El calvario de una vecina de un pueblo de Cádiz: el expolicía local abusó de ella y se pasea con el silencio del alcalde
El exagente tiene una condena firme por agresión sexual continuada, y la mujer y su marido lamentan la falta de apoyo del Ayuntamiento porque han sido ellos los que han tenido que solicitar que le retiren la Medalla de Oro que le concedieron en 2021 porque el agresor "va de víctima y dice que todo es mentira".
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En Villaluenga del Rosario (Cádiz) casi nunca pasa nada, excepto cuando llegan las fiestas locales, cuando nieva o cuando es el día de Los Difuntos, porque su cementerio es de los más bonitos de España. Es un precioso pueblo blanco de la Sierra de Grazalema, el de mayor altitud de Cádiz, y también el más pequeño de toda la provincia andaluza: tiene 400 habitantes. La quietud se quebró a finales del mes de octubre, cuando Antonio Benítez, conocido como 'El Muni', entró en casa de una vecina del pueblo, cerró la puerta y la agredió sexualmente.
El mote de 'El Muni' le viene porque durante 36 años, y desde 1985, Antonio fue el único policía local de la pequeña localidad gaditana. Jubilado en 2021, en Villaluenga es toda una institución y una persona muy querida, y por eso el Ayuntamiento le concedió entonces la Medalla de Oro, la máxima distinción del municipio, "por su dedicación y vocación de ayuda a los demás”, destacó el Ayuntamiento.
María (nombre ficticio) es la mujer víctima de la agresión sexual. A EL ESPAÑOL cuenta que ella y su marido, con quien lleva casada 17 años, tuvieron durante diez a Antonio como casero, hasta que decidieron dejar el alquiler y adquirir una casa.
"Siempre tuvimos una relación de amistad con Antonio y su mujer a raíz de eso, aunque con el tiempo, con los años, yo me di cuenta de que él fue cogiendo paulatinamente confianza en cuanto al toqueteo, que hacía siempre a espaldas de mi marido. Por eso, hace un año, tuve que pegarle un corte y decirle: ya está bien". Un hecho que también fue mencionado durante el juicio, que el acusado ratificó igualmente como cierto y que aparece en la sentencia.
Cuando ocurrió la agresión sexual que ha desembocado la condena, María se encontraba sola en Villaluenga ya que el matrimonio suele pasar los meses entre octubre y diciembre en Cantabria. Por ello desde allí se desplazó la mujer a Cádiz durante un par de días para realizar unas gestiones ineludibles.
"El me vió desde su ventana y me llamó por la mañana preguntándome, y luego a las 9 me dijo que me fuera a su huerta, que tenía la chimenea encendida, y no fui. Yo hacía tiempo que lo eludía, que le evitaba. Pero por la mañana se me coló en casa", narra a EL ESPAÑOL.
Los hechos probados
Era el 27 de octubre a las 11,30 de la mañana. "Comenzó a cogerme, a tocarme... me bajaba los pantalones y yo solo decía que parara mientras forcejeaba para subírmelos...", cuenta entrecortada. Según la sentencia, que es firme, y a la que ha tenido acceso este periódico, el hombre, "animado por satisfacer su ánimo lúbrico y sin consentimiento de la víctima, la besó y la tocó por debajo de la ropa en los pechos, quitándole el sujetador y en el pubis, mientras la perjudicada, repetidamente, le pedía que parase y que no quería nada de aquello, censando en su conducta el acusado ante los repetidos requerimientos de la víctima".
Durante el juicio el hombre no sólo ratificó lo sucedido el 27 de octubre. También, que en el último año y durante una visita en la casa del matrimonio, "estando mi marido en otra planta de la casa", precisa María, el agresor "con idéntico propósito libidinoso, la besó y le tocó los pechos en contra de su voluntad, intentando la perjudicada zafarse del acusado y que cesase en su conducta", detalla la sentencia Por ello, ha sido condenado por agresión sexual continuada.
Tiene una orden de alejamiento de 50 metros durante 16 meses "en lugar de trabajo, de estudio o donde se encuentre", reza la sentencia, y debe afrontar una indemnización a razón de 14 meses de multa abonando 5 euros diarios. También ha tenido que pagar las costas del juicio.
-¿Por qué no le han condenado a prisión?
-Porque no tiene antecedentes penales, porque ratificó los hechos y porque me estuvo llamando todo el día pidiéndome perdón por mensajes y audios para que no lo denunciara, y la jueza lo ha tenido en cuenta.
En sus disculpas, el agresor, "que hablaba grabándose audios con su mujer escuchando al lado" calificó la agresión como "exaltación de la amistad" y se ofrecía a telefonear al marido de María para disculparse. Pero ella acudió al puesto de la Guardia Civil de Arcos de la Frontera a las 21,14 horas e interpuso la denuncia. Al día siguiente, el hombre fue detenido, y el día 30 tuvo lugar el juicio en el que se le condenó en firme, sin posibilidad de recurso alguno.
La vuelta a la tortilla
Con la sentencia en la mano, la mujer se fue a hablar con el alcalde, Alfonso Moscoso (PSOE) quien también es senador. No se encontraba aquella mañana en el Ayuntamiento, por lo que María habló con la secretaria. "De inmediato empezó a llamar al alcalde, que no le cogía el teléfono". El primer edil le devolvió la llamada a las 20,30 horas "y me dijo que la gente no aprende", subraya. "Me preguntó que qué iba a hacer y yo le respondí que me iba para Cantabria de nuevo, que estaba muy mal".
La mujer sabía que lo sucedido iba a caer en el pueblecito como una bomba nuclear. Lo que ignoraba es que un mes después, la radiación iba a provocar que la víctima fuera el agresor y no ella.
El matrimonio regresó a Villaluenga del Rosario a finales de noviembre. "Aquello... el pueblo estaba contaminado. Como si la culpable fuera yo. La gente nos miraba raro, no nos saludaban. A casa algunos venían a mostrarnos apoyo, pocos, y son los únicos del pueblo. Fuera, nada. Nos dimos cuenta de que había muy mal ambiente y mi marido se indignó. Sobre todo, cuando nos enteramos que él iba diciendo que era todo mentira, que no estaba condenado en firme, que había recurrido la sentencia y que yo me lo había inventado todo. Vamos, que la víctima era él".
La gota que colmó el vaso fue cuando "el tipo pasaba riéndose por delante de la puerta de mi casa, con la mujer del brazo, cuando tiene una orden de alejamiento", narra José (nombre ficticio), el marido de María. Entonces recordó que en 2021 a Antonio 'El Muni' el Ayuntamiento de Villaluenga le había concedido la más alta distinción que había y se preguntó "cómo era posible que el Ayuntamiento no se la hubiera quitado ni hubiera hecho absolutamente nada al respecto más allá de dejar pasar el tiempo. Creo que para taparlo".
Alfonso Moscoso, el alcalde de Villaluenga, justificó la concesión de la distinción al policía municipal en 2021 en que la Policía Local "tiene un trabajo que a veces es silencioso, callado y no siempre se reconoce ni se agradece como se debe, pero lo cierto es que su dedicación, su esfuerzo, su pundonor, su valía nos hace mejor como pueblo, nos hace crecer como sociedad y nos hace mejorar en el día a día a todos como personas”, describió.
Por ello José escribió una carta dirigida al alcalde en la que "como usted tiene constancia, este individuo agredió sexualmente a mi mujer (...) cuando se encontraba sola en nuestro domicilio sabiendo el agresor que me encontraba por razones laborales en Cantabria". El hombre mostró su indignación "porque este hombre no puede ni un minuto más ostentar la máxima distinción que otorga la Corporación Municipal (...).
La misiva culminaba con la solicitud formal de "la revocación pública del nombramiento y retirada de la Medalla de Oro de Villaluenga del Rosario de Antonio Benítez, porque este señor, por llamarlo de alguna manera, desprestigia a todos y cada uno de los oriundos de esta villa (...) por el execrable delito cometido, con premeditación y alevosía, contra una mujer que se encontraba en su casa sola e indefensa".
A los tres o cuatro días la secretaria municipal llamó a María por teléfono. "Me preguntó si yo sabía que mi marido había escrito la carta y le respondí que por supuesto que sí. A continuación me preguntó si yo estaba de acuerdo, porque para tramitarlo tenían que tener mi autorización.", recuerda todavía estupefacta. José subraya que todavía se pregunta "por qué no me llamaron a mí".
La petición al alcalde fue incluida en el orden del día del Pleno del mes de diciembre. La corporación municipal actual consta de 7 ediles del PSOE y uno de IU, pero éste está integrado en el equipo de gobierno, por lo que no hay oposición. El órgano municipal se reunió el 27 de diciembre, e incluyó un punto, el 12, con la siguiente denominación: Acuerdo que proceda sobre solicitud de retirada de la medalla de oro, sin entrar en detalles sobre el año de su concesión. Quedó sobre la mesa.
Alfonso Moscoso, el alcalde de Villaluenga desde 1999 explica a este periódico que llevaron la solicitud al pleno y que quedó en suspenso. Porque, aunque sí concedieron en 2021 la medalla por unanimidad plenaria "no tenemos protocolo de Honores y Distinciones, así que siguiendo las instrucciones de la secretaria municipal, hemos efectuado la apertura del expediente y requerido a los servicios jurídicos de la Diputación de Cádiz para que nos ofrezcan la asistencia técnica que nosotros no tenemos en un pueblo de 400 habitantes".
Así, sostiene, "será la Diputación la que nos diga cómo proceder ante nuestra incapacidad técnica, para ofrecer la máxima garantía de retirada o no retirada. Porque estamos hablando de la retirada de una medalla a un policía local que se le otorgó cuando se jubiló, y lleva jubilado dos o tres años". También, abunda, "para ofrecer las máximas garantías a la persona en concreto del motivo por el que se le retira, y para evitar un perjuicio tanto a la víctima como al afectado".
La indignación del matrimonio alcanza cotas estratosféricas cuando, subrayan, "la retirada de la medalla la hemos tenido que pedir nosotros, este hombre va diciendo por el pueblo que no se la pueden quitar porque es inocente, y nos han dicho en el Ayuntamiento que se le va a abrir trámite de audiencia para que presente alegaciones".