Nuevo giro de guion en la historia de las monjas exclarisas de Belorado. Justo cuando se cumplen 7 meses de la renuncia de la congregación a la Iglesia Católica y su posterior excomunión, el periódico The New York Times recoge la historia detrás del motivo por el que las religiosas abandonaron su monasterio en Derio (Vizcaya), y se mudaron al de Belorado (Burgos): unas presuntas experiencias sobrenaturales.
Así, y según recoge el citado medio, las monjas abandonaron su convento vizcaíno, del que eran propietarias, y marcharon a Belorado mediante un compromiso de adquisición del convento burgalés que nunca llegaron a cumplir. Se vieron imposibilitadas también porque el de Derio, que pusieron a la venta, no pudieron venderlo.
Los hechos "paranormales" comenzaron a ocurrir en 2017. Según sor Paloma, erigida en portavoz de las monjas para el Times, primero empezaron a enfermarse y "estallaron las disputas". Por las noches, oían ruidos inexplicables: "objetos que se arrastraban por el tejado, bebés que lloraban, risas lúgubres, pasos que iban y venían. Los picaportes giraban con una fuerza invisible. Las luces se encendían y se apagaban. Algunos objetos, como las tijeras, se movían solos por las mesas".
“Cuando has enfrentado cara a cara al demonio, sabes a quién estás tratando”, ha declarado la hermana Paloma, de 47 años, tras subrayar que "tenía mucho miedo”. En 2018 comenzaron a consultar a exorcistas. Hasta tres, pero tras las investigaciones de los supuestos fenómenos, no encontraron nada.
En octubre de 2020 las monjas abandonaron el convento de Derio. "Las experiencias preternaturales que experimentamos en ese tiempo nos hicieron tomar la decisión de salir, después de consultar a tres exorcistas", afirman las monjas.
A pesar de las investigaciones realizadas en aquel momento, que determinaron que no existían los fenómenos narrados, las monjas inciden en que fue ese el motivo para abandonar Derio.
La situación actual
El pasado mes de junio las monjas fueron excomulgadas, mientras que por los muros de Belorado han pasado dos falsos obispos. Ahora están a la espera de saber si serán desalojadas o no del convento de Belorado. Será el 19 de diciembre cuando se celebre una vista para decidir el futuro de las exclarisas tras la demanda de desahucio presentada por el arzobispo de Burgos.
Mientras, las monjas ya amenazaron el mes pasado con elevar sus protestas públicas por lo que consideran que les está haciendo el Obispado, hasta el punto de que han hablado con el The New York Times en un amplio reportaje. En él afirman que "hasta hace poco habían observado siempre sus votos de obediencia", pero su ruptura con la jerarquía, dicen, fue provocada "por la falta de apoyo durante un periodo prolongado de dificultades económicas y espirituales".
Desde entonces, su estrategia ha sido la de no abandonar el convento de Belorado hasta que lo dictamine un juez, aunque sus esperanzas de que la justicia les permita quedarse son "muy escasas". Si el jueves próximo no se presentasen en el juzgado, y continuaran en el convento, el 23 de enero será la Guardia Civil quien entre en el convento para sacarlas.