Imágenes de archivo de Daniel Esteve (i) y Luis Núñez (d).

Imágenes de archivo de Daniel Esteve (i) y Luis Núñez (d). E. E.

Reportajes

La guerra de Dani Esteve contra su imitador Desokupa CyL por el trono de los 'desalojadores': "Pega a las mujeres y trafica"

Un vídeo viral en el que Núñez y su empresa se equivocaban de dirección al tratar de hacer una "desokupación" motivó el enfrentamiento contra Esteve.

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J. Ruiz
Publicada

Hace años las empresas de desocupación no significaban nada y ahora hasta se enfrentan entre ellas a niveles exorbitantes. Es el caso mediático entre Daniel Esteve, fundador de Desokupa, y Luis Núñez —más conocido como Mané—, líder de DesokupaCyL. Lo que comenzó como un desacuerdo sobre prácticas en el sector ha derivado en una auténtica guerra abierta en redes sociales con acusaciones de delitos graves, denuncias de okupación y desafíos de confrontación física.

En Galicia, hace tan sólo unos días, DesokupaCyL intentó desalojar a una pareja por una supuesta deuda de 26.500 euros, pero se equivocaron de domicilio. El video del desalojo erróneo se volvió viral y no tardó en convertirse en carnaza para Dani Esteve, quien decidió exponer a Núñez en redes sociales. En una serie de videos publicados en su cuenta de 'X', Esteve lo tildó de "matón sin escrúpulos" y aseguró que su negocio "no es más que un chiringuito montado sobre la intimidación y la ilegalidad".

"Ha estado viviendo de okupa cinco años en la calle Narciso Monturiol y se hizo con 40 o 50 manojos de llaves, que vendió con contratos falsos entre 1.500 y 3.000 euros por piso", afirmó Esteve en uno de sus videos, asegurando tener capturas de pantalla y testimonios que lo respaldan. "No solo desokupar, también okupar, ese es el negocio de Mané", sentenció.

Acusaciones cruzadas

Las acusaciones de Esteve encuentran eco en los vecinos del residencial Arroyovereda en Valladolid, quienes, según el Diario de Valladolid, ya en 2022 habían denunciado a Núñez por okupación y presunta venta de droga en los bajos del edificio. Según declaraciones recogidas por la Guardia Civil, los inquilinos aseguraron haber escuchado conversaciones sospechosas a través de las paredes: "Ya te tengo preparado el pedido, pasa a recogerlo cuando quieras", reveló uno de los testimonios.

Por su parte, Luis Núñez no se ha quedado callado. En videos de respuesta, ha negado cualquier implicación en la okupación de viviendas y se ha defendido con dureza. "Totalmente falso. Ni pertenezco a ninguna organización de okupación, ni mucho menos. Pero presuntamente a lo mejor tú sí, Dani", replicó en un tono desafiante.

Lo que sí reconoció fue su pasado en prisión. "Sí, fui condenado por tráfico de drogas. Diez años, prácticamente íntegros. Y otra de tres. Pero eso no tiene nada que ver con esto", afirmó, quitando importancia a su historial delictivo.

Un reto en el cementerio

El conflicto escaló a un nivel surrealista cuando Núñez desafió a Esteve a una "cita" en el cementerio del Carmen en Valladolid. "Esta misma noche a las 12.00 horas en el cementerio, donde aquí los hombres solucionamos las cosas", retó Núñez en uno de sus videos. Pero Esteve rechazó el encuentro. "No voy a caer en la trampa de este personaje. Ya sabemos cómo terminan estas cosas cuando hay 30 personas esperándote con coches escondidos y armas", respondió.

Además de estos desafíos de típico thriller de serie B, Esteve también acusó a Núñez de violencia de género, asegurando que tiene denuncias por haber pegado a mujeres y que incluso "le partió la nariz a una expareja". Núñez negó categóricamente estos señalamientos: "Nunca he tocado a una mujer, y no tengo condenas por violencia de género", aseguró.

Lo cierto es que la guerra entre los dos empresarios no sólo es personal, sino también una pugna por dominar el lucrativo negocio de la desokupación. Esteve, que dice tener más de 9.000 desalojos en su historial mientras se refugia en una imagen de hombre de negocios curtido, acusa a Núñez de intentar colgarse de su reputación y de operar sin las mínimas garantías legales. "Usa métodos ilegales, no tiene póliza de responsabilidad civil, y su logo es un plagio del escudo de la Policía Nacional", afirmó.

Por otro lado, Núñez lo acusa de manipular información para acabar con su competencia y de querer monopolizar el negocio de los desalojos. "Esteve cobra 6.000 euros por cada desalojo y no quiere que haya nadie que le haga sombra", denunció en sus videos.

Exposición mediática

Mientras los protagonistas intercambian insultos y amenazas en redes, los vecinos de Arroyovereda miran con escepticismo. "Tenemos miedo porque hay okupas que son conocidos de él (Núñez), y están más revueltos", explicó una residente a los medios de comunicación locales. "Pero la guerra de ellos es suya. Nosotros solo queremos recuperar nuestras casas", concluye.

El desenlace de este conflicto sigue siendo incierto. Mientras Esteve amenaza con llevar a Núñez ante la justicia, este último sigue desafiándolo públicamente. "Si tienes cojones, dímelo a la cara", retó Núñez en uno de sus videos más recientes. Esteve, por su parte, insiste en que seguirá destapando informaciones sobre su rival. "Voy a acabar con tu chiringuito legalmente", sentencia.

Lo que es seguro es que la batalla por la desokupación ha dejado al descubierto el lado oscuro de un negocio en auge. La exposición mediática de esta disputa no solo afecta la reputación de sus protagonistas, sino que también pone en el punto de mira a un sector que opera, al menos según los vídeos publicados, en los límites de la legalidad.

Ahora queda por ver si la fiscalía tomará cartas en el asunto o si este enfrentamiento se mantendrá en el terreno de las redes sociales, convertido en un espectáculo de amenazas, acusaciones y egos enfrentados. "Sois mi particular Netflix", reía un comentario en Instagram.