Imagen de archivo de Xabier Ron junto a Yolanda Díaz.

Imagen de archivo de Xabier Ron junto a Yolanda Díaz. Cedida.

Reportajes

Xabier Ron, el 'profe' de francés comunista y exdiputado de Yolanda Díaz acusado de una agresión sexual a una menor

La investigación contra el gallego comenzó después de que la madre de una niña de "su círculo personal" le denunciara. La Guardia Civil ha centrado los esfuerzos en localizar unos archivos informáticos.

Más información: Decretan prisión provisional para Xabier Ron, exdiputado con Yolanda Díaz en Galicia.

Julio César Ruiz Aguilar
Publicada

Es martes a media mañana en el IES Breamo de Pontedeume, A Coruña. La Guardia civil entra con paso firme y una orden en la mano. Junto a ellos se encuentra Xabier Ron, profesor de francés del mismo centro y reconocido exdiputado de Alternativa Galega de Esquerdas (AGE). Él, que llega junto a la Policía Judicial del cuerpo armado en calidad de detenido, no tiene otra opción que hacer caso a las indicaciones de los agentes. Mientras, guarda silencio. Los acompaña y, en su presencia, la Guardia Civil registra su ordenador.

Nacido en Lyon en 1969, Xosé Xabier Ron Fernández ha pasado la mayor parte de su vida en Galicia. Es hijo de emigrantes retornados, licenciado en Filología Románica por la Universidad de Santiago de Compostela. Militante del Partido Comunista de Galicia, sus excompañeros le consideraban un hombre de discursos encendidos pero voz serena. Fue candidato de Izquierda Unida a la alcaldía de Santiago en 2007 y 2011, hasta que, en 2012, logró un escaño en el Parlamento gallego de la mano de AGE.

Compartió bancada entonces con Xosé Manuel Beiras y con Yolanda Díaz. Se decía que era un hombre de convicciones, un político tranquilo en un grupo considerado beligerante. Pero su carrera parlamentaria duró lo que dura una legislatura, cuatro años. Después, prefirió el silencio de su casa en una aldea a 15 kilómetros de Santiago de Compostela.

Imagen de archivo de Xabier Ron.

Imagen de archivo de Xabier Ron. Vía Láctea / Europa Press

Regresó a las aulas. Dio clases en Touro, en Ames. En septiembre de 2024 —es decir, desde este último curso— comenzó a enseñar francés en el IES Breamo de Pontedeume. Hasta que la Guardia Civil entró en la escuela de secundaria y bachillerato y lo detuvo. El motivo, una denuncia, interpuesta por la madre de una menor cercana a Xabier Ron —aunque no alumna del centro anteriormente mencionado— que lo señalaba directamente por una presunta agresión sexual.

Orden de registro

El juzgado número uno de Santiago de Compostela, al cargo de la investigación judicial, emitió órdenes de registro. No fue una simple detención: la jueza Ana López-Suevos autorizó de inmediato el acceso a sus dispositivos electrónicos, una medida que rara vez se toma sin indicios sólidos. Su casa, su teléfono móvil, su ordenador: todo se convirtió en una evidencia. La Guardia Civil llegó con un exhorto claro: había que revisar a fondo el material tecnológico de Xabier Ron.

Después, tras no hallar la Guardia Civil lo que estaban buscando, Ron fue trasladado al cuartel de O Milladoiro, donde pasó la noche en un calabozo. Según fuentes policiales, se acogió a su derecho de no declarar. A la mañana siguiente fue sentado frente a la magistrada López-Suevos quien, finalmente, en base a la documentación presentada y el curso de la investigación policial, le enviaría a prisión provisional. 

El caso, en estos momentos, está rodeado de un hermetismo absoluto. La magistrada dictó una providencia para impedir la difusión de cualquier dato que permita identificar a la víctima, al considerar la gravedad de la acusación y la edad de la menor. Pero fuentes próximas a la investigación han señalado a EL ESPAÑOL que en los dispositivos eléctronicos se buscan una serie de fotografías que, sin embargo, no se han encontrado.

Imagen de archivo de Xabier Ron en una rueda de prensa como portavoz de Izquierda Unida.

Imagen de archivo de Xabier Ron en una rueda de prensa como portavoz de Izquierda Unida. Europa Press.

El político silencioso

La noticia estalló en Santiago como una bomba de relojería. Su detención se deslizó por los pasillos del Parlamento de Galicia, se filtró en los cafés donde aún resuenan ecos de la izquierda combativa, llegó a los periódicos como un relámpago. Esquerda Unida se apresuró a aclarar que Ron llevaba al menos ocho años fuera de la organización. "Recibimos la noticia con sorpresa", dijeron. Se aferraron a la presunción de inocencia. El PP, en cambio, desempolvó antiguos escándalos, recordando otros casos que rodearon a la coalición de Yolanda Díaz.

En el IES Breamo, sus alumnos y compañeros intentan digerir la noticia. El martes lo vieron salir del aula con los agentes. Hoy, su escritorio está vacío. Y el resto de profesores prefieren no hablar sobre lo ocurrido. En sus discursos políticos rara vez levantaba la voz, pero sus palabras llegaban con contundencia. No era un político de arrebatos, sino de construcción paciente. Era alguien que, en su época parlamentaria, solía citar versos en gallego y reflexionar sobre las raíces culturales de Galicia.

Más allá de la política, era un académico apasionado por la literatura medieval. Su tesis de doctorado versó sobre la fenomenología del don en la lírica románica, una exploración densa sobre el valor simbólico del regalo en la poesía trovadoresca. En la docencia, su nombre resonaba en las aulas no sólo por su conocimiento del idioma francés, sino por su amor por la etimología, las palabras que viajan en el tiempo.

En la imagen, Xabier Ron se pronuncia en el Parlamento gallego.

En la imagen, Xabier Ron se pronuncia en el Parlamento gallego. AGE.

Cuando dejó la política, su salida no fue estruendosa. Se alejó de los círculos de poder sin hacer ruido, sin escándalos. Volvió a la enseñanza, donde se sentía cómodo, donde podía moverse en un terreno que dominaba. Su vida parecía haberse asentado en la rutina de las aulas, la corrección de exámenes, la planificación de clases. Hasta ahora.

Una presunta agresión

Hoy, su historia ha dado un vuelco. La Guardia Civil rastrea sus dispositivos en busca de esas pruebas, y su nombre está en el centro de un proceso judicial que avanza con la cautela propia de los casos que involucran a menores. Mientras las autoridades investigan, los medios y la sociedad observan, y Ron duerme en la cárcel.

No es la primera vez que un político retirado se enfrenta a la justicia, pero en su caso, la magnitud de la acusación y la severidad con la que se ha abordado la investigación hacen que las miradas se claven en él. El hombre que una vez citó poesía en el Parlamento ahora espera que la justicia determine su futuro por haber cometido presuntamente uno de los delitos más graves que existen.