Pepa en su tienda de chucherías.

Pepa en su tienda de chucherías.

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Tengo una tienda de golosinas y estas son las chuches que no recomiendo: “Los clientes casi no las compran”

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Día a día, cientos de niños (y adultos) pasan por la tienda de chuches de Pepa cerca del Santiago Bernabéu, hogar del Real Madrid. Ya sea por su amplia variedad de golosinas o sus precios asequibles a todos los bolsillos, esta tienda de barrio ha logrado convertirse en el paraíso favorito de las chuches para muchos clientes.

La vendedora ofrece todo tipo de formas, tamaños y sabores de chuches. Sin embargo, dentro de la amplia gama de golosinas que Pepa ofrece en su tienda, hay unas chuches que no han cautivado mucho a su público y la vendedora asegura que casi no consigue vender, a pesar de que todos sus otros productos son un éxito.

Se trata de las chuches embolsadas de fábrica. Estas chuches se suelen vender en packs de 100 gramos o 150 gramos y hay varios tipos: sandías, fresas, huevos… No obstante, Pepa no cree que el problema sea un tipo en específico o las chuches en sí, ya que son las mismas que ofrece a granel, sino el embolsado de fábrica.

"Las chuches son las mismas que vendo a granel o en bolsas que preparo yo, pero las embolsadas se venden menos, los clientes casi no las compran", afirma Pepa a este medio. "Creo que es por el aspecto que tienen. Las que se venden frescas tienen más brillo, mejor aspecto y están más blandas, pero las chuches son las mismas que las embolsadas. La calidad es la misma y el sabor igual".

De hecho, a la mujer le sorprende la decisión de sus clientes, llegando a confesar que lleva días o, incluso semanas, con las bolsas expuestas al lado de su mostrador porque apenas se venden. "Una vez venda estas, no volveré a pedir más porque los clientes no las quieren", apunta Pepa. "Mientras, las que tengo a granel las recambio todas las semanas porque vuelan, a la gente les encanta".

Chuches expuestas.

Chuches expuestas. Chris Metcalf Flickr.

La vendedora está abiertamente orgullosa de sus chuches y la amplia variedad que ofrece. "Aquí tenemos de todo. Estas últimas semanas he añadido algunas nuevas y todas están buenísimas, yo soy la primera en probarlas. Vendemos de todo, desde gominolas a regalices, nubes o chuches ácidas". Sobre estas últimas la mujer reconoce que son todo un éxito, especialmente las famosas llaves ácidas. "Aunque son ácidas y no gustan a todo el mundo, tienen su público, pido bolsas y bolsas nuevas todas las semanas".

Entre otros productos que ofrece destacan las tartas de chuches que ella misma hace a mano a diario mezclando algunas de las golosinas más dulces y favoritas de los clientes. "Justo me pillas haciendo una para un encargo que me ha hecho una clienta", reconoce la vendedora en la visita de EL ESPAÑOL a su negocio.

El negocio de las chuches

La industria de las chuches sigue siendo una de las más fuertes en España. Solo el año pasado facturaron más de 700 millones en España. Una industria que va al alza y es precisamente gracias a los pequeños comerciantes y tiendas de barrio que sigue creciendo.

Además, cabe destacar que populares marcas como Vidal, Fini o Chupa Chups tienen su origen en España, con fábricas operativas en las secciones rurales que impulsan la mano de obra en nuestro país.

De hecho, el municipio murciano de Molina del Segura es conocido popularmente como la capital mundial de las golosinas por ser anfitrión de diferentes fábricas de chuches y origen de exportaciones de golosinas que llegan a todas partes del mundo.