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Beatriz está arrasada emocionalmente. Este sábado, tuvo que enterrar a uno de sus hijos mellizos, con solo 2 añitos, tras ser asfixiado a manos de su actual pareja sentimental: 'El Pakillo'. Y este lunes, le comunicaron a Beatriz que el otro mellizo había sido entregado a una familia de acogida después de recibir el alta hospitalaria. Todo ello, debido a que un juez le ha quitado la patria potestad a esta madre, para que la Junta de Andalucía asuma la tutela temporal del único superviviente de la brutal agresión que 'El Pakillo' perpetró contra un par de chiquillos indefensos.

"Me encuentro muy mal. 'El Pakillo' me ha quitado a mi niño", subraya entre sollozos Beatriz, rompiendo su silencio con EL ESPAÑOL, tras adquirir el doble rol de víctima e investigada en un crimen marcado por las agresiones -casi diarias- contra una madre y sus dos hijos que ha conmocionado a todo el país. De un lado, esta mujer es la tercera víctima de violencia vicaria que se registra en Andalucía en lo que llevamos de 2024. Y por otro lado, su nombre consta en la instrucción judicial como presunta autora de un delito continuado de malos tratos a sus propios mellizos.

"Quiero hablar y no puedo", admite con un hilo de voz Beatriz, al otro lado de un teléfono que le ha prestado un familiar, debido a que su móvil está siendo analizado por la Unidad de Atención a la Familia y Mujer [UFAM] de la Policía Nacional -como encargada de esta investigación-. "Yo no me esperaba esto", asegura esta madre, aunque apenas tarda unos segundos en admitir que la conducta de 'El Pakillo' no era la más apropiada para sus dos chiquillos: "A veces los trataba bien y otras mal".

'El Pakillo', tirado en el suelo, colocado, en una imagen cedida por el hermano de Beatriz.

Tanto es así que el jueves fue capaz -supuestamente- de ahogar con sus propias manos a una criatura, como represalia a su pareja porque Beatriz no le entregaba los 20 euros que había cobrado por limpiar la casa de una anciana, para que 'El Pakillo' pudiera saciar su presunta adicción al hachís. El consumo de drogas podría ser el desencadenante de la muerte violenta de un angelito de solo 2 añitos. Tal extremo lo deberá determinar la instrucción judicial, pero de momento, los familiares del niño están compartiendo por redes sociales una foto con este mensaje: "Este es el asesino de los niños. Compartirlo. Se tenía que ver así. De verdad, era un yonqui".

- ¿Cómo era su relación sentimental con 'El Pakillo'?

- Beatriz: A mí me amenazaba mucho. Me decía que me mataba, como le dijera a mi familia lo que me estaba haciendo. Él siempre llevaba una navaja en el bolsillo para pincharme.

Ese detalle de ir armado era algo habitual para Francisco R. D., de 28 años, alias 'El Pakillo': un delincuente reincidente por robos y trapicheos varios, conocido por algunos funcionarios de la prisión de Jaén como un recluso con perfil drogodependiente. De hecho, Bea confirma a este diario que empezó una relación sentimental con 'El Pakillo' cuando "acababa de salir de prisión". Los dos se conocían por haber pasado su infancia en el Barrio de Arrayanes: una zona de Linares marcada por la pobreza, la exclusión social, la marginalidad y el menudeo de drogas

A sus 33 años, Bea ya había sido maltratada por el padre de sus tres primeros hijos: un hombre que según afirma su madre "trató de obligarla a abortar", incluso "intentó atropellarla con el coche". De modo que esta mujer, como sucede con otras víctimas de violencia de género, volvió a poner en su vida a un -presunto- maltratador. Prueba de ello es que 'El Pakillo' no solo ha ingresado en prisión por el asesinato de un niño, también por dos delitos de maltrato infantil, uno de violencia de género, otro de violencia habitual y un delito de amenazas.

- ¿'El Pakillo' cuándo la maltrató por primera vez?

- Beatriz: Cuando llevábamos dos meses juntos. Me pegó por celos porque había salido a la calle. No quería que saliera a la calle. Me decía: 'A ti nadie te va a mirar ni te va a hacer nada, porque para eso estoy yo, que lo mato'. Cuando alguien me hablaba o salía a la calle, me decía: 'Ya vienes de follar, ¿no?' Y me pegaba palizones. Pero yo solo venía de trabajar y de ganar dinero para mis hijos, para comprarles pañales, toallitas y todo eso, aunque otras veces me quitaba el dinero porque lo quería para sus porros.

- ¿Y a sus hijos qué les hacía?

- Les pegaba empujones, sobre todo al mellizo que ha matado, a ese le cogió odio porque lloraba mucho cuando tenía hambre y quería comer. 'El Pakillo' decía que estaba muy gordo y que lloraba demasiado porque el niño quería estar por el suelo, andando para allá y para acá, pero él no quería. Yo le decía: 'Déjalo hombre. No le pegues más, estate quieto'. Entonces, cuando yo hablaba, me pegaba a mí también. 'El Pakillo' decía que los tres le teníamos que hacer caso: 'Me debéis obedecer a mí'.

Detalle de la tarjeta de presentación del presunto autor de los hechos en sus redes sociales. E.E.

El relato de esta mujer evidencia que tanto ella como sus dos hijos mellizos han sido víctimas de presuntos malos tratos. Pero lo más rocambolesco del caso es que muchos de estos episodios de violencia se producían en la casa del padre de Beatriz, en la calle Áurea Galindo de Linares, donde se instalaron Beatriz y 'El Pakillo' hace un par de meses, a raíz de que los echaron de su piso de alquiler. La única que aportaba a la economía familiar era esta treintañera, encargándose de hacer las labores de casa de una anciana del Barrio de la Paz: "Me pagaba 10 euros la hora".

- ¿Por qué no le pidió ayuda a su padre o a algún otro familiar?

- Beatriz: Porque tenía mucho miedo y 'El Pakillo' me amenazaba mucho con matarme. Él me solía decir: 'Esto no se tiene que acabar nunca. Tú y yo tenemos que estar siempre juntos porque tú eres para mí y para nadie más'. Yo le contestaba que podía salir a la calle y me pegaba.

- ¿A sus hijos también los maltrataba desde el principio de su relación sentimental?

- Beatriz: La primera vez que le pegó a mis hijos fue cuando ya vivíamos en casa de mi padre. Llevábamos juntos cinco meses. Les agredió porque estaban llorando mucho. Pero le pegó más a uno de los mellizos porque se llamaba como su padre biológico. Solo eran unos niños que querían que yo los cogiera en brazos y como se peleaban entre ellos, les pegaba.

A mí me gritaba: 'No los cojas que los vas a acostumbrar a estar solo en brazos. Déjalos que anden'. Así que yo le respondía: 'Hijo mío, si los cojo, me pegas, si los dejo en el suelo y se ponen a correr, a jugar y a llorar, también me pegas'. Les daba empujones a los niños y los tiraba contra el suelo. Yo no sabía ni qué hacer. Me daba palos sin saber el motivo.

- ¿Cuántas veces había agredido a sus hijos desde que se instalaron en casa de su padre?

- Les pegaba tres o cuatro veces a la semana. Les daba con la mano y también les pegaba mordiscos. A lo mejor me daba dinero, para que fuese a comprarle un Red Bull o unas pipas, y cuando regresaba ya les había pegado. Entonces, yo le recriminaba: 'Hijo mío, ¿pero qué les has hecho? ¡Por Dios!' Cuando les cambiaba los pañales les veía bocados en el culo y él me amenazaba: 'Le arranco los cachos a tu hijo'.

Luego, 'El Pakillo' comenzaba a llorar, se arrepentía, me decía que no lo iba a volver a hacer y me aseguraba que todo esto lo hacía porque necesitaba sus pastillas psiquiátricas para sus trastornos mentales: 'Necesito mi droga'. Entonces, yo volvía a confiar en él, le daba cariño y al día siguiente, otra vez le volvía a pegar a mis niños.

La Policía Nacional, este jueves, delante de la casa de Pepe, en el número 58 de la calle Áurea Galindo de Linares, donde la pareja de su hija ahogó a uno de sus nietos. Efe

La vida sentimental de esta vecina de Linares casi siempre ha sido un calvario. "Ha estado en programas de violencia de género hasta 2022, incluso estuvo en una casa de acogida para mujeres maltratadas por sus parejas", según detallan fuentes de los Servicios Sociales.

Una prima hermana cuenta que "Bea es una niña de la que todo el mundo se aprovecha, es muy pavica, no te cuenta ni una sola pena aunque no tenga ni para comer". "Es muy simple", insiste. La realidad de esta triste y trágica historia es que a Beatriz se le reconoció años atrás "una discapacidad psíquica", tal y como confirman estas fuentes de Servicios Sociales. Este dato podría explicar el motivo por el que esta madre aguantaba en silencio que su pareja pegase a sus hijos con total impunidad.

La otra lectura de esta terrible muerte de un niño es que el sistema ha fallado. De otra forma no se puede entender que pasara inadvertido para la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Linares que los mellizos vivían en una casa de los horrores, a la vista del currículum carcelario de la pareja de la madre de los menores y del expediente que arrastraba la propia Bea: la Junta de Andalucía le retiró la custodia de los tres primeros hijos que tuvo de un total de seis -con distintas parejas-.

En 2017, cuando dos de sus niños tenían 7 y 5 años, esta madre perdió su custodia "por abandono de menores" y "por estar en situación de riesgo", según fuentes de Servicios Sociales. En 2018, se le retiró la tutela de una hija que tuvo con posterioridad. "Había que proteger la salud física y mental de los menores". Los tres terminaron siendo adoptados por otra familia y ese camino es el que acaba de emprender el sexto hijo de Bea.

La Concejalía de Servicios Sociales defiende que hacía "un seguimiento" a la madre, pero advierte de que es la Concejalía de Infancia la responsable de los niños. Unos y otros se pasan la pelota, algo que no cambia lo sucedido el jueves en el número 58 de la calle Áurea Galindo, donde Bea y 'El Pakillo' convivían en la casa del abuelo de los nietos. "Cuando llegué a la casa, sobre la una y media, el niño ya estaba muerto en el sofá cuando lo cogí", recuerda Beatriz. "Su hermano mellizo estaba en el cuarto, con el chupete, un muñeco y 'callao' porque también la había pegado".

- ¿Estaba en la casa 'El Pakillo'?

- Yo le pregunté: '¿Qué le has hecho al niño? Mira cómo tiene la cara'. 'El Pakillo' me respondió: 'Tu hijo ya no va a llorar más porque está descansando'. Entonces, le volví a preguntar: '¿Por qué no respira? Hijo mío, que está muerto, mira la piel cómo la tiene, necesita ir al médico'. Y me respondió otra vez: 'Está descansando de la paliza que le he pegao'. Después empezó a pegarme a mí y al niño.

El padre biológico del mellizo asesinado, derrumbado en la puerta de la casa donde se produjo el asesinato, en la calle Áurea Galindo de Linares, custodiada por la Policía Nacional. Efe

- ¿Por qué hizo semejante atrocidad a dos niños?

- Beatriz: El jueves, yo estaba trabajando en la casa de una mujer del Barrio de la Paz, limpiando, para comprarle a mis hijos pañales y toallitas, pero 'El Pakillo' quería el dinero para droga. Yo tenía que estar desde las ocho de la mañana hasta la una de la tarde y 'El Pakillo' se quedó con mis niños. Él me estuvo llamando porque sabía que yo tenía 20 euros encima.

Estaba desesperado porque se quería ir de la casa. A las doce me llamó: '¿Qué haces?' Y yo le dije: 'Pues limpiar, si me llamas no puedo trabajar y la mujer no quiere que coja el móvil'. Entonces, me contestó: 'Bueno, venga, te dejo trabajar'. Yo se lo pedí por favor: 'Cuida de mis hijos, no les pegues'. Y 'El Pakillo' me aseguró que de verdad no les iba a hacer nada.

- ¿Y qué ocurrió después?

Él me seguía llamando por teléfono para ver cuándo llegaba a casa. Me hizo siete u ocho llamadas a la una del mediodía porque no le cogía el teléfono. Pero yo estaba muy nerviosa porque estaba intentando acabar mi trabajo y no sabía lo que me iba a encontrar en casa. Cuando terminé, le llamé para decirle que ya estaba llegando a casa y me contestó: 'Llegues o no llegues, te vas a llevar la paliza de tu vida. Tu hijo ya se la ha llevado. A tu hijo le he reventado la cabeza y la cara. Ahora faltas tú'.

- ¿Cómo se encontró a su pareja al llegar a casa?

- 'El Pakillo' me abrió la puerta, estaba furioso, atacado y con los ojos desencajados. Le dije que si me pegaba no pasaba a la casa y me contestó que entrase que mi hijo estaba en el sofá: 'Está ahí, tranquilito, te está esperando'. Pero me cogió de los pelos, me tiró contra el sofá y cuando cogí a mi hijo no respiraba. Estaba sangrando por la boca.

La autopsia ha revelado que este exconvicto le apretó el cuello y le tapó la nariz y la boca, hasta que no pudo respirar más el mellizo que se llama de la misma forma que su padre biológico y expareja actual de Bea. "Cuando llegué era la una y cuarenta minutos, no esperaba que me hiciera esto por llegar tarde a casa. Tenían los ojos morados, un hematoma en la cabeza...", sentencia entre lágrimas esta madre. "Mi hijo estaba reventado".