El coordinador del Grup Municipal Unides Podem Palma, Juanjo Martínez, durante un mitin de campaña en 2023.

El coordinador del Grup Municipal Unides Podem Palma, Juanjo Martínez, durante un mitin de campaña en 2023. Tomàs Moyà Europa Press

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Podemos cesa al coordinador de IU en Baleares tras las denuncias de presuntos abusos sexuales por varias mujeres

Juanjo Martínez cesará oficialmente en el próximo pleno del Ayuntamiento de Palma de su cargo como miembro del consejo de administración de la EMT.

Más información: Al menos diez mujeres señalan a Juanjo Martínez, de Izquierda Unida en Baleares, por abusos sexuales: "Es un depredador".

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El coordinador general de Izquierda Unida (IU) en Baleares, Juanjo Martínez, cesará oficialmente en el próximo pleno del Ayuntamiento de Palma de su cargo como miembro del consejo de administración de la Empresa Municipal de Transportes tras al menos diez denuncias de presuntos abusos sexuales en redes sociales.

Martínez desempeña este cargo en representación de Podemos, que le ha retirado su confianza ante los hechos denunciados, según ha informado su concejala en Cort, Lucía Muñoz. La edil ha explicado este martes que, tras conocerse las denuncias, su formación decidió la pasada semana el cese de Martínez de manera inmediata, un trámite que se planteará este miércoles ante la Junta de Gobierno de Cort.

Muñoz ha subrayado que Martínez no es miembro de Podemos, sino de Izquierda Unida de Baleares, y que ella misma se puso en contacto la pasada semana con estas mujeres para ofrecerles todo el apoyo a las denunciantes de este caso. El denunciado, Juanjo Martínez, ha declinado realizar declaraciones por el momento.

Captura de pantalla de algunos de los mensajes de las denunciantes.

Captura de pantalla de algunos de los mensajes de las denunciantes. Diseño: Arte / EE

La cuenta de Instagram 'Abusos_Balears' ha publicado varios testimonios anónimos que denuncian los presuntos abusos por parte de un político de izquierdas, sin concretar su identidad, al que califican de "depredador" sexual y del que denuncian que está protegido por su partido.

Una de las denunciantes lo define con un término que, según ella, él mismo usaba: "afiliación vaginal". Otra, que asistió a una manifestación feminista y lo vio sosteniendo la pancarta, cuenta que sintió un ataque de ansiedad inmediato. "Pasan los años, pero sigo dudando de ir a las marchas. Si voy, lo hago con miedo, en alerta, por si está... porque sé que aún voy a temblar recordando todos los engaños, abusos, coacciones y amenazas que sufrí".

EL ESPAÑOL publicó en un primer momento varios testimonios anónimos que preferían no difundir el nombre y los apellidos del presunto agresor. Sin embargo, horas después Podemos le cesaba del consejo de administración de la empresa pública de transportes por las denuncias anónimas, señalándole públicamente. Las declaraciones describen a un hombre que aprovechaba su posición para seducir, presionar, manipular y, en algunos casos, abusar de mujeres militantes.

Un agresor "protegido"

"Me trató como si fuese una pieza más de su maquinaria, diciéndome exactamente lo que sabía que quería escuchar para mantenerme ahí", cuenta uno de los testimonios anónimos. Descubrió, semanas después de su primer encuentro, que él tenía pareja. Tiempo después, supo que su historia no era única, que otras mujeres habían pasado por lo mismo, en una espiral de relaciones degradantes y vejatorias. 

El abuso, según los relatos, no terminaba cuando las víctimas intentaban alejarse. Varias mujeres aseguran que él mantenía contacto insistente, enviando mensajes con insinuaciones sexuales incluso años después, aún estando en una relación. Una de ellas cuenta que tuvo que bloquearlo de todos lados porque no dejaba de escribirle. "Un verdadero lobo vestido de cordero", resume.

Los testimonios no sólo señalan al acusado, sino también al entorno que, según denuncian, lo protege. "Las asambleas feministas del partido trataron el tema y ni las propias mujeres dieron credibilidad a los relatos. Sin apoyo, era muy difícil que las víctimas se expusieran", dice una exmilitante. Otra, que acompañó a una mujer a denunciar, asegura que el acusado contaba con un abogado del partido y una estrategia minuciosamente preparada. "Su defensa fue intachable. La nuestra, improvisada".

El silencio institucional se repite en varios relatos. Muchas intentaron alertar dentro del partido, pero el encubrimiento fue sistemático. "No es una ni dos. Lamentablemente somos muchas las que hemos sufrido su modus operandi", dice una de ellas, que afirma conocer al menos seis casos de primera mano. Otra mujer intentó denunciarlo internamente y recibió como respuesta una advertencia velada: "Para no perjudicar al espacio de la izquierda, se hace guardar silencio indirectamente a las víctimas".

"Favores sexuales"

Pero el patrón de abuso iba más allá de lo personal. Según quienes lo conocieron de cerca, el político usaba el partido como una extensión de su vida privada, instrumentalizando causas sociales y utilizando el poder como moneda de cambio para favores sexuales. "Te ofrecía oportunidades laborales, contratos con horarios flexibles y calidad de vida, siempre que jugaras dentro de sus reglas", afirma una militante que, tiempo después, descubrió que no era la única a quien le hacía ese tipo de propuestas.

Hay quienes, sin haber sido víctimas directas, fueron testigos del ambiente que generaba su presencia. Un hombre que acompañó a una de las mujeres abusadas sostiene que "todo era vox pópuli, pero nadie hacía nada". Habla de fiestas donde el alcohol corría sin control y de un liderazgo basado en el carisma, pero también en el miedo. "Nosotros, los hombres, tenemos que ayudar y desmontar este sistema que maltrata sistemáticamente a las mujeres por el simple hecho de serlo".

Sin una denuncia formal, el caso aún no ha cruzado el umbral de la justicia. Pero el relato de estas diez mujeres, que ahora han decidido hablar, expone una realidad que se ha repetido demasiadas veces en espacios donde el discurso de igualdad no siempre se traduce en prácticas reales. "Por favor, dejad de ser cómplices y callar", ruega una de las denunciantes. "Dejarlo impune es condenarnos a seguir teniendo miedo".