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El Cazador se ha convertido en uno de los bastiones de la parrilla de Televisión Española por la tarde. Se ve las caras ante grandes formatos como Pasapalabra, ¡Boom! o Reacción en cadena, cuyos presentadores, Roberto Leal, Christian Gálvez y Ion Aramendi, son muy conocidos por el público.

Precisamente este último fue maestro de ceremonias del concurso de La 1 en sus inicios en febrero de 2020, pero cuando el donostiarra se marchó a Telecinco en 2022, fue sustituido por Rodrigo Vázquez, que se ha convertido en uno de los presentadores estrella de Televisión Española en los últimos años.

El gallego acaba de celebrar las 1.000 emisiones de El Cazador en las tardes de La 1. Para conmemorar una cifra tan redonda, el plató del programa contó con cuatro participantes históricos de los concursos en España como Montse Cano (veterana de formatos como ¡Boom! o Saber y ganar), Marta Terrassa, Luis de Lama y Nacho Mangut, que han participado en varias ocasiones en Pasapalabra.

Rodrigo Vázquez, presentado de 'El Cazador'.

Precisamente este último fue el único eliminado para la ronda de la entrega especial de El Cazador, quedándose sus tres compañeros frente a frente con otro concursante mítico y ahora cazador, Erundino Alonso (miembro de Los Lobos de ¡Boom!). Al final, entre Marta, Montse y Luis consiguieron vencer al madrileño, llevándose un jugoso premio de 20.000 euros que se repartieron entre los tres conocidos concursantes.

EL ESPAÑOL ha contactado con Vázquez para hacer un balance de más de 500 entregas que ha presentado, qué ha supuesto para su carrera este concurso y sus aficiones cuando no está en el plató de El Cazador como la cocina, la música o el fútbol.

Haciendo historia

No es fácil que un programa, concurso o serie se asiente en la programación de una cadena. Por eso, logros como el que acaba de conseguir El Cazador, superando las 1.000 entregas en Televisión Española, es un hito que hay que celebrar.

Rodrigo Vázquez, su presentador, así lo ve: “Es una cifra muy bonita, y más en los tiempos que corren en este mundo de la televisión en el que todo es tan efímero. Estamos en el mundo de la dopamina, en el que todo llega rápido, pero también se va velozmente”, señala.

El gallego añade: “Que El Cazador haya aguantado todos estos años en la parrilla con más de 1.000 emisiones, y que yo haya hecho más de la mitad, es todo un orgullo. Estoy muy agradecido a la cadena y a la productora que, en su día, confiaran en el formato y en mí”.

Pregunta.- En el programa 1.000 estuvieron concursantes muy experimentados como Marta Terrassa, Montse Cano, Luis de Lama y Nacho Mangut: ¿Notó la diferencia entre las tablas en televisión que tenían ellos y los participantes novatos que van otros días a El Cazador?

Respuesta.- Estos súper concursantes, que están en un par de escalones por debajo de los cazadores que tenemos en el programa (Erundino Alonso, Paz Herrera, Ruth de Andrés, Lilt Manukyan y Orestes Barbero), tienen ya muchas horas de plató, de televisión y saben lo que es enfrentarse a muchas baterías de preguntas y cuestionarios. Les ves con otros andares cuando llegan, tienen mucha capacidad para templar los nervios, para razonar… porque, muchas veces, no solo es saberse las preguntas, es dar con la respuesta correcta y, para eso, es necesario deducir, razonar, intuir... Y sí que a la gente que tiene un mayor bagaje televisivo y que ha estado más concursos, se les nota. Tienen otras armas, por así decirlo así, que los novatos. Para mí es un placer haber compartido plató con concursantes experimentados como ellos.

Rodrigo Vázquez y Paz Herrera, Orestes Barbero, Ruth de Andrés, Lilt Manukyan y Erundino Alonso, los cazadores del programa.

P.- Después de tantos programas, ¿sería capaz de vencer a alguno de los cazadores?

R.- Mi papel no es ese, ya que las preguntas las hago yo. Lo que tengo que hacer es dinamizar el programa, darle ritmo, hacer que estén cómodos, que tengan unos buenos duelos con los concursantes. Yo estoy para otras cosas. En un concurso de preguntas y respuestas no podría con ellos, pero al pádel, al tenis o jugando a la videoconsola sí que les ganaría (risas).

P.- ¿En qué nota que ha cambiado tras presentar más de 500 programas de El Cazador?

R.- Sobre todo he notado que ha crecido el vínculo que tengo con todo el equipo por tantas horas de emisión y con el formato, que ya lo conocía (la versión original es británico y se llama The Chase) antes de que se emitiese en Televisión Española. Me siento más cómodo y lo podría comparar como cuando llevas conduciendo un coche mucho tiempo, que al más mínimo ruido que escuchas, ya sabes qué falla.

P.- ¿Qué consejo le daría a ese Rodrigo que entró por primera vez en el plató de El Cazador?

Rodrigo Vázquez de niño en la playa. Cedida

R.- Que desde el primer programa siempre tiene que haber miel y propóleo, por si acaso, para cuidar la voz. Cuando tenemos grabaciones muy intensas, como nos ha pasado en algunos periodos de la producción, ser precavido y cuidar la garganta y la voz. El Cazador es un programa que exige leer rápido, también desgasta y hay tener un mayor cuidado físico. Por suerte, no he tenido ningún problema con la voz, que haya fallado por cansancio y haya tenido que dejar de grabar, pero es porque soy muy precavido y la cuido. Es nuestra principal arma y la tenemos que cuidar.

P.- ¿Y qué cree que le ha aportado El Cazador como persona? ¿Y como presentador?

R.- Abrir la puerta en Televisión Española te da la oportunidad para trabajar en un sitio que, más que un canal de televisión, para mí es una escuela. Toda la gente que me he encontrado en el camino desde mi primer paso en televisión, allá por 2008, era gente o que había trabajado directamente en Televisión Española o que había trabajado con gente que había pasado por RTVE.

Los maestros de la televisión en España, de todas las cadenas, han pasado en algún momento por aquí o han aprendido en algún momento de gente que ha estado en Televisión Española. Es bueno tener la oportunidad de trabajar para la catedral de la televisión en España. Me hizo mucha ilusión cuando me llamaron y me siento muy orgulloso de tener oportunidad de trabajar para esta casa durante el tiempo que ellos quieran contar conmigo. ¿Personalmente? La oportunidad de poder trabajar y disfrutar desde dos ciudades de vivir un poco a caballo entre Galicia y Madrid porque te da tiempo a quedarte con lo bueno de ambas partes, difuminándose lo malo.

Momento de desconexión

La vida de Rodrigo Vázquez transcurre entre Galicia y Madrid. Mientras que en la capital está su trabajo, en el norte está su familia, amigos y la mayoría de sus aficiones, como ir cada vez que puede al estadio de Riazor a animar a un histórico del fútbol español, el Deportivo de La Coruña.

Durante el confinamiento, Vázquez retomó su afición por las videoconsolas, decidiendo que la mejor manera de pasar el tiempo era conectar con su yo adolescente. Se compró una consola de videojuegos, pasándose horas jugando: “Siempre me encantaron”, reconoce.

Rodrigo Vázquez, jugando al fútbol. Cedida

Dos a los que más se enganchó fueron el Fifa, donde los partidos de fútbol ganando ligas y Champions le hicieron volver a tiempos pasados, o el Red Dead Redemption 2, un videojuego que le encanta y que le amenizó mucho el confinamiento. Pero el aumento de proyectos laborales le ha obligado’a dejar de lado esa afición: “Antes me gustaba jugar a la videoconsola, pero no tengo tiempo, y el poco libre lo dedico a cocinar. Mi plato estrella es el rape al horno, y a tocar la guitarra, que me sirve como mecanismo antiestrés, es mi juguete favorito”.

P.- ¿Qué le gusta hacer para desconectar de la televisión?

R.- Me relaja mucho la cocina, pero no para hacerlo a diario, digamos que me gusta cocinar mucho, pero pocos días (risas). Me obliga a centrarme sólo en lo que tengo delante, me hace desconectar, me gusta inventarme platos o modificar algunas recetas. Eso sí, el plato más delicioso que he probado en la vida son los huevos encapotados que hacía mi abuela. Por desgracia no los voy a volver a probar porque ella ya no está en condiciones para cocinar.

También me gustan mucho las motos, tengo una clásica que era de mi tío y estaba abandonada en un garaje. La restauré y ahora me doy paseos con ella por Galicia que me sirven para despejar la mente. Siempre barro para casa así que, sin duda, mi tierra es un lugar para perderse y para encontrarse a uno mismo.

Rodrigo Vázquez, con su moto clásica. Cedida

P.- ¿Y algo que pueda sorprender a los espectadores de El Cazador y que todavía no conozcan?

R.- La verdad es que creo que no tengo nada demasiado rimbombante en la chistera, soy un tipo bastante normal si me comparo con la gente que tengo alrededor. Me gustan mucho los festivales, la música en directo y dedico la mayor parte de mi tiempo libre a esto y viajar cuando se puede. A nivel más doméstico, odio planchar con todas mis fuerzas y limpiar los cristales, que en Galicia es un trabajo muy duro porque hay que repetirlo a diario. Como cosa curiosa puedo contar que el 31 de diciembre ni mi hermana ni yo tomamos las uvas, en su lugar hacemos doce bolitas de miga de pan y nos las comemos con las campanadas.