Samuel Domínguez
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Amable, esperanzada, organizada, unida y sobre todo numerosa. Así es la familia Postigo Pitch a la que EL ESPAÑOL entrevista. Una familia de origen catalán que, a priori, podría parecerse a cualquier otra, pero no lo es. Hay quienes dicen que una casa sin hijos es como una colmena sin abejas, y estos dos padres no iban a formar un hogar en el que faltaran risas, llantos y alegría en el día a día. Los Postigo Pich han tenido nada más y nada menos que 18 hijos.

Perico, Juanpi, Cuqui, Magui, Tere, Rosita, Gaby, Ana, Álvaro, los mellizos Pepa y Pepe, Pablo, Tomás, Lolita y Rafael. Como si de una lista de clase se tratara. Son todos los hijos que componen esta familia tan grande. Una familia que, como Rosa explica, "han ido a máxima producción".

La familia numerosa nunca ha sido una novedad para ninguno de los padres. Rosa viene de una familia de 16 hermanos y José María de una de 14. "Siempre nos lo hemos pasado muy bien en nuestras casas", comenta, y señala que desde que se conocieron tenían las ganas de soñar, creer y poder formar una familia. El número de hijos estaba por ver.

Pregunta.– ¿Cómo se mantiene económicamente una familia tan grande?

Respuesta.– Apretando el cinturón. Yo he trabajado durante 25 años como diseñadora en una empresa textil y luego en una empresa de eventos para la que sigo trabajando. Mi marido era consultor de la industria cárnica. En España hay muy pocas ayudas para las familias numerosas, tienen que ponerse las pilas, sólo hay que ver cómo está bajando la natalidad, no van a volver a existir familias tan grandes. Soy un espécimen único en el mundo, ya no creo que se repita.

El factor económico es un factor muy importante, pero sobre todo es la voluntad de querer tener hijos. Es un sacrificio de tiempo y dinero. Yo tengo mi nómina más una pensión de viudedad, y mis hijos también la reciben hasta cierta edad, aunque ya tengo siete de ellos que pueden colaborar en la casa con sus sueldos. Y desde que eran pequeños ayudaban en casa trabajando los veranos o con trabajos esporádicos.

Los Postigo Pich de pequeños. Cedida

Milagros "organizados"

17 embarazos en 18 años. Desafortunadamente, los tres primeros hijos fallecieron por problemas cardiovasculares. "Los médicos nos aconsejaron no tener más hijos", pero nadie les iba a quitar la ilusión y la esperanza de formar su familia tan deseada. "Nadie se mete en la cama de papá y mamá", se dijeron ellos mismos, y así fue. Los Postigo Pich se "abrieron a la vida".

"Los milagros existen", afirma Pitch. Pese a los problemas iniciales y después de varios estudios, ecografías y miedos por la repetición de esas irregularidades en los corazones de sus hijos, han sacado la familia adelante. Es más, "le pedimos a nuestros hijos que pidieran un deseo, y pidieron gemelos", menciona. Como soñar es gratis, lo apuntaron en su lista; y los tuvieron. Así nacieron "los Pepes".

En una casa en la que hay tantos, organizar al batallón nunca ha sido tarea fácil. La madre cuenta que es caos, organizado o no. "Tenemos nuestros horarios", explica. Pero por mucho que intenten hacer las cosas todos al mismo ritmo es imposible. Aun así, "la cena familiar es sagrada". "Es nuestro momento", asegura. No hay ni móviles ni televisión, sólo ellos disfrutando juntos contando "las guerrillas" de cada uno.

Delegar toda la responsabilidad y las tareas domésticas a los padres nunca ha sido una opción para los Postigo Pich. "Funcionamos por encargos", argumenta. Entonces cada uno tiene sus tareas del día, hay encargados de habitación, de cocina… Una dinámica familiar en la que cada uno aporta su granito de arena. Un escuadrón que por mucho caos que exista, se entiende. Según Rosa, "un superteam".

Esta madre siempre ha seguido la filosofía de "cada oveja con su pareja", por lo que emparejando a un mayor con un pequeño, encontró la manera de poder salir de casa. "Si papá y mamá se tienen que encargar de preparar a todos no saldríamos nunca", comenta entre risas.

Que sus hijos hayan tenido más responsabilidades que otros niños no significa que hayan tenido que trabajar mucho, de hecho, son ellos mismos lo que dicen que solo trabajan diez minutos al día y que no siempre tienen que hacer tareas. Claro, con 15 hermanos, hasta que te vuelva a tocar "trabajar" puede pasar mucho tiempo.

Batallas que luchar

Rosa es madre de 15 hijos, y desde hace seis años no ha podido contar con el apoyo de su marido. "Un día José María se encontraba muy mal, así que fuimos a que se hiciera pruebas y le detectaron metástasis", explica a este diario. Una noticia que conmocionó a la familia, pero que en ningún momento trataron de esconder o disimular. Una batalla en la que lucharon todos juntos hasta su último aliento.

"Lloramos mucho, pero juntos somos un terremoto", asegura orgullosa de unir más a su familia y salir adelante. "El Señor nos dio la fuerza para seguir", resalta, pero el apoyo de sus hijos fue otro de los pilares fundamentales para superar la pérdida.

Una fotografía de los Postigo Pitch. Cedida

No es la primera vez que esta familia se tiene que enfrentar al cáncer. El último de los hijos de Rosa tenía demasiados malestares, hasta que después de insistir consiguieron hacerle unas pruebas. "Vi las imágenes de la placa y tenía todo el torso con una mancha enorme", exclama. Cinco días estuvo ingresado en el hospital sin saber nada, hasta que un día les confirmaron que tenía un cáncer extendido por todo el pecho.

"El juguete de todos, el pequeño de la familia", tenía que luchar contra un Linfoma de Hodgkin, nada que no fuera hacer. "Se me paró el mundo", menciona Rosa, pero su familia es de la que se agarra solo a la "energía positiva". Hay que cuidar del enfermo, pero también a quien cuida del enfermo, y esta familia catalana no hizo menos. "Como somos muchos, nos íbamos turnando", cuenta la madre.

Con mucha "fe, lucha y apoyo", tanto Rafa como el resto de su familia superaron juntos el cáncer. Los Postigo Pich ven la vida con esperanza y, a su parecer, existen dos formas de actuar: o vas llorando por las esquinas o intentas alegrar a aquellos que te rodean. Ellos prefieren la segunda opción.

Todos para todos

Para Rosa "la vida es servicio", y cuanto más ofrezcas a los otros, más feliz serás. "Uno de los grandes problemas de la sociedad es la soledad", confirma. Y unas de las soluciones más sencillas y prácticas que puedes encontrar es "compartir y estar en familia, no solo con los tuyos, si no abrir la mente y rodearte de personas, conocer".

"Hablando la gente se entiende". Para los Postigo Pich otro de los secretos para una buena convivencia es el perdón. "Todos tenemos malos días y nos ponemos nerviosos, pero es muy bonito el decir y aceptar el perdón cuando nos hablamos mal", asegura Rosa. Al fin y al cabo en una familia tan grande, "un día cae uno y al siguiente otro".

Rosa Pich ha dado a luz a 18 niños. Cedida

Rosa se considera como una persona vitalista, optimista y que le gusta dar y estar para los demás. Considera que la clave para encontrar la felicidad, tanto a nivel personal como familiar, es el amor. "Hemos sido creados para ser felices, pero tenemos que aprender a vivir con las circunstancias de cada uno", afirma.

Los Postigo Pich son una familia peculiar y única. Una familia que se enorgullece de su estilo de vida y que siempre ha querido compartir con los demás las herramientas para permanecer unida. Tratan de compartir su manera de ver y entender el mundo, ni todo es blanco y negro, ni el vaso está medio lleno o medio vacío.

Rosa es madre de 15 hijos, escritora y conferenciante. Se ha pasado gran parte de su vida ayudando a los suyos y a gente que requiere de su experiencia por todos los lugares. En redes sociales (comoserfelizconunodostreshijos) se muestra natural, activa y abierta, narrando sus historias y tratando de alcanzar a los máximos de navegantes interesados en su contenido. Tiene claro que la vida es para vivirla, su motivación es su familia y su mensaje es el de compartir.