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Algunos presos del Centro Penitenciario Jaén le han puesto precio a la cabeza de Francisco R. D., de 28 años, alias 'El Pakillo': autor de un crimen de violencia vicaria, tras asfixiar -supuestamemte- con sus propias manos a uno de los dos hijos mellizos de su pareja, Beatriz. "'El Pakillo' está aislado por motivos de seguridad porque su vida corre peligro", tal y como asegura un delegado sindical de Instituciones Penitenciarias.

EL ESPAÑOL ha confirmado que en la prisión jienense hay presos que son familia directa del niño de 2 años al que mató y como medida de seguridad han aislado al 'Pakillo'. "Hay tíos del crío asesinado que son delincuentes reincidentes. Están cumpliendo condena por acumulación de delitos comunes, como los robos, y esos familiares podrían aplicarle la conocida como Justicia Penitenciaria", según advierte esta fuente. "La población reclusa suele tener un perfil muy primario y vengativo".

De modo que entre algunos de los 400 reclusos de este penal es probable que haya anidado un deseo de llevar a 'El Pakillo' al 'tigre': lo que se conoce en el argot carcelario como el cuarto de baño, para darle una paliza, como castigo por arrebatar la vida a un crío inocente, como supuesta represalia contra Beatriz por no darle 20 míseros euros -o la cantidad que fuese- para saciar su ansia de fumarse unos canutos de hachís.

Desde que un juez ordenó su ingreso en prisión este domingo, 'El Pakillo' "no está llevando una vida ordinaria" dentro de la cárcel. "Está saliendo solo al patio para evitar contacto con otros reclusos y le llevan la bandeja de comida a su celda". Básicamente, está confinado dentro de su 'chabolo' como en la pandemia y solo sale de dos a cuatro de la tarde, cuando el resto de presos están en su celda en el tiempo fijado para la siesta.

"En esas dos horas, lo más probable es que los funcionarios aprovechen para que salga al patio cuando no hay nadie, para que acuda al economato, a la zona para hacer llamadas telefónicas o a presentar alguna instancia", según ejemplifica este experimentado delegado sindical de Instituciones Penitenciarias.

Detalle de la tarjeta de presentación del presunto autor de los hechos en sus redes sociales. E.E.

Este veinteañero, criado uno de los supermercados de la droga de Linares, en el Barrio de Arrayanes, y que cuenta con antecedentes por robos, ya había estado privado de libertad en el Centro Penitenciario Jaén, como así lo atestigua el tatuaje taleguero que luce en su mano izquierda, con cinco puntos entre la base del pulgar y la del índice: el punto central simboliza al prisionero y los cuatro puntos exteriores, las paredes de la prisión, el lugar del que jamás debió salir 'El Pakillo'.

También lleva tatuada su fecha de nacimiento -1996- en sus nudillos, los mismos que estrelló contra el cuerpecito de los hijos mellizos de Beatriz que solo tenían 2 añitos. En su regreso a esta cárcel jienense, a Francisco R. D. no le han clasificado como antaño, como un delincuente de perfil bajo, con una conducta delictiva reincidente y marcada por su adicción a las drogas. Todo lo contrario, lo normal es que después de matar a un niño y apalear a otro, le hayan catalogado como un FIES 5.

Prueba de ello es que el currículum delictivo de 'El Pakillo' ha dado un peligroso salto, de los palos en gasolineras, a un delito de asesinato de un niño, de 2 años, dos delitos de maltrato infantil, uno de violencia de género, otro de violencia habitual y un delito de amenazas. "Debe estar clasificado como un FIES 5: un preso que necesita un seguimiento especial, bien por sus vínculos con el crimen organizado o por la especial gravedad del delito que ha cometido, provocando una gran repercusión social".

De hecho, este delegado sindical que se conoce la realidad de las cárceles de Andalucía, compara la situación en prisión de 'El Pakillo' con la de José Bretón: autor del doble asesinato de sus hijos, Ruth, de seis años, y José, de dos años, a los que quemó en una hoguera -en 2011- en Córdoba. "Como ocurrió con Bretón que fue un preso FIES 5, ahora mismo, 'El Pakillo' estará en aislamiento o en la zona de nuevos ingresos, en una celda sin compañero, salvo que le asignen un recluso sombra o de confianza porque el médico considere que existe riesgo de suicidio".

'El Pakillo', tirado en el suelo, colocado, en una imagen cedida por el hermano de Beatriz.

De modo que Francisco no sigue el régimen ordinario de convivencia: a las 8 de la mañana en pie; de 8.30 a 9.30 aseo personal y desayuno; a las 10 patio; talleres o escuela formativa; a las 13.30 comida; a las 14 recuento y vuelta a la celda... "Tienen que estar aprovechando las dos horas de descanso, cuando todos los reclusos vuelven al chabolo para la siesta, para que él salga porque sus desplazamientos son de máxima seguridad. Le acompañarán siempre uno o dos funcionarios porque hay espacios comunes como la enfermería o la zona de comunicaciones para las visitas, donde es inevitable coincidir con otros reclusos".

Otro de los puntos de riesgo donde se está extremando la vigilancia con 'El Pakillo' son los viales que comunican los catorce módulos de la prisión de Jaén, inaugurada en 1991, y que suele contar con una población reclusa que oscila de 400 a 500 reos. "En los viales puede haber una embestida y hay que evitarlo". Todo ello, a la vista de que en redes sociales -como Facebook- circulan amenazas explícitas de familiares del niño asesinado contra el autor de su ahogamiento: "Lo que has hecho con mis sobrinos, lo pagarás. Tranquilo que te lo harán trescientas veces más a ti".

Este panorama lleva a avanzar a este delegado sindical de Instituciones Penitenciarias que "al 'Pakillo' lo sacarán rápido de la cárcel de Jaén" por la configuración de esta prisión, ya que la mayoría de sus módulos son de respeto, es decir, no es un penal preparado para acoger presos FIES 5 en los denominados módulos conflictivos.

"Lo normal es que lo trasladen al centro penitenciario de Granada o al de Córdoba que está en Alcolea, con capacidad para 1.300 presos, donde estuvo José Bretón y reclusos de un perfil más conflictivo y peligroso". Desde miembros de clanes de narcotraficantes, como 'Los Castaña', a antiguos integrantes de la banda terrorista ETA. "La prisión de Jaén está revuelta desde que los reclusos se enteraron de que era 'El Pakillo' el que mató al niño y quieren ajustarle las cuentas".