Montserrat de Pedro, Inspectora Jefe de la Policía Nacional y jefa de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional.

Montserrat de Pedro, Inspectora Jefe de la Policía Nacional y jefa de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional. Cristina Villarino.

Reportajes patrimonio histórico

Con la inspectora De Pedro y la brigada que recupera 'Berninis' y cuadros de Bacon: "Ya no hay ladrones de guante blanco"

La Policía Nacional abre sus puertas a EL ESPAÑOL para conocer en una jornada de trabajo a la Brigada de Patrimonio Histórico, liderada por la inspectora jefe.

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A la inspectora jefe Montserrat de Pedro no le tiembla la voz cuando dice que ama el arte. Tampoco cuando explica que su trabajo no es solo atraparlo en imágenes o estudiar su historia, sino protegerlo, investigarlo y recuperarlo. Su equipo, la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional, es el último eslabón entre el expolio y la justicia. No siempre ganan. Pero cuando lo hacen, una pieza perdida vuelve a casa, un cuadro regresa al museo, una escultura se desempolva y deja de ser un objeto en la sombra del mercado negro.

"Esta brigada se creó en 1977", explica la inspectora jefe Montserrat de Pedro. "Era un Grupo de Obras de Arte dentro de la policía, un equipo especializado en investigar robos en iglesias y museos. Luego, en 1986, se convirtió en Brigada, con una estructura más grande y un marco legal más sólido". En ese año, España promulgó la Ley de Patrimonio Histórico Español, y con ella se reforzó la protección del legado cultural del país. "En aquellos primeros años, el saqueo de iglesias era un problema gravísimo. Las iglesias estaban abiertas las 24 horas del día, sin vigilancia, y el robo de esculturas, pinturas y relicarios era casi un deporte", dice.

Hoy, la Brigada de Patrimonio Histórico está formada por entre 14 y 15 agentes. No son muchos. "Tenemos rotación porque la gente asciende, cambia de destino. Pero quienes se quedan, lo hacen porque aman el trabajo", explica la inspectora jefe Montserrat de Pedro. Entre ellos, algunos tienen formación en Historia del Arte o Arqueología, pero no es un requisito obligatorio. Lo que importa aquí no es ser un experto en arte, sino ser un buen investigador.

En las dependencias de la Brigada de Patrimonio Histórico se encuentra un escudo del Cuerpo Nacional de Policía con dibujos de Antonio Mingote.

En las dependencias de la Brigada de Patrimonio Histórico se encuentra un escudo del Cuerpo Nacional de Policía con dibujos de Antonio Mingote. Cristina Villarino.

Una brigada pequeña

El inspector Miguel Ángel Espadas, jefe de grupo dentro de la Brigada, lo confirma: "Nosotros no somos peritos. No somos quienes autentificamos las piezas ni quienes analizamos su valor artístico. Para eso están los expertos. Nosotros investigamos". Lo hacen a través de una base de datos interna, Dulcinea, donde registran todas las obras robadas en el país. También colaboran con bases de datos internacionales, como la de Interpol, que es pública y permite alertar sobre piezas en el mercado negro.

El expolio, dice la inspectora jefe Montserrat de Pedro, ya no es el mismo que hace 50 años. El saqueo arqueológico ha reemplazado en importancia a los robos de arte en museos o iglesias. "Hoy, lo que más trabajo nos da es la arqueología", explica. "Cuando se roba un cuadro de un museo, rápidamente entra en la base de datos de Interpol. Pero cuando alguien extrae ilegalmente una pieza arqueológica del suelo, nadie sabe que existía. No hay registro de ella. Ahí está el problema".

Los ladrones modernos no son tipos con linternas en galerías vacías. "Ya no son de guante blanco", dice la inspectora jefe. Muchos trabajan con detectores de metales en yacimientos arqueológicos, desenterrando piezas que luego venden en el mercado negro. Otros lo hacen de forma más sofisticada: creando documentos falsos para "blanquear" el origen de una obra y lograr que entre en el circuito legal de subastas y coleccionistas.

El Inspector Espadas (d) muestra una prueba del artista César Galicia, colgado en una pared de las dependencias policiales, a EL ESPAÑOL.

El Inspector Espadas (d) muestra una prueba del artista César Galicia, colgado en una pared de las dependencias policiales, a EL ESPAÑOL. Cristina Villarino.

"Una de las prácticas más habituales es falsificar facturas antiguas para hacer creer que la pieza se compró antes de 1985, cuando se aprobó la Ley de Patrimonio Histórico", explica el inspector Miguel Ángel Espadas. "Si logran convencer a un comprador de que la pieza tiene un origen lícito, se vuelve casi imposible de recuperar", prosigue.

Y después está internet. "Antes los robos de arte se daban en mercadillos, en ferias. Ahora ocurre en redes sociales y plataformas de compraventa", continua el inspector. "En Facebook hay grupos cerrados donde se trafican piezas. En plataformas de segunda mano se venden objetos arqueológicos como si fueran simples antigüedades". La Brigada monitorea estas redes, pero muchas veces las ventas ocurren en mensajes privados, pagos en efectivo o transferencias difíciles de rastrear.

España, país de origen

No siempre se puede detener a alguien. Algunas piezas desaparecen durante décadas y reaparecen en colecciones privadas, en otros países, en manos de compradores que aseguran haberlas adquirido "de buena fe". En esos casos, dice la inspectora jefe Montserrat de Pedro, la solución no es policial sino diplomática. "A veces, cuando un coleccionista se entera de que su obra fue robada, decide devolverla voluntariamente. Otras veces hay que convencerlo. Y en algunos casos, sencillamente no se puede recuperar porque el delito ha prescrito".

El expolio arqueológico y el tráfico de arte son problemas globales. España es más un país de salida que de destino, explica el inspector Miguel Ángel Espadas. "Exportamos más de lo que importamos. Pero, al mismo tiempo, colaboramos con otros países en la recuperación de piezas". Un ejemplo reciente: la Brigada está a punto de viajar a Italia para recoger varias obras recuperadas por los Carabinieri. "Italia tiene una unidad de más de 300 agentes solo para estos casos. Nosotros somos muchos menos", dice la inspectora jefe Montserrat de Pedro.

Aun así, la Brigada de Patrimonio Histórico ha logrado éxitos notables. Recuperaron cuatro de los cinco cuadros de Francis Bacon robados en Madrid en 2015. También lograron traer de vuelta a España una escultura de Bernini, que ahora se exhibe en la Galería de las Colecciones Reales, en colaboración con el Ministerio de Cultura y Patrimonio Nacional. "Cada recuperación es un triunfo. Significa que hemos hecho bien nuestro trabajo", dice el inspector Miguel Ángel Espadas.

La inspectora jefe de Pedro muestra en la pantalla de su ordenador la escultura original de Gian Lorenzo Bernini, recuperada recientemente.

La inspectora jefe de Pedro muestra en la pantalla de su ordenador la escultura original de Gian Lorenzo Bernini, recuperada recientemente. Cristina Villarino.

Un trabajo vocacional

Con todo, la Brigada enfrenta desafíos constantes. "Queremos crecer, pero es difícil. Somos pocos y los delitos no dejan de evolucionar", dice la inspectora jefe Montserrat de Pedro. Para paliar la falta de personal, la Brigada creó la figura del Delegado de Patrimonio Histórico en comisarías provinciales. No son especialistas, pero actúan como "ojos y oídos" de la unidad en todo el país.

A pesar de las dificultades, ninguno de los dos cambiaría su trabajo. El inspector Miguel Ángel Espadas lleva desde 2007 en la Brigada y, aunque en un momento ascendió y estuvo en otro destino, decidió regresar. "Cuando trabajas aquí, cuesta dejarlo", dice. La inspectora jefe Montserrat de Pedro llegó en 2020, justo antes de la pandemia. "Al principio, cada caso me parecía una novela negra", confiesa. "Ahora ya estoy más acostumbrada, pero sigue siendo apasionante. Y al final, lo que recuperamos no es solo una pieza. Es historia".

EL ESPAÑOL les pregunta qué se siente cuando finalmente logran recuperar una obra robada. La inspectora jefe Montserrat de Pedro sonríe. "¿Te imaginas tener en tus manos algo que ha estado perdido durante 60 años? Algo que ha viajado por el mundo, cambiado de manos en el mercado negro, que nadie sabía dónde estaba... y, de repente, vuelve a casa". Hace una pausa. "Eso es algo que nunca deja de emocionar".

Contraluz de la Inspectora Jefe Montserrat de Pedro. Al fondo, el Complejo Policial de Canillas.

Contraluz de la Inspectora Jefe Montserrat de Pedro. Al fondo, el Complejo Policial de Canillas. Cristina Villarino.

El inspector Espadas asiente. "A veces entras a un museo y ves una pieza con una placa que dice 'Recuperada por la Brigada de Patrimonio Histórico'. Y piensas: yo estuve ahí. Yo ayudé a traerla de vuelta. Y eso, para nosotros, lo vale todo". 

Al término de la entrevista, la inspectora jefe Montserrat de Pedro y el inspector Miguel Ángel Espadas vuelven a su trabajo. En las dependencias hay fotografías de obras recuperadas y otras que siguen desaparecidas. En algún lugar, alguien tiene en sus manos una pieza que pertenece a la historia. La Brigada de Patrimonio Histórico no dejará de buscarla.