La crisis de 2008 fue un mazazo para César: un currante que regentaba una panadería en Madrid junto a su hermano. El descenso de clientes le llevó a endeudarse para intentar salvar su negocio, aunque acabó renunciando y mudándose a la localidad murciana de Totana para buscar otro empleo. Lo que no pudo dejar atrás fue la deuda de 115.431,96 euros que ha arrastrado hasta hace solo unos días, cuando el Juzgado Mercantil número 3 de Murcia ha decidido perdonársela "por ser deudor de buena fe", tal y como explica Marta Bergadà, la abogada de César.
Este panadero, de 54 años, reconvertido en trabajador de una empresa fotovoltaica atiende a EL ESPAÑOL expresándose con el tono esperanzado del que ve "la luz al final del túnel", tras una lucha que parecía que no iba a terminar nunca. Con serenidad, rememora cómo llegó al extremo de tener que decantarse "entre pagar la deuda o comer. No me gusta deber dinero, pero llega un punto en el que sencillamente no puedes pagar, y encima los bancos no te dan facilidades para poder hacerlo".
- ¿Cómo acabó debiendo más de 115.000 euros?
- César: En 2004 puse un negocio con mi hermano. Hasta 2008 todo iba muy bien, pero con la crisis [de la burbuja inmobiliaria] empezaron a bajar las ventas y los clientes, lo que provocó una serie de deudas difícilmente asumibles. También empecé a tener problemas para pagar la hipoteca de mi piso. Al final, le cedí mi parte de la panadería ante notario a mi hermano, y me quedé sin ningún tipo de ingresos. Por eso, mi mujer me propuso mudarnos a Totana, su pueblo natal.
La parte de la deuda que sí pude liquidar se correspondía con lo que tenía con la Seguridad Social: unos 6.000 euros. Lo que me quedó pendiente fue el tema de bancos, por un préstamo que pedimos para la panadería. Al final, me embargaron la nómina.
Después de mudarse a Totana, el municipio que vio nacer a Antonia, la esposa de César, la situación seguía sin mejorar: "Al llegar aquí, estuve un mes en el paro, pero encontré trabajo en varias panaderías. Después, me contrataron en la empresa fotovoltaica donde sigo desde hace alrededor de seis años".
César trabajando en un panadería en Totana.
Durante 16 largos años, César ha arrastrado esta deuda, como una soga al cuello que ha sido cortada por Marta Bergadà: abogada y socia fundadora de Bergadà Abogados, un despacho especializado en Derecho concursal que solicitó la exoneración del pasivo insatisfecho (EPI) por César, amparándose en la Ley de Segunda Oportunidad. "Esta medida se aplica para deudores de buena fe que han caído en un infortunio que les ha provocado insolvencia en un momento concreto", según detalla la letrada.
César narra que durante todos estos años ha estado aguantando esta difícil situación, a base de "trabajar mucho y echar muchas horas extra". Y es que a veces un mal llama a otro, y en 2011, mientras seguía luchando por sobrevivir a esta cuantiosa deuda, a su esposa le diagnosticaron cáncer de colon.
- ¿Cómo subsistieron durante el tiempo que su esposa padeció el cáncer?
- César: Dio la casualidad de que la enfermedad la pilló a ella sin trabajar, por lo que el tiempo que estuvo de tratamientos no tuvimos ingresos. Todo lo que entraba en casa era lo que yo podía proporcionar. Con una hija, más los gastos que acarrea una hipoteca, más los gastos de una casa, lo que entraba era para comer, para los gastos de mi hija y para subsistir.
Antonia acabó superando el cáncer, pero desgraciadamente, no se desprendió de esta terrible afección: volvió a recaer en 2019. A lo largo de este duro proceso, el matrimonio intentó "renegociar la deuda con el banco, pero no fue posible".
Una imagen de César y su mujer, Antonia.
En medio de esta tesitura en la que los problemas de la economía familiar se sumaban al delicado estado de salud de Antonia, en junio del 2024, el matrimonio acudió a un notario para realizar unas gestiones y allí se enteraron de que existía un salvavidas al que se podían agarrar: la Ley de la Segunda Oportunidad. De inmediato, esta pareja afincada en Totana contactó con Bergadà Abogados para iniciar los trámites.
"Si a César se le hubiera asesorado bien desde el primer momento, hace años que habría tenido la exoneración. Han perdido cinco o seis años", tal y como lamenta la abogada Marta Bergadà que asumió el caso. "Desde que solicitamos la exoneración del pasivo insatisfecho pasaron tres o cuatro meses hasta que el juzgado nos dio la razón".
Gracias a esta medida legal implementada en 2015, César puede cantar victoria y empezar desde cero en esta localidad murciana, conocida allende sus fronteras por su tradición con la alfarería y la cerámica: "Seguro que hay gente que está en la misma situación que yo, y la Ley de Segunda Oportunidad les puede dar un poquito de esperanza".
La entrada a los juzgados de Murcia.
Desde que se aferraron a la Ley de Segunda Oportunidad, las buenas noticias no dejaron de sucederse y Antonia superó el cáncer una vez más. Ahora, con la liberación que le supone esta gran noticia, César celebra lo que para él es lo más importante del mundo: darle un futuro a su hija de 13 años. "Nuestra hija va a tener opciones de estudiar una carrera, algo que hace solo unos meses era inviable para nosotros", afirma con entusiasmo el cabeza de familia.
- ¿Qué va a hacer ahora que no tiene que soportar el lastre de una deuda tan grande?
- César: En principio, no meternos en más. [Risas] Vivir tranquilo, he ganado mucho en sueño. Ya no te ves estancado, ves la luz al final del túnel. Ganas tranquilidad. No me gusta deber dinero, pero las circunstancias me llevaron a eso. Pasé una crisis muy mala, tuve que ir a psicólogos… En fin. Fue un mal trago. Psicológicamente estoy mejor y bastante recuperado.
DANA: Posibles beneficiarios
La abogada Marta Bergadà explica que la Ley de Segunda Oportunidad también podría dar lugar a que una parte de los empresarios de Valencia que acumulen deudas como consecuencia de los daños y perjuicios causados por la DANA, se puedan acoger a ella en un futuro: "Una vez que se aplica esta ley, nadie se hace cargo de la deuda. La organización que la reclama o sus acreedores la asumen como pérdida".
- ¿Qué requisitos hace falta cumplir para acogerse a esta Ley de Segunda Oportunidad?
- Marta Bergadà: La persona tiene que ser un deudor de buena fe que ha sido desafortunado, alguien que se encuentra en un momento en el que dice "me ha pasado cualquier cosa y no puedo pagar las deudas". Los requisitos de esta ley son muy sencillos, el 90% de la población española los cumple. Básicamente, se trata ded no tener derivaciones de sociedades con Seguridad Social y Hacienda y no tener delitos contra el patrimonio.
César cumplía todos esos requisitos y ahora disfruta de una segunda oportunidad, emprendiendo una nueva vida en Totana.