Un teléfono móvil, una cuenta en Twitter o Facebook y un crimen a punto de cometerse. No hace falta más para convertirse en una suerte de canal de los horrores, capaz de enganchar a una audiencia a escala mundial. Las nuevas aplicaciones vinculadas a las redes sociales permiten ya a cualquier usuario emitir contenidos audiovisuales de todo tipo en directo. Los medios de comunicación llevan tiempo usando estas herramientas par transmitir eventos de interés informativo sin necesidad de una plataforma televisiva. Pero este avance tecnológico, como todo, puede tener también un lado negativo.

Mostrar al planeta una agresión sexual, una pelea o un suicidio en vivo empieza a convertirse en una práctica quizá no habitual, pero sí que empieza a repetirse con demasiada frecuencia, pese a los intentos de estas compañías por controlar este macabro fenómeno.

El último caso que ha conmocionado a Estados Unidos lo ha protagonizado India Kirksey, una joven afroamericana de 20 años de Cincinnati, estado de Ohio, que fue detenida a principios de este mes acusada de haber violado a un niño de cuatro años y haberlo transmitido en directo a través de Periscope, una herramienta de streaming vinculada a Twitter que permite convertir el dispositivo móvil en una cámara desde la que enviar vídeo online en abierto.

A la supuesta agresora se le atribuye un delito grave de violación. Las imágenes, en poder de la policía, muestran cómo esta chica practica una felación al menor delante de la cámara. Uno de los usuarios de esta red social que se encontraba conectado desde el otro extremo del país, en Texas, vio en directo cómo se producían los hechos y alertó a la policía y a los servicios sociales del estado de Ohio, que se pusieron manos a la obra.

El suceso ocurrió en el condado de Hamilton, aproximadamente el 4 de enero, aunque la detención y la publicación del caso se produjeron a principios de este mes, después de una investigación en la que las fuerzas de seguridad se hicieron con la prueba audiovisual y pusieron en protección al niño.

Tras su arresto, India Kirksey confesó el crimen durante un interrogatorio y pasó a disposición judicial, y quedó en prisión bajo fianza de 350.000 dólares mientras llega el juicio. La mayoría de los detalles de este caso permanecen bajo secreto de sumario, dado la edad de la víctima y el carácter sensible de este delito.

Durante estas semanas, han comenzado a trascender otros datos que muestran el comportamiento anómalo que manifestaba esta joven que, según varios vídeos subidos ahora a YouTube, había transmitido en otras ocasiones sus actuaciones. Una de estas veces, se exhibió bailando desnuda a través de la citada aplicación, logrando una audiencia de más de 3.000 espectadores.

La familia de Kirksey no ha querido mostrarse públicamente defendiendo a la joven, pero sí lo ha hecho a través de los medios, explicando que la chica tiene algún tipo de discapacidad mental, por lo que que piden clemencia y que no se la juzgue sin tener en cuenta este atenuante.

Un miembro de su familia, que no quiso identificarse, dijo en una entrevista con la cadena local 9 WCPO de Cincinnati, vinculada a la ABC, que rezan por la víctima y por su familia, “por haberse vistos implicados en este caso”. “Nosotros hemos intentado hacerlo lo mejor que pudimos con ella, tratándola con terapia y hablando con ella, pero algunas veces no surte efecto. Esto que ha pasado no va con su carácter, no es nada que ella haría”, señala extrañada esta pariente, que ha pedido que no retraten a India “como a un monstruo”.

Lo cierto es que lo ocurrido en Ohio no es el primer caso en que redes como Facebook Live o Periscope se usan para mostrar crímenes como estos. Sin salir de este estado del medio oeste americano, la pasada semana se conoció la sentencia a otra violación a una menor retransmitida a través de la misma aplicación.

LA AMIGA TRANSMITIÓ LA VIOLACIÓN

Los hechos se remontan a hace aproximadamente un año. Una adolescente llamada Marina Lonina, de 18 años, fue acusada de emitir por Periscope la supuesta violación de su amiga de 17. La agresión se produjo el pasado 27 de febrero en la ciudad de Columbus. Raymond Gates, de 29 años, y Lonina fueron acusados de violación, secuestro, violencia y abusos sexuales, además del uso del material audiovisual obtenido.

Marina Lonina y Raymond Gates están acusados de violación, secuestro, violencia y abusos sexuales.

Las dos chicas conocieron al agresor mientras estaban de compras y fueron a su apartamento, donde bebieron alcohol hasta emborracharse. Allí el hombre abusó de la menor mientras su amiga lo emitía a través de su móvil, según dijo inicialmente, para ayudar a la víctima. Fue un amigo de la víctima quien vio las imágenes en Periscope y alertó a la policía.

El lunes de la pasada semana, Marina Lonina, ahora con 19 años, fue sentenciada a nueve meses de prisión tras aceptar un acuerdo con la fiscalía y declararse culpable de obstruir la justicia. Inicialmente se enfrentaba a una pena de 40 años por cargos de violación y secuestro, de los que se declaró inocente. Gates fue condenado el pasado octubre a nueve años de prisión después de declararse culpable de un cargo de violación.

La emisión de suicidios en directo es otro de los riesgos difíciles de controlar en estas aplicaciones. Sin ir más lejos, el 25 de enero una adolescente de 14 años de Florida transmitió su muerte en directo. Naika Venant, que así se llamaba, usó Facebook Live para mostrar cómo se anudaba una bufanda para ahorcarse con ella en la puerta del cuarto de baño de su casa de Miami a las tres de la mañana.

COLGARSE EN EL BAÑO PARA LA AUDIENCIA

Un amigo que vio la escena avisó a los servicios de emergencia, que se desplazaron hasta la residencia de la niña sin poder salvarle la vida, entre otros motivos, porque se desplazaron a una dirección errónea. Cuando finalmente dieron con la casa de Naika, la encontraron colgada en el baño mientras sus padres adoptivos dormían. Se encontraba en aquella casa dentro de un programa de acogimiento temporal, si bien no trascendieron detalles del motivo, según informa The New York Post.

Un portavoz de Facebook, Christine Chen, explicó entonces a los medios que la intención de la compañía es interrumpir las transmisiones de este tipo "tan pronto como sea posible", si bien no es fácil. "Sugerimos que las personas se pongan en contacto con la policía o los servicios de emergencia si son conscientes de que ocurre una situación en la que las autoridades puedan ayudar”, añadió.

El actor afroamericano Jay Bowdy usó Facebook Live para emitir su suicidio.

El pasado 12 de enero, en el estado de Georgia, era una niña de 12 años llamada Katelyn Nicole Davis quien transmitía su suicidio en directo. Apareció en el vídeo durante 20 minutos denunciando haber sido objeto de abusos sexuales por parte de un familiar. Mientras, permanecía sobre un cubo al tiempo que se colocaba una soga amarrada a un árbol al cuello. Finalmente se lanzó al vacío. Durante más de la mitad de la grabación, de 42 minutos, sólo se ve el cuerpo de la chica suspendido, hasta que una señora empieza a gritar cuando la encuentra.

AHORCAMIENTO VIRAL

El departamento de policía del condado de Polk, junto a la familia, eliminaron el vídeo de la cuenta de Facebook de la chica, pero para entonces ya se había hecho viral. Las autoridades están tratando de borrarlo por completo de la red, aunque no es fácil. "Queremos eliminarlo tanto como cualquier persona de su familia, y además puede ser perjudicial para otros niños", dijo el jefe de policía. "Nos pusimos en contacto con algunos de los sitios, pero no todos los borran”, informó el The New York Post.

Este fenómeno tampoco puede considerarse como exclusivo de EEUU. El pasado mes de mayo, en Francia, una joven de 19 años transmitió en vivo su propia muerte a través de Periscope, saltando delante de un tren cerca de París. La suicida alega durante la transmisión que quiere "enviar un mensaje" y advierte a los espectadores más jóvenes que no miren. Varios medios desvelaron que su exnovio la había violado previamente, según publica Heavy.

También muy sonado fue el caso de Jay Bowdy, actor afroamericano de Texas, de 33 años, que usó Facebook Live para anunciar y emitir su suicidio en Hollywood. O el de la paliza que cuatro jóvenes afroamericanos propinaron en Chicago a un chico blanco al que acusaban de ser seguidor de Donald Trump, que pudo verse en la misma red social.

Algunos de estos vídeos tardaron meses en desaparecer de las redes. Y aún hoy se pueden encontrar. 

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