El traumatólogo cubano Liván Peña y su mujer,  Haysell López, también doctora de 'trauma', en su casa de Orense.

El traumatólogo cubano Liván Peña y su mujer, Haysell López, también doctora de 'trauma', en su casa de Orense. Cedida

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Liván es el mejor traumatólogo de Iberoamérica y en España trabaja de community manager: su caso y el de 3.750 cubanos

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En España faltan médicos. Unos 6.000, según el informe que el Ministerio de Sanidad presentó a las comunidades autónomas en mayo de 2024. Casi el 80% corresponden a Atención Primaria. El estudio, llamado 'Informe de necesidad de médicos especialistas en España 2023-2035', estima que en España faltaban 5.874 especialistas en 2023, un 76% de ellos (4.502) en Atención Primaria. 

Hay más datos. Como los aportados a EL ESPAÑOL por la Asociación de Médicos Cubanos en España: hay 3.750 profesionales de la medicina de este país a la espera de la convalidación de sus títulos, que se alarga durante años. Sin poder ejercer ni siquiera para trabajar en Atención Primaria, así que aun menos desempeñando una especialidad.

Dos de ellos son el matrimonio Liván Peña Marrero y Haysell López Díaz, ambos traumatólogos. Él es considerado "el mejor traumatólogo de Cuba, el mejor de Iberoamérica y de los mejores del mundo", según el doctor Guillermo Ponce, presidente de la entidad que aglutina a estos profesionales de la Medicina. Liván y Haysell llevan desde 2022 esperando la convalidación del título de médicos para poder ejercer.

Hay miles de casos. La doctora Sara Lita cuida niños, como la doctora Maida Rubio. Una en Madrid, la otra, en Murcia. Además de cuidar niños, limpian casas. Ambas son doctoras con amplísima experiencia, pero no pueden ejercer, pese al enorme déficit de profesionales existente, porque su titulación es cubana. Maida, quien fue directora médica del Hospital de Santa Cruz del Norte y del Policlínico Mario Muñoz Monroy, en La Habana, lleva tres años esperando la convalidación de su título por parte del Ministerio de Universidades.

Sara lleva dos esperando. Es ecuatoriana, aunque licenciada en Cuba. "Dejé mi país y tenía un trabajo. Soy médico de Medicina General. Hice el trámite de homologación un año y medio antes de venir, a través de una empresa, pero al llegar no había iniciado nada. Me estafaron. Por eso llegué con una visa de turista, por tres meses, y me acabó caducando". Ahora vive "de mis ahorros, y cuido a una persona mayor, a niños y cojo todos los trabajos eventuales de limpieza que me salen". 

Liván Peña es modesto y no reconoce que sea uno de los mejores traumatólogos de Iberoamérica. Habla con EL ESPAÑOL desde Orense, donde reside desde abril de 2022, cuando él, su mujer y sus dos hijos llegaron a España. Su hijo mayor tiene 22 años y estudia Ingeniería Mecánica en la Universidad de Vigo. El menor, de 18, está en el último curso de Bachillerato.

Liván y Heysell, trabajando en su domicilio de Orense.

Liván y Heysell, trabajando en su domicilio de Orense. Cedida

Ellos son privilegiados, porque ambos teletrabajan en casa redactando artículos médicos. "De todo, de farmacología, de formación médica... detalla Haysell López. Aun así, sostiene que "no me imaginé jamás que en España me pasaría años trabajando delante de un ordenador", refiere. Liván se levanta todos los días "con unos deseos inmensos de entrar en un quirófano, de ver pacientes, de pasar consulta y de visitar enfermos. En resumen, de brindarle a España toda la experiencia acumulada en estos años, con el mismo amor que le ponía en Cuba". 

Parte de su formación la realizó en España realizando pasantías en dos hospitales madrileños. Cuando salió de Cuba era el jefe del Grupo Nacional de Ortopedia; es doctor en Ciencias Médicas y especialista de primer y segundo grados en Ortopedia y Traumatología en el Complejo Científico Ortopédico Internacional Frank París, en La Habana. Se trata del centro hospitalario especializado más grande de Iberoamérica. Especialista en cirugía de la mano, también fue profesor titular de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana e investigador titular de la Academia de Ciencias de Cuba, "y autor del programa máster en cirugía de la mano y coautor del programa actual de Traumatología".

Ha sido, además, el doctor de los atletas cubanos y de numerosos medallistas olímpicos, como Mijaín López, cinco veces oro en cinco Juegos Olímpicos en lucha grecorromana, ganadas de manera consecutiva, y último oro en París 2024. 

El problema

"En este país los cubanos no pueden ejercer ni como médico general ni como especialista", explica el presidente de la Asociación de Médicos Cubanos en España, el doctor Guillermo Ponce, quien incide en que la mayoría de las solicitudes de otros países de fuera de la UE, incluidos los Iberoamericanos, "tardan una media de dos años. Los cubanos tardan cuatro". 

Esto es así por dos motivos. El primero es porque el Consulado de Cuba debe expedir un documento con un sello auténtico que no se exige a otros países. De ahí que tarde año y medio de media más que el resto. "Nos consta que el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Universidad se esfuerza en acortar plazos, pero no se nota. Muchos somos ciudadanos españoles, y por ley, la homologación a un ciudadano español no debe tardar más de seis meses, aun cuando la Unión Europea recomienda que sea en dos". 

Aparte de la homologación, "está el reconocimiento de las especialidades", abunda Ponce, que lleva más tiempo. Y también, "que para ejercer se exige colegiación, y para colegiarse se exige el certificado de no inhabilitación. ¿Y quién lo expide? El gobierno cubano. "Pero el régimen no lo está expidiendo, como medida para impedir que nos vayamos". La fórmula legal que proponen es "la declaración jurada ante notario", una vía que ya ha adoptado el Colegio de Médicos de Madrid "y ninguno más". 

De hecho, hay unas 50 convalidaciones de títulos "sin poder ejercer, porque muchos, que vinieron con su certificación de no inhabilitación, lograron la homologación pero ahora no se les permite colegiarse porque el certificado cubano caduca a los 3 meses y se les pasó el plazo esperando la homologación de sus títulos de Medicina. Y como el certificado está ya caducado, no se les acepta la colegiación". 

Guillermo Ponce tiene la hologación, pero "siento como mío lo que les pasa a mis compañeros", y subtaya que "esto es perfectamente solucionable, máxime cuando todos ellos ejercieron la medicina en lo más duro de la pandemia, sin homologación y sin colegiación, y ahora no son válidos".

Las exigencias

Todos en la familia de Liván Peña y Haysell López tienen la doble nacionalidad. Él tiene orígenes canarios, y su mujer es nieta de orensanos y ha mantenido contacto con su familia gallega toda la vida. Por eso eligieron Orense: los recibieron con los brazos abiertos. Se fueron para que sus dos hijos tuvieran un futuro mejor "y porque la situación económica se tornó ya imposible, y para los médicos, más todavía".

Liván lleva 26 años de médico y 22 de especialista, y dos sin ejercer. Por ley, y como ciudadano español, su caso debería haberse resuelto en seis meses. "Es contradictorio que pasemos tanto para homologar, porque la formación en Cuba es tremendamente exigente. La especialidad se cursa durante 4 años, y en España, 5. Pero es que en el segundo curso de la carrera se ingresa ya en la 'ayudantía', es decir, que se está trabajando ya en la especialidad".

Luego se ingresa, en su caso y en el de su mujer, "en 'instructores de ortopedia', que son otros 4 o 5 años. Ahí hay que contar ya las guardias, la residencia... en total pasamos 9 años vinculados a la especialidad. Es, como digo, muy exigente, porque hace clínica radiológica, patologías, se asiste a conferencias, a prácticas, se hacen los exámenes a finales de año para pasar de curso y además otro estatal". 

El matrimonio hispanocubano de médicos traumatólogos, en su domicilio en Galicia.

El matrimonio hispanocubano de médicos traumatólogos, en su domicilio en Galicia. Cedida

Para que un médico pueda salir de Cuba puede hacerse de dos maneras. Una, "solicitando un permiso al Ministerio de Salud Pública, que hay que pedir con muchos meses de antelación, unos seis meses. "Es más rápida y menos costosa". Es como lo hicieron ellos, "y la inmensa mayoría de médicos: un viaje para lo que sea, y no regresar". La segunda vía es pedir una liberación del Sistema Nacional de Salud, "que tiene una lista de espera de un año, y tardan en responder entre 5 y 7 años. Yo salí de Cuba con 50 años. No podía esperar tanto: mis hijos iban a perder su futuro".

Por ello, "quien use la primera vía le niegan el documento. Porque en Cuba es el gobierno quien expide los certificados, a diferencia de países como España, que lo hace el Colegio de Médicos. Te sancionan por decidir en qué país quieren crecer tus hijos y por la libertad de elegir donde vivir".