Cintia Sánchez, de 30 años, salió del centro de salud en el que trabaja y aprovechó un rato libre que tenía para estudiar uno de los 245 temas de los que se examinará en las próximas oposiciones de medicina forense. Entre sus manos tenía el temario sobre transexualidad que sus tutoras todavía conservaban tras estudiarlo hace 20 años. Cintia leyó un par de frases y pidió a sus tutoras revisar los apuntes para actualizarlos. “Lo que pone es una aberración. Enseguida me dijeron que sí, que había que enfocarlos desde otra perspectiva. Ellas lo estudiaron cuando opositaron, pero ahora en 2016 queda obsoleto”, explica esta especialista en medicina general y comunitaria.
Según estos apuntes, a los que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, “la influencia ambiental familiar destaca en el desarrollo de la identificación sexual”. Esta teoría psicosocial, que no cita fuentes ni estudios, menciona como argumento “la frecuencia con que se encuentra en la familia del transexual una madre hiperprotectora y autoritaria que evita a sus hijos todas las frustraciones y dificultades, y como contraste un padre pasivo y débil que está ausente”. “Es absolutamente machista”, apunta la doctora Sánchez. “Hay una lectura muy peligrosa ahí, y es que se insinúa que una madre autoritaria tendría lo que erróneamente se entiende por un carácter masculino y, por tanto, su hija puede querer ser hombre. Y el padre, al decir que es débil, parece insinuar que tiene un ‘carácter femenino’ y que el hijo querrá ser mujer”, añade.
Esta teoría psicosocial recuerda al experimento psicológico conocido como “John/Joan”. Los canadienses Janet y Ron Reimer tuvieron dos gemelos varones en 1965. Por aquella época, aún era común practicar la circuncisión. La operación de uno de ellos salió mal y hubo que extirpar los genitales del bebé. Poco después, el matrimonio vio en televisión al médico John Money, que promulgaba que los críos nacen con un sexo neutro y que, por tanto, la educación determina que una persona se sienta hombre o mujer.
Money incidió en que Bruce —el gemelo afectado— podía ser educado como una niña sin que él supiese nada nunca. Según sus teorías en las que primaba la educación por encima de la naturaleza, Bruce, criada como Brenda, se sentiría niña porque es lo que le habían hecho creer desde pequeño. El resultado fue desastroso: Bruce siempre se sintió varón y a pesar de haber sido sometido a una vaginoplastia cuando era un recién nacido y de haber acudido a terapia durante toda su vida, acabó por suicidarse con 39 años.
“Lo triste de esto es que se busca una explicación médica tangible”, argumenta Cintia Sánchez. “Antes se buscaba una alteración genética o se entendía que era una enfermedad mental. Ahora, el enfoque médico no es buscar la anormalidad, porque antes se entendía que era algo anormal, sino ver cómo se puede ayudar a esa persona. No nos planteamos cuál es el origen de la transexualidad, porque no hay ninguna certeza al respecto”.
"Cantantes de espectáculos frívolos"
Hace 20 años, según los apuntes, la comunidad médica consideraba la transexualidad “desviación psicológica”. Dice así: “Como expresión de su psiquismo desviado, los transexuales suelen vestir con ropas propias del sexo con el que se sienten identificados y la mayoría de ellos se dedican a actividades seudoartísticas que les permiten exteriorizar sus apetencias: travestistas y cantantes de espectáculos frívolos”.
Además, establece una clasificación de “tipos de transexualismo según los criterios de Benjamin (1966)” que generan error y confusión. Del “tipo seudotransvestista” —“adopta la indumentaria del otro sexo solo ocasionalmente”— al “tipo transexual verdadero de gran intensidad” —“vive habitualmente como un componente del sexo contrario”—.
“No tiene nada que ver el travestismo con la transexualidad ni con la homosexualidad. Hay un lío con los términos, incluso a veces en la comunidad médica. Un hombre puede sentirse hombre y ser heterosexual, pero que en su tiempo libre le guste travestirse”, apunta la doctora Sánchez. De ese mismo modo, también se confunde la identidad sexual con la orientación. En los apuntes se puede leer que un transexual varón quiere tener cuerpo de mujer para poder tener relaciones sexuales con hombres y viceversa. “Sin embargo, hay muchos casos en los que una mujer transexual siente atracción por mujeres. No hay relación entre tu deseo sexual y lo que sientes que eres”, añade Sánchez.
En el tema legal, el temario referente a la disforia de género —término médico acuñado recientemente para definir la transexualidad— apunta que “el transexual corregido quirúrgicamente constituirá un caso evidente de ‘error de persona’”. Por ello, “la demanda de nulidad de matrimonio debe ser planteada por la otra parte, cuyo consentimiento fue inválido al ignorar el verdadero sexo del transexual. Precisamente esta posibilidad ha sido argumentada en contra de la admisión del cambio de sexo por las consecuencias que ello puede tener y que afectan a intereses de terceros”.
María José Hinojosa, psicóloga y experta en diversidad de género y transexualidad, opina que “mientras exista un cuestionamiento a nivel psíquico se hablará de la transexualidad como patología, y no es una patología”. “Muchos psicólogos y psiquiatras entienden que hay transexuales que no sienten disconfort con su cuerpo. Es decir, que un hombre puede sentirse mujer pero no tener la necesidad de operarse para tener vagina. Parte de la comunidad médica todavía entiende que si, por ejemplo, una mujer no tiene la necesidad de hacerse una vaginoplastia entonces no es un transexual de verdad. Todavía nos cuesta entender que los genitales no definen cómo te sientes, y que puede haber una mujer con pene y un hombre con vagina”, añade Hinojosa.
“Cómo prevenir el transexualismo”
"No existe tal cosa como el progreso en la historia: todo termina por volver", decía Ernesto Sábato en una entrevista de 1996. Pareciese que el escritor entendiese el progreso como un suceso circular en vez de lineal. La idea no es descabellada si comparamos los apuntes sobre transexualidad de los 90 con los que se estudiaba hasta hace un par de años el primer curso de Medicina en la Universidad de Navarra (UNAV), un centro vinculado al Opus Dei. El temario al que ha tenido acceso este periódico fue elaborado por el doctor Ricardo Zapata, que se retiró de la universidad en 2014, según las fuentes consultadas.
En sus clases, Ricardo Zapata calificaba la transexualidad de “trastorno” y aseguraba que el tratamiento “implica, en el caso del niño, el desarrollo de una relación estrecha y de confianza con el terapeuta varón, el cese de estimulación de conductas femeninas por parte de los padres y el refuerzo de su comportamiento masculino”. “En el caso de la niña —prosigue—, se debe estimular la relación e identificación con la madre y la valoración del papel y de los comportamientos femeninos”.
Zapata, además, ofrece una serie de consejos para “prevenir el transexualismo”, tales como evitar que “la niña vista de forma habitual como un chico” o asegurarse de que “en los primeros años de socialización de un niño estén presentes los juegos masculinos”. También es importante, según se puede leer en los apuntes, que “en el desarrollo del niño se evite una sobreprotección materna que inhiba del juego violento y rudo”. Por último, Zapata recomienda “prestar una mayor atención al desarrollo de la identidad sexual de las niñas físicamente poco agraciadas o de los niños especialmente atractivos”.
Como ejemplo médico, el profesor incluye los siguientes “casos clínicos”:
Alicia Ramos, cantautora y mujer transexual de 47 años, considera “esperpéntico” que sea “esto lo que se enseña a los futuros médicos del país”. “Podemos leer cosas así de bárbaras sobre otros colectivos oprimidos también. El caso es que yo ya me he cansado de hacer de profesora. No voy a pararme a explicarle lo que me pasa a todo el mundo a ver si consigo que me entiendan. Yo me siento mujer y punto. No necesito tener una vagina para serlo”, afirma la cantautora. Con cuatro años y medio, según relata, supo que “había un error”. “Me trataban diferente de mis hermanas y no entendía por qué. No tenía herramientas lingüísticas para entenderlo o expresarlo pero lo sabía. Mi primera certeza fue que yo no era un niño”.
La psicóloga María José Hinojosa señala que apuntes como los recogidos en este artículo “promueven la ignorancia y la transfobia”. “Si eres médico, debes informarte, actualizar tus conocimientos y saber cuáles son los avances sociales. No puedes permitirte estancarte en tu ideología o en unas creencias de otro siglo”.