Los pies son una parte muy importante del cuerpo humano, la que lleva el peso del resto. Por ello, hay que cuidarlos bien para que se mantengan en buen estado, y muchas veces no se les da la importancia que tienen, sobre todo a la hora de elegir los zapatos.
José tiene una zapatería desde el año 1939, según anuncian en su letrero, en el barrio madrileño de Vicálvaro, por lo que lleva toda la vida dedicándose a esta parte del cuerpo. En su pequeña tienda hay zapatos de todo tipo, pero sabe que hay algunos que son mejores que otros y que le gustan más y menos.
“Los zapatos que no recomendaría son los de poliéster, que es plástico, básicamente”, asegura José. Y es que este material se utiliza sobre todo para zapatillas deportivas, debido a su resistencia, pero tiene muchas desventajas.
En primer lugar, este tipo de calzado no transpira, es decir, no permite el paso del aire a través de la tela y si, por ejemplo, se suda, se mantiene húmedo. Por ello, es más incómodo en climas cálidos, que hacen pasar calor y sudar. Esto no pasa con los zapatos que están hechos con tela de algodón, por ejemplo.
Por el contrario, en climas más fríos, la zapatilla tampoco hace su función, dado que no abriga. Este tejido retiene el frío y no se pone caliente, por lo que la sensación del pie será de frío constante, a menos que se use un calcetín gordo. Además, puede general electricidad estática, lo que lo hace incómodo para su uso porque se pega más a la piel.
Pero la desventaja más destacable es que no es sostenible ecológicamente, porque está hecho de petróleo y contamina desde su extracción hasta la producción del propio producto. Así que tiene un impacto bastante negativo en el medio ambiente, y muchos profesionales recomiendan evitar comprar productos hechos de este material siempre que sea posible sustituirlo por otros más naturales, como el algodón.
Aunque en cuanto a la salud de las personas, José dice que: “Lo peor es usar los zapatos con plataforma en el día a día, para alguna ocasión suelta están bien, pero no todos los días porque puede llegar a ser peligroso para la planta de los pies”. Este tipo de zapatos se han puesto muy de moda en los últimos años, las plataformas se usan para todo tipo de calzado, desde botas hasta chanclas, pero puede suponer un riesgo para las personas.
Por lo tanto, este tipo de zapatos pueden causar graves daños, porque entre sus desventajas se encuentra el desequilibrio al andar. Muchas lesiones se han producido por llevar zapatos con plataforma, como esguinces de tobillo o tendinitis. Además, al tener el pie tan por encima del suelo, se puede perder la estabilidad, lo que incrementa el riesgo de caídas. Es muy común torcerse el pie al llevar zapatos con plataforma, porque el pie puede hundirse hasta el suelo.
Por otro lado, la suela de los zapatos con plataforma suele carecer de curvatura y ser más bien plana y rígida, por lo que limita la flexibilidad del pie y puede causar dolor ahí, sobre todo cuando se abusa de este calzado. Además, el llevar un zapato tan elevado causa que se acoja una mala postura y se dañe la espalda, pudiendo también generar dolor.
La forma natural del pie requiere que haya un poco de elevación en la parte trasera, porque si no la parte del gemelo está estirada y tirante, para ello se utiliza un pequeño tacón, que acorta la zona. Esto en los zapatos con plataforma no sucede, ya que la suela normalmente es plana, por ello genera también incomodidad y cansancio en la zona de la pierna baja.