe ser pormenorizada, para que se monitorice la evolución diaria o semanal que tienen los componentes que hay flotando en el ambiente y que inhala la población de Paiporta, Alfafar, Catarroja, Algemesí...
"Los seres humanos necesitan oxígeno", recuerda el doctor Ortega, al tiempo que ejemplifica que la calidad del aire que pueden estar respirando desde hace días los vecinos de la huerta valenciana, tiene similitudes con al ambiente contaminado por las partículas sólidas PM10 que se acumulan en zonas urbanas, lastradas por un tráfico excesivo de vehículos.
"Este polvo que genera el lodo acumulado y seco, contiene partículas gruesas, como la arena, y todos los contaminantes arrastrados por la DANA", tal y como vuelve a repetir este médico, con espíritu de divulgador científico y de activista medioambiental.
- ¿Qué efectos puede tener este polvo que flota en el ambiente sobre la salud de los residentes de la zona cero de la DANA?
- Juan Antonio Ortega: Un incremento de los problemas respiratorios, también puede agudizar casos de pacientes crónicos, como ancianos que están diagnosticados de EPOC [enfermedad pulmonar obstructiva crónica], niños que padecen asma, adultos con riesgo de sufrir infartos porque tienen problemas cardiovasculares...
También pueden llegar a producirse partos prematuros de embarazadas o que los bebés nazcan con menor peso de lo habitual. Sin olvidar, los efectos que puede tener para la salud mental de la población.
Tan importante es protegerse del peligroso ambiente que está cocinando "el polvo con materia particulada" que desprenden las toneladas de lodo acumuladas en la zona cero, que este reputado facultativo, criado en la diputación cartagenera de La Aljorra, recomienda recuperar la 'cultura Covid' a todos aquellos residentes en los pueblos de la huerta valenciana arrasada por la DANA: "Habrá que usar mascarilla durante meses".
El doctor Ortega no exagera porque esta descomunal masa de barro que se ha solidificado tres semanas después de aquel trágico martes 29 de octubre, mantiene movilizados a 130 camiones cuba, palas y tractores, para atajar un lodazal mezclado con las aguas negras de la población y contaminantes químicos, como los pesticidas y abonos agrícolas, para evitar un problema de salud pública, incluso plagas de insectos.
Prueba de ello es que lo que más inquieta en Paiporta es el lodo superficial que provoca olores fétidos en varias calles. En otros municipios sepultados por un paisaje color sepia que desprende una tristeza luctuosa, como en Benetússer, su Ayuntamiento está tirando de sacas de obra para eliminar el maldito barro.
"El cambio climático, existe y es real. Hemos pasado de 120 inundaciones a principios de siglo a 170", según reflexiona el jefe de la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica de La Arrixaca, para acabar con cualquier discurso negacionista. "Esto tiene que ser una oportunidad para que los gobiernos aprendan a gestionar el escenario posterior a cualquier DANA. Lo ocurrido en Valencia ha sido una bomba de agua".