Natividad en una imagen cedida.

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Reportajes

Natividad perdió 50.000 € por caer en la estafa de los falsos famosos que aconsejan invertir: "Le puede pasar a cualquiera"

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La comida de Navidad de 2024 de una familia cualquiera se desarrolla con normalidad cuando suena el teléfono de uno de los presentes. Escucha un segundo: "Soy de Recursos Humanos...". Cuelga rápido y dice al resto: era una estafa. Todos comentan lo ocurrido; a ellos también les ha pasado y ninguno ha picado. A los minutos, suena otro móvil diferente y ocurre exactamente lo mismo. Como no hay dos sin tres, un terminal da de nuevo la voz de alarma mientras todos se ríen por la coincidencia en un lapso de tiempo tan corto. Otra vez ofrecen un empleo y otra vez se cuelga a la máquina.

Las estafas online son recurrentes en España. De hecho, es el ciberdelito más común, según los últimos balances de criminalidad ofrecidos por el Ministerio del Interior, que muestran cómo los delitos en línea aumentaron sólo en el último año un 25% (a la espera de saber qué ha ocurrido en 2024).

Sin embargo, no todas las ciberestafas son fáciles de detectar. A pesar de que muchas empiezan con un primer contacto por correo electrónico, SMS o redes sociales y no van más allá del robo de algunos datos, otras pueden costar miles de euros. 

Es el caso de Natividad (El Puerto de Santa María, 1950), quien atesora una vitalidad exultante. Reside en Barcelona desde hace 65 años, pero no deja de defender que es andaluza y que se enfrenta a lo que haga falta. A través del teléfono narra lo último que le ha ocurrido: le han estafado más de 50.000 euros. ¿Cómo? Utilizando una imagen del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para que invirtiera en empresas españolas de gran calado en el mundo empresarial.

La portuense estaba viendo un anuncio en Instagram cuando le invitaron a realizar una inversión inicial de 250 euros. Al principio no estaba muy segura, pero finalmente acabó viendo otra conferencia. En esta ocasión, en el vídeo salía una afamada empresaria dando una conferencia. Después, fundido a negro. La empresaria se dirigía en el vídeo directamente a quien miraba la pantalla. Había empresas serias, un ministro y sólo una pequeña inversión inicial. ¿Quién no iba a interesarse?

Natividad en una imagen cedida.

Natividad en una imagen cedida.

Natividad tomó contacto y preguntó, porque ella pregunta y repregunta siempre. Le llamó un agente que le dijo a dónde debía hacer el primer ingreso. Ella, antes de nada, pidió toda la documentación de la empresa a la que iba a enviar el dinero. El agente fue diligente y así lo hizo. "Te engatusaban, yo me fiaba por cómo me hablaban los agentes", cuenta Natividad a EL ESPAÑOL.

Ella, por error, realizó la transferencia inicial hasta en tres ocasiones, aunque acabó por retirarlas. Nadie se fijó en aquello y todo continuó su cauce. Luego vinieron el resto de transferencias, por encima de los 2.000 euros, confiando en lo que le decían los agentes que le llamaban.

Cada vez que Natividad pedía cualquier tipo de información, los miembros del grupo que le habían estafado se la facilitaban. En total, Natividad llegó a hablar con hasta cuatro o cinco personas. Hasta que llegó una sospecha. "Me extrañó que una de las veces me pidieron dinero y en la transferencia aparecía el nombre de un particular que nada tenía que ver con la empresa", dice en conversación telefónica con este periódico. 

Pero cuando llegó el momento de darse cuenta de la historia, ya había invertido mucho dinero. Había realizado transferencias por un valor superior a los 50.000 euros. Además, había enviado una foto suya posando con su DNI y le estaba llegando dinero, supuestamente de otro estafado.

Natividad.

Natividad.

Llegó entonces el momento de querer retirar lo invertido y decir basta. Se puso entonces un nuevo agente en contacto con Natividad. Le pedían más de 12.000 euros para que le pudieran devolver su dinero.

Ella, sin embargo, les dijo que se lo descontaran de lo ya aportado. No hubo suerte. Los estafadores le comentaron que se lo devolverían, pero que debería abrir una cartera, que era lo mejor. El hijo de una amiga que se dedica a temas financieros ayudó a Natividad, que oliéndose ya la estafa, acabó por acudir a comisaría.

"No se sabe quién está detrás"

Natividad contrató los servicios del abogado Pablo de Palacio y fue con él a denunciar en comisaría lo ocurrido. Mientras contaba los hechos a la Policía Nacional, un agente estafador le llamó. Le animaba a invertir nuevamente en el mercado europeo. Ella hizo el paripé mientras la Policía escuchaba.

"Son casos complejos porque no tenemos un sujeto activo del delito, no se suele saber quién hay detrás. Por lo tanto, dificulta mucho dar respuesta penal al delito", apunta el letrado Pablo de Palacio.

Si bien es cierto que hay un daño fácilmente demostrable, la imputación de una persona física o jurídica es complicada en las estafas online. "Sobre todo, porque actúan bajo IPS públicas o VPNs. Luego, no sabes a nombres de quién están las privadas. O directamente la estafada es utilizada como pantalla".

Es precisamente esto lo que le ocurrió a otro hombre al que también defiende Palacio. O a la propia Natividad, a cuya cuenta le llegaban pagos que no sabía de dónde procedían.

"Nosotros, la acción que tenemos interpuesta ahora mismo, es una denuncia ante la Policía para que llegue a la IP, si es que se puede llegar y, en paralelo, tenemos una acción contra el banco para recuperar el dinero", cuenta de Palacio.

El motivo es que, según alega la defensa de Natividad, la entidad bancaria no actuó con la "diligencia necesaria" en estos casos. No significa esto que el banco esté implicado, sino que "tienen obligación de cuanto menos intentar preservar a sus clientes e intentar evitar los delitos a través de su banca. Cuando ven que hay cuentas que ya están denunciadas, lo lógico es que esos fondos no hubieran llegado a destino. Por un código de buenas prácticas, deberían de responder".

Como abogado, ofrece un consejo a quienes se vean tentados por este tipo de ofrecimientos: "Nadie gana dinero fácil. Todo lo que prometa ganar dinero, pequeñas inversiones... Debemos sospechar porque es prácticamente imposible que eso se dé".

En ese sentido, lo más importante es preservar sus datos. "Lo vemos en estafas que suplantan la identidad. Jamás debemos ponernos delante de nuestro terminal móvil y grabarnos con nuestro documento de identidad". Con tener nuestra cara, nuestra voz y nuestro documento de identidad pueden hacerlo todo.

"Realmente, lo que abren es una cuenta bancaria que tiene la banda y los meten en este tipo de delitos", destaca De Palacio. Por eso insiste: "No debemos pasar el documento de identidad, que se pase siempre con algún elemento borrado, como la fecha de validez o la letra; o en blanco y negro, así ya no van a poder usarlo". 

El aviso de Meta

Natividad, al otro lado del teléfono, parece enfadada cuando habla de la edad de los estafados. "Hablan de las personas mayores, pero en esto puede caer cualquiera", explica la andaluza. Ella no es una mujer fácil de engañar y sin embargo ha caído. Advierte a todos, de cualquier edad, porque cualquiera puede caer en este tipo de estafas.

De hecho, Televisión Española ha publicado en varias ocasiones que los vídeos que circulan en redes sociales con sus presentadores animando a participar en este tipo de inversiones son falsos. Uno de ellos ha sido Xabier Fortes, pero no el único. El equipo de verificación de RTVE ha tenido que salir al paso de estos engaños en varias ocasiones.

Meta, empresa que engloba a Facebook, Instagram o Whatsapp, también ha enviado un comunicado este diciembre para advertir sobre las estafas. En el mismo se puede leer que trabajan "constantemente para encontrar y desbaratar dominios de phishing que suplantan nuestras marcas en Internet, colaborando con otros, incluidos registradores y proveedores de alojamiento en todo el mundo. Por ejemplo, este año hemos conseguido eliminar de Internet más de 15.000 URLs que albergaban contenidos de phishing en Vietnam. Y en Singapur, conseguimos eliminar más de 9.000 URLs que se hacían pasar por WhatsApp, Facebook, Meta, Instagram, Threads y Reality Labs".

Además, trabajan de manera conjunta con un programa piloto para evitar nuevas estafas bancarias. El programa, que comenzó en Reino Unido y Australia, ya ha pasado a entidades financieras de todo el mundo bajo el nombre de Intercambio Recíproco de Inteligencia sobre el Fraude (Fire, por sus siglas en inglés).

Los consejos ofrecidos por Meta son similares a los ya otorgados en esta misma pieza por el abogado Pablo de Palacio. Y recuerdan: "También hemos eliminado más de dos millones de cuentas en nuestras aplicaciones asociadas a centros de estafa en Camboya, Myanmar, Laos, Emiratos Árabes Unidos y Filipinas sólo este año".

Un millón de euros a 1.200 estafados

La última operación contra estafas virtuales fue destapada esta misma semana. Un total de 20 hombres y tres mujeres fueron detenidos tras una actuación conjunta de Policía Nacional, Mossos d'Esquadra y Ertzaintza. Se les acusaba de presuntos delitos de estafa, tráfico de drogas, blanqueo de capitales y organización criminal. Entre todos los detenidos suman 139 antecedentes por delitos contra el patrimonio y tráfico de drogas.

El número total de afectados por la banda es de 1.200, repartidos por todo el territorio nacional. En medio año se habían hecho con más de medio millón de euros de las víctimas. 

Los autores materiales de la estafa enviaban por correo electrónico u otros sistemas de mensajería de redes sociales a los afectados. El objetivo no era otro que hacerse con los datos de estas personas para finalmente sacar el dinero en cajeros.

La organización realizaba estafas a través de smishing (SMS), phishing (a través del correo electrónico) o vishing (como se conoce a las realizadas a través de llamadas telefónicas). 

Dinero en efectivo incautado en la operación.

Dinero en efectivo incautado en la operación. FCSE

Generalmente, según la nota conjunta de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, realizaban transferencias de 200 euros, pero en otras se hacían con todo el dinero de las cuentas. 

En realidad, la estafa era fácil. Enviaban a los usuarios un mensaje alertándoles de que habían accedido a su cuenta. El enlace en el que pinchaba el estafado le llevaba a una web falsa con apariencia de real. Una vez con los datos, llamaban a estas personas y realizaban las operaciones fraudulentas.

En esta ocasión, la organización criminal operó desde España. Concretamente lo hicieron desde la comarca de Osona, aunque también se sacó dinero en cajeros de País Vasco. Los detenidos tenían todos entre 20 y 30 años. Los afectados, como advertía la afectada por otra estafa Natividad, eran "no sólo personas mayores, sino de cualquier edad".