No es fácil entrevistar a este joven, Guillermo/Willy Bárcenas (26 años), vocalista y líder del grupo musical Taburete. Y no porque él no sea agradable, simpático y educadísimo. Es porque una se siente desarmada ante sus ojos donde se mezclan a partes iguales el privilegio, el dolor…y sí, la nobleza. ¿Arrasan los conciertos de su grupo por la música, porque la gente les ve como los continuadores de la new wave pija de los Hombres G –con los que ahora salen de gira…-, o por el morbazo de ser el hijo del antiguo tesorero del PP y visto por muchos como el supremo pararrayos de la corrupción, Luis Bárcenas? El de los famosos SMS “Luis, sé fuerte”… Luis no sé, pero Willy sí lo ha sido: el escándalo le pilló en Nueva York estudiando cine y va y se cambia su foto de perfil de Facebook por una en la que aparece junto a su padre. Justo lo contrario de lo que muchos niños bien criados entre algodones harían en un momento así. También le tocó ejercer de McGyver de ocasión el día que un perturbado atacó la casa donde vivía solo con su madre estando su padre ya en prisión. Huelga decir que si le pides una entrevista va por delante que él no quiere hablar de semejantes cosas. Y sin embargo, sin embargo…nada más hay que verle para darse cuenta de que le cuesta no dar la cara. Clasifiquen como ustedes quieran a un personaje así. Yo no voy a hacerlo.
Aquí el compañero Moeh Atitar, jefe de Fotografía de EL ESPAÑOL, y usted misma, señorita Grau, se lanzan a degüello preguntando qué es “la casa de dron”… Bueno, en principio era la casa de uno de mis mejores amigos, a donde íbamos a acabar siempre las borracheras y las fiestas… Ahora se ha convertido en el punto de reunión de mucha gente. Es verdad que ese estribillo se ha convertido un poco en el sonido de este verano y de todo el último año… Sí, indiscutiblemente todo lo que compongo tiene por lo menos un punto autobiográfico. Es verdad que mis letras son muy personales y a lo mejor resultan un poco difíciles de comprender la primera vez que las oyes. No es el clásico “te quiero, te quiero, duduá”. Me lo monto más rebuscado. Habrá a quien le gusten más y a quien le gusten menos, pero yo creo que son originales.
Me pregunta usted cuándo y cómo me dio por ahí cuando estaba estudiando Administración de Empresas…¿que si acabé la carrera? La acabé, sí, la acabé. ¿Por si acaso?, inquiere usted. No, la acabé porque era lo que había que hacer, luego estudié para director de cine, que era lo que de verdad quería ser… ¿Cómo? ¿Que si quería dirigir cine, por qué estudié Administración de Empresas? Bueno, a mí en casa me dijeron que me pagarían el curso de cine en Nueva York si antes me sacaba una carrera. Fue por eso. Nunca me gustó, claro. Otra cosa es que la parte de marketing te pueda resultar útil, te pueda venir bien. Pero está claro que nunca disfruté esa carrera.
Luego por circunstancias de la vida me voy a vivir fuera, a Chile, allí empiezo a componer un montón de canciones y en cuanto vuelvo a España las enseño y resulta que empiezan a gustar. Se forma el grupo y me acabo dedicando la música….con gran éxito de crítica y de público, remata usted. Bueno, de crítica no tanto… pero de público sí, es verdad que en la gira que hemos dado este año hemos llenado en todos los sitios. Ahora hemos empezado esta otra gira con Hombres G, ese es otro sueño que nos lo dicen hace unos años y no nos lo habríamos creído…
¿Que si nos consideramos los herederos o los continuadores de los Hombres G? No. Tampoco ellos nos consideran así. Musicalmente no somos muy parecidos tampoco, somos dos grupos muy diferentes, pero los dos mantenemos esa esencia de un grupo de gente…normal. Sin mayores postureos.
Aquí me corta usted como un hacha, señorita: según usted la palabra no es normal, no es eso lo que nosotros somos. ¿Ah, no? ¿Y qué somos entonces? Dice usted que hay dos maneras de decirlo: una, que somos niños pijos, dos, que somos artistas que nos damos el lujo de no ir de progres o de perroflautas… Bueno, sí es verdad que en España a veces parece que haya que ir un poco de esas cosas… También es verdad que la derecha ha maltratado mucho la cultura… ¿Y la izquierda también, indaga usted? Pues yo creo que la izquierda menos. Pero en fin, como yo no me siento formando parte de esa gran masa de la industria musical, hemos montado nuestra propia discográfica, tenemos nuestra producción independiente… y eso.
¿Que si no soy un cantante pijo, a lo mejor soy un cantante de centro? Pues tampoco, yo es que tengo una opinión distinta para cada tema. Lo que no hay que hacer es encasillar las cosas ni las personas. No hay que pensar como un reloj de derechas o de izquierdas, hay que ser críticos con todo. ¿Que si es verdad que voto a Ciudadanos? No.
Feminismo, dice usted ahora como quien lanza un puñal. Me asegura que le han aconsejado que me pregunte sobre el feminismo, a ver qué digo… Uf, la verdad es que opinar de este tema es meterse en jardines. Dan mucho miedo este tipo de movimientos de los que no se puede decir absolutamente nada. Parece que hay cosas con las que uno se puede meter normalmente y otras con las que no, jamás, en la vida. Por poner un ejemplo, tú puedes entrar en una iglesia en tetas, y gritar “arderéis como en el 36” y no pasa nada, pero luego alguien escribe un tuit sobre los musulmanes y los mismos que han apoyado lo anterior se le echan encima a éste por islamófobo… Con el feminismo pasa mucho esto.
Me pregunta usted si el feminismo no complica mucho el componer canciones, y me cita el caso de Sabino Méndez, antiguo letrista de Loquillo y autor de uno de los temas favoritos de usted, “La mataré”… Ciertamente, compones “La mataré” ahora y te matan a ti… La pusieron en ese índice que elaboraron hace poco de canciones prohibidas por machistas, sí…Usted misma se lamenta, señorita, de que en un índice así podríamos meter a todo Nat King Cole, todo Frank Sinatra… En fin… Pues eso, que habría que irse mentalizando de que la libertad de expresión tiene que ser real, pero real para todos… No puedes tú atacar todo lo que te da la gana y, cuando alguien ataca lo tuyo, ponerte sentimental… Si tienes sentido del humor para dar, tenlo también para recibir…
¿Por qué el nombre de Taburete para el grupo? No sé, se nos ocurrió cuando nos habían contratado en Barcelona y buscábamos cómo presentarnos… No sé por qué nos salió éste… Se le antoja a usted un nombre como muy de línea clara, de chicos limpios y felices... Bueno, sí es verdad que nosotros lo que vendemos es buen rollo, que la gente venga a los conciertos como quien va a la fiesta de su vida… Muchas de esas letras iniciales las escribo con 19 años, cuando eso era mi vida, salir con los amigos, ir de fiesta… De cara al tercer disco, que saldrá el próximo año, creo que he pegado un cambio importante en letras. Han mejorado, creo, son más universales. Bueno, ya se verá…
¿Cómo llevo el fenómeno fans? ¡Muy bien! (se ríe de oreja a oreja) Bueno, tampoco nos están pasando cosas como las que les pasaron a los Hombres G en sus inicios… No tenemos gente montando guardia en la puerta de nuestra casa… ¿Lo más raro que nos han tirado a un escenario? Un sujetador con las copas de Pokemon… ¿Qué haces con eso? Yo primero me lo puse un poco de sombrerillo, luego nos dio por guardarlo dentro de la batería, está metido dentro del bombo… ¿Otras cosas raras? Pues no sé, estar en la ducha en el camerino de Santander, y por la ventana aparecer dos fans… ¿Qué hice? Pues nada, ponerme una toalla y hacerme unas fotos con ellas… La verdad es que lo de las fans lo llevamos bien, nos sale de natural ser amables y simpáticos… También es verdad que a veces por ser tan amable y tan simpático, das la mano y te cogen el brazo… Pero vamos, no es agobiante, para nada.
Me comenta usted que hace tiempo que no salía en este país un grupo, grupo de verdad, una banda juvenil y joven no cocinada en absoluto por las discográficas, independiente total… A lo mejor por eso nosotros hemos tenido tanto éxito… A lo mejor la música más industrializada va mucho por ciclos y por modas y nosotros hacemos una música más atemporal. Que puede gustar desde a los niños pequeños, porque yo he sido monitor y cantaba mis canciones a los niños pequeños y les encantaban… Pues sí, cuando cantas un tema tuyo a cuarenta niños de once, doce años, y ves que les gusta, que la cantan contigo berreando coges confianza y sabes que eso va a ser un hit… Los niños son el mejor test de hits…
¿Que si el buen rollo directo con el público pone un poco a cubierto de la piratería y de las descargas ilegales? No sé qué decirle porque yo, la verdad, no me preocupo mucho de si vendemos más o menos discos, al final, con lo que un artista gana dinero hoy, es con los conciertos… ¡Será si los llenas!, le sale del alma a usted. Bueno, lo que quiero decir es que otra manera de ganar dinero, mucho o poco, ahora mismo, para un músico, no la hay. Luego está esta herramienta maravillosa, Spotify, que yo sé que mucha gente no está de acuerdo porque parece ser que no pagan lo suficiente, pero es una biblioteca musical acojonante… Con eso ya no vale la pena piratear, digo yo.
Va usted estrechando el cerco como quien no quiere la cosa y me pregunta cómo llevo el tema de mi vida privada. Que si han salido en los papeles mis amores y alguna que otra pelea de amor… ¿Pegarme yo por una chica? ¡Noooooo! Eso fue en León, un altercado que tuvimos, pero fue fortuito, no porque fuese yo, ni siquiera me reconocieron. Y tampoco fue por una chica sino por dos, dos chicas que se chocaron allí sin querer, saltó la pelea entre ellas, el otro salió a defender a la suya y yo a la mía… ¿Que si he estado con la hija adoptiva de Cayetano Rivera, el torero? No, no he estado, y no estoy con nadie… ¿Que si entonces es que la prensa rosa me inventa novias? No, pero a lo mejor de algo muy pequeño sacan una gran historia… Pero es que a mí salir en la prensa rosa no me gusta nada, yo voy a intentar siempre evitarlo…Sí os puedo decir que ahora mismo no estoy con nadie, estoy solo. ¿Buenas noticias para las fans, se ríe usted? ¿Que me ate los machos esta noche en la ducha? Qué graciosa…
Y claro, fatalmente me tiene usted que acabar preguntando cómo llevo lo de ser hijo de mi padre. Pues muy bien. Lo llevo y lo he llevado siempre bien, la verdad. Mis amigos siempre dicen que yo he llevado esta situación mejor de lo que nadie la habría llevado. No sé. Obviamente hay cosas malas a las que uno ya se ha acostumbrado. Pero por ejemplo es mentira que haya venido gente a nuestros conciertos a insultarnos. Nunca jamás. Ya sería raro que en un concierto donde alguien paga 20 euros por verte no tenga nada mejor que hacer que insultar. Pero es que ni siquiera en festivales, en sitios de esos a los que vas… Y nunca ha pasado nada. A lo más que llegan es a levantarte de lejos una bandera suiza, pero de broma… Hay que tener sentido del humor y reírse.
Al principio a lo mejor me afectaban más ciertas cosas, ciertos comentarios. Pero poco a poco te acostumbras. Y sobre todo cuando te empieza a ir bien, pues ya piensas, mira, que digan lo que quieran… Sin duda el morbo en torno a mi familia ha condicionado todo, es verdad que a mí me han hecho mil entrevistas que a otro no le habrían hecho… Eso es así. No puedo negar que el tema nos ha hecho publicidad, pero es una publicidad muy mala, un altavoz negativo, un creador de haters… ¿Estaríamos aquí sin eso? A lo mejor habría sido más lento, puede ser. Pero al final hemos triunfado por las canciones.
Hablando de los haters, sí, es verdad que hemos habilitado un rincón para ellos en nuestra web, para que se desahoguen… ¿Cómo dice? ¿Que usted intentó entrar en ese rincón y no sabe si es porque odiar se le da fatal, pero no logró llegar a ninguna parte? A ver si ha dejado de funcionar… También es verdad que en el fondo sólo hay un único sitio para opinar, es el mismo para los haters que para los fans… Efectivamente, del amor al odio sólo va un clic.
¿Si a mi padre le gustan mis canciones? Sí, sí le gustan. Me alegro de que le hayan contado, señorita, que él está muy orgulloso de mí. Eso creo yo, eso me transmite él. Es normal. Y que conste que no es sólo porque lo cante yo, tenía otro grupo a los 18 y las canciones de entonces no le gustaban…¿Y a mí, qué me gusta escuchar? Pues absolutamente todo, todo, hasta el punto que no sé por dónde empezar. The Beatles es uno de mis grupos de cabecera. El folk. Johnny Cash. Ray Charles. El rock español. Extremoduro siempre ha sido mi grupo español favorito. Me gusta la música clásica. Ahora me ha dado también por la cumbia. ¡Todo! Creo que no hay ninguna música que no me guste, me gusta hasta el reggaeton para bailarlo borracho… ¿Feliz yo? Sí. ¿Contento con mi vida? Sí. Por supuesto si pudiera cambiar algo es evidente que cambiaría la situación de mi familia… ¿Que si creo que eso se va a arreglar? El juicio acaba dentro de muy poco y tengo muchas ganas de saber qué pasa. ¿Ir yo allí a la sala del juicio? No, ¿por qué? ¿Para acompañar a mi padre, dice? No, yo ya le acompaño en otras partes, allí quienes mejor le pueden acompañar son sus abogados.
Me pregunta usted si dentro de mucho tiempo, cuando todo esto haya quedado atrás, a mí no me importaría, pongamos, componerle un nuevo himno al PP… Pues no, ni del PP ni de ningún otro partido. Pienso permanecer siempre alejado de la política. Esa lección la he aprendido bien. Lo cual no quiere decir que no me interesen los problemas que hay, todo lo que nos pasa. ¿Cataluña? Me da pena, me da pena. Ese es un tema delicado porque entran en juego los sentimientos de las personas. Pero a mí me parece elemental que si se hace una votación sobre ese tema, habría que consultar a toda España. Porque Cataluña forma parte de España y espero que siga formando parte de España muchos años. Hasta ahora la única ciudad catalana a la que hemos ido a tocar es Barcelona, y le aseguro que el público que encontramos allí es igual que el de Madrid. No tengo ninguna sensación de estar cruzando ninguna frontera hacia ningún lado.