Son las 9:00 de la mañana. Un paciente de un hospital público de España entra en quirófano y, por suerte, la intervención es tan rápida que a las 9:15 ha concluido con éxito. Sin embargo, en la hoja clínica de esta persona se registra que el final de la cirugía fue a las 9:45. Media hora después. “En este ejemplo, que ocurre cada día, la realidad no coincide con la hoja clínica porque los médicos y sanitarios tienen que estar atendiendo a más pacientes y muchas veces registran lo ocurrido a posteriori, cuando pueden”, explica a EL ESPAÑOL Salvador Vera, CEO de Mysphera.
El problema que detectó el equipo de este ingeniero eldense precisamente es ése: al no registrarse el horario de la cirugía de manera automática hay cierto desfase en los horarios de los procesos. Eso no quiere decir, en ningún caso, que el paciente vaya a estar peor atendido durante la operación, pero sí influye en la pérdida de eficiencia de un hospital, ya sea público o privado. En el ejemplo anterior, si todo se hubiese registrado con fidelidad a la realidad, la sala de cirugía podría estar disponible para el siguiente paciente 30 minutos antes. Minuto a minuto se ahorra un valioso tiempo que es vital en la Sanidad.
En el caso contrario, perder el tiempo influye en que los retrasos en las cirugías están a la orden del día, engrosando las listas de espera de todo el Sistema Nacional de Salud de España (SNS). Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, los del primer semestre de 2024, el tiempo medio que debe esperar un paciente para ser intervenido quirúrgicamente es de 121 días, pero Mysphera, la empresa de Salvador Vera, consigue aumentar “un 15 %” las cirugías, lo que podría rebajar esa media de espera unos 18 días.
Así se pretende dar respuesta a un problema estructural del SNS, pues los 848.340 pacientes que se encontraban en lista de espera a mitad de año –récord histórico– deben esperar más de cuatro meses para una operación. Un tiempo que incluso podría incrementarse si, finalmente, los 1,5 millones de mutualistas de MUFACE acaban bajo el paraguas de la Sanidad Pública. Según la Fundación IDIS, si ocurre esto, aumentaría el gasto sanitario público en 1.214 millones de euros anuales y supondría un incremento del 166 % en las listas de espera.
La solución de Mysphera
Como los datos de las listas de espera son sangrantes, Salvador Vera (Elda, Alicante, 1976) creó Mysphera, una empresa alicantina que “aplica la tecnología y la digitalización para agilizar el flujo de pacientes en las diferentes unidades de un hospital o centro sanitario”. Esto, según explica a este diario la entidad, “consigue optimizar los quirófanos incrementando de media un 15 % las cirugías, lo que conlleva una reducción significativa de las listas de espera”.
Gracias a la tecnología de Mysphera los registros de las fases de una operación se automatizan provocando una mayor eficiencia en los hospitales. En España, de hecho, más de 50 centros hospitalarios públicos y privados ya han contratado sus servicios y están aligerando sus listas de espera. Ejemplo de ello serían los hospitales 12 de Octubre, en Madrid; Vall d'Hebron, en Barcelona; o el Virgen del Rocío, en Sevilla. “Según nuestros estudios, en cuatro o cinco años se podrán tener listas de espera quirúrgicas en unos mínimos aceptables”, proyecta Vera.
De momento, hasta llegar a esa situación de “mínimos aceptables” planteada por Salvador Vera, el CEO dice que Mysphera está consiguiendo que los hospitales realicen “un promedio de 15 % más de cirugías” desde que contrataron sus servicios, lo que alivia las listas de espera. A tenor de los datos publicados por el Ministerios de Sanidad, esto significaría que los 121 días de media que esperan los españoles quedarían reducidos a menos de 103 días. 18 días menos.
Si analizamos el detalle, los españoles esperan de media 236 días para una cirugía plástica, que podrían reducirse hasta los 200 días si se ampliase el uso de la tecnología de Mysphera a más hospitales. O también se rebajaría desde los 189 días a los 160 en neurocirugía o desde los 65 días a los 55 en dermatología, por ejemplo. No obstante, y como se ha explicado, Mysphera sólo opera en unos 50 hospitales, de los cuales “un 80 % son públicos”, obteniendo buenos resultados.
Cómo funciona
¿Pero cómo funciona la tecnología de Salvador Vera y su equipo de Mysphera? ¿Cómo consigue esa reducción en las listas de espera en las cirugías? “El proceso de una cirugía siempre es el mismo, más o menos. Desde que el paciente entra hasta que sale. Al llegar, al paciente se le coloca una pulsera que utiliza la tecnología bluetooth con una serie de antenas, incluso usando la WiFi del hospital, que permite localizar su ubicación en todo momento”, inicia el CEO de Mysphera la explicación.
“El paciente, al estar geolocalizado por esta pulsera, proporciona una información que nos permite saber en qué estado del proceso se encuentra”, continúa. Es decir, cuando la persona llega le ponen la pulsera “y pasa a estar controlado en Enfermería”. Luego, entra en la fase de preparación de la cirugía. Se sabe que acaba esta fase cuando los sanitarios mueven al paciente al quirófano y así lo señalan los enfermeros pulsando un botón en la pulsera. “Sólo ellos saben cómo pulsarlo para emitir la señal correcta. Imagínate que el paciente pulsa y hace creer que ya está listo para la cirugía y en realidad no lo está”, puntualiza Salvador Vera.
El siguiente paso se da en la cirugía. Ahí, los sanitarios que intervienen incluso pueden mandar a través de la pulsera mensajes predeterminados de cara a informar a sus compañeros o los propios familiares “si la cirugía se retrasa; si se prolonga; si se acorta, etc.”, añade el CEO. De esa manera, en el hospital están informados de la disponibilidad de las salas quirúrgicas para poder aumentar el volumen de pacientes atendidos o no. En la fase del postoperatorio y de recuperación ocurriría algo similar: mediante la localización del paciente se va informando que ya está ahí y que ha liberado un quirófano y que ocupa esta sala.
Mientras tanto, los familiares y allegados del paciente intervenido pueden hacer seguimiento de todas las fases de la operación mediante el uso de una aplicación. “De ese modo, pueden estar en la cafetería mientras se desarrolla la cirugía y no en la sala de espera, por ejemplo”, dice Salvador Vera, quien inició este proyecto en 2012 junto a su equipo. Ahora, en 2024, Mysphera ya opera en más de 50 hospitales, tiene 38 empleados a bordo de la empresa y cerrará 2024 ayudando a 600.000 pacientes.
Debido al éxito que está teniendo esta tecnología es posible que la cifra de hospitales aumente en España, además de que ya se está extendiendo a otros países. En París, por ejemplo, Mysphera ya opera en un hospital. El proyecto, de hecho, seguirá creciendo gracias a la financiación de la Comisión Europea, que entrará como accionista. De momento, lo que ya ocurre es que la empresa de Salvador Vera está logrando reducir las listas de espera que hay en la Sanidad española.