Francisco Salvador, condenado en 2019 a prisión permanente revisable y en firme por el Tribunal Supremo en 2020.

Francisco Salvador, condenado en 2019 a prisión permanente revisable y en firme por el Tribunal Supremo en 2020. E.E.

Reportajes

Francisco, el primer condenado a prisión permanente por violencia de género en España, sigue maltratando desde prisión

La Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Brigada de Policía Judicial de Linares lo investiga por Violencia de Género contra una mujer de fuera de prisión que cortó su relación sentimental con él al enterarse de los motivos de su condena: la ha acosado y amenazado por teléfono y carta durante dos meses.

Más información: Francisco, primer asesino de violencia de género condenado a prisión permanente revisable

Publicada

Francisco Salvador García Sánchez tenía cuatro órdenes de alejamiento por violencia de género. Una por cada mujer a la que había maltratado salvajemente. Todas, previas a cuando asesinó a Toñi García Abad en Huércal (Almería). Fue el sábado 14 de enero de 2017. La violó, la mutiló y le propinó más de cien golpes.

Fue el primer condenado a prisión permanente revisable de España por un caso de violencia de género y el séptimo en ser condenado a esta pena. Y ahora, la Policía Nacional le vuelve a investigar por un nuevo caso por la misma tipología de delito contra una expareja sentimental.

Lo ha perpetrado desde la cárcel: presuntamente lo ha hecho por carta y por teléfono. El medio de hacerlo, precisa la Policía, no ha sido impedimento para que replique punto por punto todos los pasos del ciclo de violencia de género contra las mujeres.

A Toñi García Abad la degolló en su casa. Había roto con él semanas antes, a finales de 2016. La víspera en la que cebó con crueldad y hasta la muerte contra la mujer, el hombre había acudido al Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería por una sobredosis de alcohol. Era de noche aún cuando abandonó el centro hospitalario sin esperar el alta.

Entre las 06.35 y las 07.15 horas, Francisco salió del hospital, entró con su llave en el domicilio de la víctima mientras ésta dormía, se quitó los zapatos para no hacer ruido, se abalanzó sobre ella y la violó. Utilizó un cuchillo de borde aserrado con el que, además de obligarla a estarse quieta mientras la violaba, posteriormente le dio con él más de cien golpes en distintas zonas del cuerpo. En los brazos, antebrazos y en la cabeza.

Luego le mutiló la lengua. La maltrató salvajemente durante una hora y media y, posteriormente, le cortó el cuello con el mismo cuchillo de sierra. Una vez muerta le cercenó los genitales. La forense aseguró en el juicio en la Audiencia Provincial de Almería que el de Toñi era el cadáver "con mayor número de lesiones que había reconocido en 20 años".

Antes de intentar huir, arrastró el cadáver al baño para lavarlo. Fue detenido en las inmediaciones de la vivienda instantes después del crimen, tras haber salido por la parte trasera de la casa y haber ocultado entre unos matorrales el cuchillo roto, un jersey, el teléfono móvil de Toñi y su ropa interior.

"Agresor persistente"

Tenía en vigor cuatro órdenes de alejamiento de cuatro parejas anteriores por malos tratos y ocho condenas, la mayoría ligadas a la violencia de género. También le constaba una condena de un año de prisión por un delito de estafa y otro de falsedad documental para servirse de una cuenta corriente a nombre de su tía: tenía en vigor una requisitoria para su ingreso en la cárcel.

Fue condenado a prisión permanente revisable por asesinar con ensañamiento y alevosía a Toñi. Y también le condenaron a otros 15 años por la agresión sexual, condenas ratificadas y firmes por el Tribunal Supremo en julio de 2020, que rechazó sus apelaciones. En la primera instancia incluyó hasta el indulto.

Ahora, agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Linares lo han señalado como presunto autor de un nuevo delito de Violencia de Género. Lo habría perpetrado desde el Centro Penitenciario de Jaén, donde se encuentra cumpliendo condena.

La víctima es una mujer, familiar de un interno con el que Francisco Salvador tiene amistad. Ella lo denunció a la Policía Nacional luego de mantener una relación sentimental con él durante 8 meses. En ese tiempo, la mujer no supo ni sus antecedentes ni los motivos por los que estaba condenado.

Al enterarse de ellos de manera fortuita, según la Policía Nacional, cortó toda relación. La ruptura dio paso a dos meses de acoso sistemático y continuado, por carta y por teléfono, en los que Francisco Salvador García Sánchez también la amenazó.

El condenado por asesinato no aceptó la decisión de ella de poner fin a la relación sentimental. Comenzó primero a coaccionara, y luego, a amenazarla mediante llamadas telefónicas. Ella lo bloqueó. Entonces, el hombre empezó a escribirle cartas. Todas ellas las llevó la mujer a la comisaría como prueba de los hechos en el momento de interponer la denuncia. Cartas y más cartas, escritas en cuartillas blancas, rosas o amarillas y enviadas por correo a su domicilio. Así, durante dos meses.

Imagen de las cartas enviadas por Francisco Salvador, entregadas por la víctima a la Policía Nacional.

Imagen de las cartas enviadas por Francisco Salvador, entregadas por la víctima a la Policía Nacional. Policía Nacional

De acuerdo a los protocolos de actuación establecidos por la Secretaría de Estado de Seguridad y el Cuerpo Nacional de Policía, el denunciado está catalogado por los investigadores como "agresor persistente", ya que al mismo le constan además del asesinato de su expareja, delitos similares sobre otras 5 víctimas más, encontrándose todas ellas en el sistema VIOGEN.

Su caso, según la Policía Nacional, se encuadra como "de alta complejidad" en el que "se presentan niveles de riesgo más acusados y variados". El cuerpo policial pone de relieve además que las amenazas y coacciones desde la cárcel las haya llevado a cabo en un corto periodo de tiempo -dos meses-, "ayuda a comprender el nivel de acoso que el denunciado impuso a la afectada".

Además desde el Cuerpo Nacional de Policía se subraya que, tras la lectura del contenido de las misivas, en ellas "se produce de manera indiscutible el llamado ciclo de la violencia de género".

Las amenazas

Las primeras cartas recalcan el "supuesto amor" que le profesa a la mujer. Ensalza sus virtudes con frases como "eres lo más importante de mi vida y por eso os he puesto en mi testamento a tí y a tus hijos". 

Luego pasa a amenazarla "con autolesionarse", y también la culpabiliza a ella del daño que él pueda autoinflingirse: "Si no puedo estar contigo, no quiero vivir"; "Si tu no estás conmigo, prefiero marcharme al cielo".

La tercera fase del ciclo de la violencia de género, in crescendo, también la perpetra por carta: profiere amenazas directas al comprobar que ella no quiere retomar la relación. "Mi dolor será tu puta pesadilla como para que ese día yo no tenga todo eso que yo pido: tic, tac, tic, tac". "Voy a ser un hijo de puta, que es lo que a ti te mola me han dicho. No tan buenazo, el puteo te va más, pues juguemos". 

Tras la investigación de la UFAM de la Comisaría de la Policía Nacional de Linares, cuando se han recopilado "todos los medios de prueba posibles", han dado parte de su instrucción al Juzgado de Violencia de Género de Linares, así como al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de Jaén, "para que lleven a cabo aquellas acciones que por parte del sistema Judicial se estimen convenientes".