Luis Fernando durante una entrevista con la televisión pública asturiana en el Ayuntamiento de Valdés.

Luis Fernando durante una entrevista con la televisión pública asturiana en el Ayuntamiento de Valdés. RTPA.

Reportajes

Luis, el funcionario más antiguo de España, empezó con 14 años 'enchufado' por su padre y lleva 50 en el puesto: 'No quiero irme'

El asturiano, que tiene un puesto fijo en el Ayuntamiento de Valdés desde que comenzó siendo un preadolescente, se ha convertido en un símbolo del concejo.

J. Ruiz
Publicada

Cuarenta y nueve años, once meses y veintiséis días. El cálculo exacto de tiempo trabajado por Luis Fernando Méndez no es solo un detalle numérico; es la medida de una vida entera dedicada al Ayuntamiento de Valdés, en Asturias. Este hombre, que en febrero cumplirá medio siglo como funcionario, se prepara para despedirse de un lugar que ha sido más que su trabajo: ha sido su casa.

Luis Fernando empezó en el Ayuntamiento un 1 de febrero de 1975, cuando apenas tenía 14 años. Entonces, era un adolescente que estudiaba Formación Profesional por las tardes y aprovechaba las mañanas para ganar sus primeras 2.500 pesetas llevando correspondencia. "El conserje que se encargaba del correo se fue a trabajar a un matadero en Madrid, y mi padre, que también trabajaba aquí, me consiguió el puesto", cuenta Luis, con una sonrisa que ilumina sus recuerdos.

En sus primeros días, Luis apenas entendía el impacto que aquel empleo tendría en su vida. "Un cubalibre costaba 25 pesetas. Con 2.500 en el bolsillo, imagínate lo que era para un chaval de mi edad", rememora, entre risas, consciente de que esos ingresos acababan en manos de su madre, salvo un pequeño extra para el fin de semana. En el Valdés de los años setenta, cada peseta valía oro. 

Luis Fernando en su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Valdés.

Luis Fernando en su puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Valdés. RTPA.

Una historia compartida

A lo largo de cinco décadas, Luis ha ocupado casi todos los rincones del consistorio: de la entrega de correo a la gestión de contadores de agua, pasando por tesorería, intervención y la oficina técnica. Desde 1997, es responsable de las nóminas y de coordinar los reconocimientos médicos del personal municipal. "Es un trabajo que me encanta. Estoy muy respetado aquí", dice, y no hay una pizca de arrogancia en su tono, sólo gratitud.

Ha sido testigo de la historia de Valdés en primera fila. Ha trabajado con más de diez alcaldes, ha vivido reformas y cambios, y ha visto cómo su pueblo, como el resto de España, se transformaba. Pero más allá de los grandes eventos, lo que Luis lleva consigo son las anécdotas: historias de vecinos, decisiones improvisadas, días de tormentas administrativas. "Podría escribir un libro", dice, mientras se encoge de hombros, consciente de que sus memorias podrían hacer temblar a más de un político local.

Luis no ha sido alcalde —"eso nunca"—, pero en su opinión, es el segundo al mando. "El alcalde es el número uno porque lo vota la gente. Pero yo soy el número dos porque soy el que más tiempo lleva aquí", explica, con una mezcla de humildad y orgullo. Es una afirmación respaldada por los hechos: pocas decisiones pasan desapercibidas para este funcionario que ha visto todo.

Una jubilación sin prisas

La jubilación está a la vuelta de la esquina, pero Luis no parece tener prisa. Cumplirá 65 años el 10 de mayo, pero gracias a sus cotizaciones en el Régimen Especial de Trabajadores del Mar, podría retirarse el 10 de marzo. La noticia le llegó hace poco, en una carta de la Seguridad Social. Sin embargo, Luis asegura que no le entusiasma tanto el retiro. "He pasado más horas aquí que en mi propia casa", reflexiona.

A pesar de su discreción, todos en el Ayuntamiento saben que es una persona muy querida. Luis sonríe detrás del montón de papeles en su mesa de trabajo, una pequeña sala que comparte con otro funcionario. "Tengo mucho que hacer", dice. Quizá esa tranquilidad le ayudó a lo largo de su vida para tener tres cosas: suerte, ideas claras y constancia. Nunca se planteó dejar el Ayuntamiento. "Ni a los 20 ni a los 25. Es la gran ventaja del funcionario, que tienes sueldo para toda la vida", confiesa entre risas.

Su vida de empleado municipal solo estuvo interrumpida por el servicio militar obligatorio en 1980. Al terminar la mili, le ofrecieron continuar como militar, pero lo rechazó. "Ya era funcionario y tenía mi trabajo en Luarca, a cinco minutos de mi casa". Esta cercanía siempre fue importante para Luis, que considera una suerte poder ir caminando al trabajo.

El futuro no pinta aburrido, según dice. Luis es tesorero del Club Marítimo de Luarca desde su fundación y, aunque ya no tiene embarcación propia, disfruta del mar como pocos. Caminar, colaborar con los socios del club y disfrutar de su familia son algunas de las actividades que le esperan. "No voy a parar. Esto no es un adiós, es un cambio de ritmo", asegura.

El alcalde de Valdés, Óscar Pérez, ya prepara un evento para celebrar los 50 años de Luis. "Me lo dijo, pero no me da pistas. Seguro que será especial", dice. Este reconocimiento será un broche de oro para una trayectoria inigualable. Luis Fernando Méndez no es sólo el funcionario más antiguo de España, sino también el corazón del Ayuntamiento de Valdés. Su historia, difundida primero hace semanas por la La Nueva España y publicada después por otros medios de comunicación locales, es también la de un pueblo que ha cambiado, crecido y enfrentado retos con la misma constancia y dedicación que este hombre.