El juego carcelario de la oca: de Ignacio González a Pujol, en prisión porque les toca
El expresidente de la Comunidad de Madrid y el hijo del Molt Honorable se han levantado esta semana a las 7:30, una hora común a todos los reclusos. De Soto del Real, la cárcel de los VIP, a Estremera, así es la vida de los inquilinos de lujo.
29 abril, 2017 01:45Noticias relacionadas
Las cárceles españolas vuelven a estar de actualidad y, especialmente, las madrileñas. Y no precisamente por su saturación, ahora con las cifras más altas de su historia, sino por cómo viven los llamados presos mediáticos, muchos de ellos delincuentes de cuello blanco. Un simple recorrido por las cárceles de Alcalá-Meco, Valdemoro, Navalcarnero, Soto del Real, Aranjuez y Estremera permite observar cómo estos centros se han ido llenado poco a poco de expresidentes de patronales, de bancos, de grandes empresas, políticos relevantes, constructores, conseguidores, extesoreros y hasta figuras del papel cuché. Tanto que la cárcel de Soto del Real es ya conocida entre los funcionarios de Instituciones Penitenciarias como la cárcel de los VIP.
Si hace unos años, a raíz del escándalo del "Pocero" de Seseña (Francisco Hernando), salió al mercado un juego de la oca cuyas casillas saltaban de pelotazo en pelotazo inmobiliario, ahora podría comercializarse el juego de la oca carcelario, en el que la ficha roja iría de cárcel en cárcel y tiro porque me toca, con los rostros de los que hasta hace escasos días eran personas relevantes en el mundo político, social y económico español.
El devenir carcelario de todos estos sujetos, que están o han estado ingresados en las prisiones españolas, es muy similar, sólo a excepción de Cataluña, que tiene un régimen particular. Tanto Jordi Pujol Ferrusola, Ignacio González, Pablo González, Francisco Granados, Gerardo Díaz Ferrán, Pablo Crespo, Francisco Correa, Álvaro Pérez El Bigotes, Ildefonso de Miguel, Ernesto Colman, David Marjaliza, Montserrat Corulla, Gao Ping, Luis Pineda, Javier y Álvaro Ruiz Mateos, como otros significados nombres que obviamos por no hacer esta lista interminable, han tenido que levantarse puntualmente a las 7:30 de la mañana al grito de buenos días, todos en pie o al toque de una estridente sirena matutina.
Estos presos VIP no tienen diferencias aparentes con el resto de los reclusos. No suele haber un trato especial, salvo en algunos casos en concreto, como ocurrió en su momento con el exbanquero Mario Conde, que dispuso de un régimen privilegiado durante su estancia en la prisión madrileña de Alcalá-Meco, lo que costó el cese inmediato de su emblemático y veterano director, Jesús Calvo, que llevaba 32 años desempeñando cargos de dirección en prisiones. Como cuenta un recluso de Soto del Real a EL ESPAÑOL: “Aquí todos somos un número, no hay aparentes diferencias entre nadie”.
Vida en las cárceles
Ignacio González y Jordi Pujol Ferrusola, por ejemplo, se han levantado ya esta semana a las 7:30 de la mañana. Tras despertarse, Nacho y Jordi se han dedicado a la limpieza de su celda. Para ello les suministran un bote de lejía, otro de jabón, una fregona, escoba y cubo. El lote dura hasta que se acaba el producto o se rompe algo. También, coincidiendo con la limpieza, les dan un juego de sábanas y toallas, que se lavan cada quince días, una semana los módulos pares y la otra los impares.
Todavía en el mundo penitenciario se cuenta la anécdota de un delincuente de cuello blanco que lo primero que dijo cuando salió de la cárcel fue: “los funcionarios son unos cerdos, no me limpiaban las celdas”. Por eso, ahora, muchos de estos funcionarios dicen que Instituciones Penitenciarias va a tener que poner servicio de habitaciones, o mejor dicho, servicio de celdas para estos relevantes presos que han tenido siempre servicio doméstico en sus casas. Instituciones Penitenciarias también les entrega cada mes un lote de productos higiénicos que consta de una pasta dentífrica, dos máquinas de afeitar, un bote de gel y cuatro rollos de papel higiénico.
Finalizado este proceso de limpieza y aseo, a las 07:50 aproximadamente, se produce el recuento en las celdas. Es un punto importante, ya que se inspecciona que todos estén incorporados, de pie o al menos sentados en sus camas. En este recuento rutinario matutino fue cuando los funcionarios, por ejemplo, se dieron cuenta del intento de suicidio de Rosario Porto, madre de Asunta Basterra, al comprobar que estaba tumbada e inmóvil en su cama.
A las 08:00 bajan a la zona común del módulo donde pertenecen para el desayuno que dura unos 30 minutos. El desayuno consta de café con leche o Cola-Cao, barra de pan con mantequilla y mermelada y galletas, eso todos los días. Y alguna vez entre semana, como premio, les dan un croissant. Tras finalizar el desayuno, Jordi y Nacho tienen que recoger la bandeja y limpiar la mesa.
Después de desayunar parten todos hacia los talleres, la escuela de formación, las actividades deportivas, la biblioteca, o lo que les asigne la Junta de Tratamiento. Estas tareas las pueden hacer en un módulo común o en los talleres o gimnasios que hay en cada módulo. La decisión de donde ir es rápida, aunque lo normal es por parte de la Junta de Tratamiento no se asigne nada especial a los presos preventivos. El que no tiene nada asignado se va al patio a tomar el sol o suele acudir a la sala común del módulo a jugar a las cartas y ver la televisión central. “Muchos hacen el vago”, afirma un funcionario.
Centros con dietista
A la salida de sus actividades, a partir de las 13:30, Nacho y Jordi, como todos los demás presos, se dirigen al comedor de su módulo. "Disfrutan” de un menú distinto cada día de la semana. La comida consta de dos platos y postre. El primer plato son legumbres, verduras, guisos, sopas o cremas. El segundo, carne (filete, pollo o hamburguesa) o pescado (este manjar es menos frecuente); y, de postre, yogur, natillas o fruta, generalmente plátano, pera o naranja. Todos los centros penitenciarios tienen un dietista que es el que se encarga de diseñar el menú semanal.
De 14:00 a 16:30 vuelven a las celdas donde están en reposo, “chapaos” como se conoce en el argot carcelario. A partir de esa hora vuelven al patio o a las actividades. De 19:30 a 20:00, Nacho y Jordi cenan, como el resto de presos, dos platos (más ligeros), y postre. La asignación para el menú común de todo el día es de 3,75 euros por preso, aunque hay algunos menús más caros para casos especiales como enfermería o psiquiátricos.
A las 20:00 empiezan a recogerse poco a poco, deambulan por el módulo o colaboran en la limpieza de salas y servicios comunes. Y ya de 21:00 a 21:15 tienen que estar todos en la celda. Desde ese momento se produce el último recuento coincidiendo con el relevo de funcionarios. Y ya permanecen en sus celdas con la obligación de no hacer ruido durante la noche y no molestar a sus compañeros. Pueden tener la televisión encendida, pero a un nivel mínimo.
Televisores a 200 euros
La celda normalmente es de 5 a 6 metros cuadrados, con dos literas, con colchonetas, una mesa de estudio donde se pone la televisión, quien la tenga, y un baño compuesto de un retrete de hierro, un lavabo y un plato de ducha, donde muchas veces solo corre el agua fría. También disponen de una especie de mueble de pladur, siempre abierto, con dos baldas, una para cada preso. Pueden tener televisión o radio. En algunas cárceles la televisión la puso Instituciones Penitenciarias y, en otras, no. Las televisiones las compran en el mercado exterior a través de un servicio de la cárcel al precio de unos 200 euros y son precintadas y revisadas por un funcionario.
Así, si Ignacio González y su hermano Pablo piden una para la celda que comparten en Soto del Real, les costará unos 200 euros y tardarán aproximadamente 15 días en traérsela e instalarla. Aunque también hay un mercadeo en la cárcel con las televisiones y otros enseres de los presos que van saliendo de ella. Eso sí, dicen los funcionarios, “siempre con factura y papeles que demuestren el traspaso de la propiedad”.
No pueden introducir nada que sirva como grabación, tal como los vídeos. Tampoco disponen, en teoría, de teléfono móvil ni de uso de Internet. Esto último salvo en la biblioteca y por orden de la dirección por claros motivos académicos. En cambio, Nacho, Pablo y Jordi si tienen derecho a 10 llamadas a la semana a números predeterminados. Pueden tener hasta 10 números de teléfonos diferentes designados, y siempre apoyados en contrato. Para llamar disponen de una cabina en la primera planta del módulo y otra en la segunda planta. Cada llamada tiene una duración máxima de 5 minutos.
También Nacho y Jordi pueden disponer hasta de 100 euros semanales de peculio, que se ingresan desde fuera mediante una imposición en Correos. El dinero llega a la cárcel y una persona está encargada en cada centro penitenciario para entregárselo al reo mediante una tarjeta de prepago que sirve en los economatos de cada módulo. A estos se les conoce en el argot penitenciario como cantina. Es como una tienda pequeñita, un despacho con barrotes en el que trabajan normalmente tres presos. Por ejemplo: Antonio Camacho, el máximo responsable del caso Gescartera, gestionaba la “cantina” de la cárcel de Aranjuez. Allí se despacha desde café, bebidas, latas de sardinas, gel, tabaco y hasta gomina, muy utilizada en la cárcel. No se despacha nada perecedero ni con posibilidad de cocinarse.
La Quiniela, pasatiempo favorito
La cantina se abre cuatro veces al día. La primera después del desayuno, la segunda a media mañana, la tercera antes de comer y la última antes de la cena. Un café con leche vale unos 20 céntimos, la cerveza sin alcohol 30 céntimos (no se bebe alcohol), una botella grande de agua a 25 céntimos, y el tabaco al mismo precio que en los estancos. Además del economato, está la figura de los demanderos, personal laboral (cada cárcel tiene como mínimo uno) que pueden comprar cosas en el exterior para Jordi y Nacho. Por ejemplo, material para ocio o talleres, como libros o acuarelas y la célebre televisión. Curiosamente una de las cosas que más solicitan los presos a los demanderos es jugar a La Quiniela.
En cuenta su vestimenta dentro de la cárcel, cada uno viste como quiere. Instituciones sólo dan vestimenta si no se tiene recursos. Francisco Granados, por ejemplo, en Estremera, le gusta seguir vistiendo con su ropa de marca de siempre, distinguiéndose del resto de los presos. Esta es una de las razones por la que le llaman “el capo”. Nacho, Jordi y Paco tienen a su vez servicio de peluquería ejercida por los mismos presos. No hay un local propio como tal, el preso o presos que llevan este servicio se pasea por los módulos cada cierto tiempo para ofrecer sus servicios: corte sencillo o con estilo, como les gusta a estos presos VIP.
Trapicheos con medicamentos
Esto es lo que tendrá que hacer ahora Ignacio González cuando quiera modelar su conocido mechón canoso. También disponen de enfermería donde les dan un lote de medicación según sus necesidades, esto origina muchas veces el trapicheo dentro de las cárceles. A veces, para evitar estos problemas, se obliga a determinados reclusos a tomar la medicación en la misma enfermería.
Respecto al calendario y horario de comunicaciones con los allegados, Nacho y Jordi sólo pueden ver a sus amigos y familiares un día a la semana, que pueden elegir y alternar, entre ellos los jueves, sábados o domingos, al margen de las visitas de sus abogados. Si quieren mantener un “vis a vis” tienen la posibilidad máxima de dos veces al mes, uno familiar y otro íntimo. Precisamente, al concentrarse tantas visitas en tampoco tiempo se generan muchas relaciones y coincidencias entre los allí presentes. Así, mientras que Luis Bárcenas y Gerardo Díaz Ferrán compartían cárcel y misa en Soto del Real, el hijo del primero, Guillermo “Willy” Bárcenas, y el nieto del segundo, Antón Carreño, tras conocerse en las salas de visitas, unieron fuerzas y constituyeron el grupo musical “Taburete”, hoy un fenómeno musical en los ambientes pijos madrileños. En sus conciertos, sin ningún pudor, sus fans gritan: “Willy valiente, tu padre es inocente".
Un viaje por las cárceles madrileñas
SOTO DEL REAL / LOS PRESOS VIP
Situada al norte de Madrid, están allí ingresados los principales VIP: Ignacio González, su hermano Pablo, Jordi Pujol, Gerardo Díaz Ferrán, Ernesto Colman (caso Vitaldent), etc. A pesar de su saturación, Soto del Real es la cárcel a la que llegan, al menos en primer lugar, todas las órdenes de prisión de la Audiencia Nacional. Tiene características que la hacen atractiva para los presos VIP, como es el tamaño de las celdas. Soto cuenta con celdas de diez metros cuadrados que disponen de baño propio, mesa de estudio y ducha. Un motivo que ha llevado a que los encarcelados por la trama Gürtel, Pablo Crespo y Álvaro Pérez “El Bigotes”, hayan pedido a la Audiencia Nacional el traslado desde la cárcel de Valdemoro a Soto del Real.
El Centro Penitenciario Madrid V (conocido como Soto del Real) suma en total 14 módulos ordinarios, además del módulo de ingresos, el módulo de aislamiento y el edificio de enfermería. Cada módulo cuenta con 72 celdas y un patio propio (sólo las cárceles antiguas mantienen un solo patio común para todos los módulos), el comedor, una sala de estar y un pequeño gimnasio.
De los diferentes módulos que la conforman, destacan los de respeto. Son el 9, 10 y 12, que están ocupados fundamentalmente por reclusos estudiantes y presos que trabajan dentro del centro penitenciario. Estos módulos de respeto tienen un tratamiento más benévolo que otros para los recursos. Por ejemplo, pueden tener las celdas abiertas, estar sentados en la cama leyendo o estudiando en su mesa con la celda abierta. Esto conlleva que los funcionarios que cuidan estos módulos permitan a los presos una relajación superior. Luego se encuentran los módulos 1 y 4, donde están los preventivos y, como se conoce en el argot carcelarios, “los primerizos”.
En el módulo 1, por ejemplo, están Ignacio González y su hermano Pablo González, o el ex presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Este es un módulo adaptado a la gente de edad más avanzada. Cada módulo tiene entre 100 y 150 presos y suele haber sólo un preso por celda, aunque en el caso de los hermanos Nacho y Pablo se ha decidido que compartan una celda “privilegiada” de 10 metros cuadrados, vigilándose el uno al otro. Su adaptación en estos primeros días está siendo buena. No se les ha impedido la comunicación con el exterior y por ello pueden recibir correspondencia, hacer llamadas y recibir visitas cuando llegue su turno. Al ser aún preventivos, no se les ha asignado ninguna tarea.
En el módulo 4 estuvieron el ex tesorero del PP, Luis Bárcenas y el ex presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa y más que posiblemente sea el destino final de Jordi Pujol Ferrusola tras su regreso de Cataluña (con parada en la prisión de Zuera), a donde fue para ser testigo en los registros domiciliarios ordenados por el magistrado De la Mata. Más reservada dicen que es la vida de Ernesto Colman, el magnate uruguayo que fue presidente de Vitaldent. Se le ve más por la biblioteca y menos en la sala común. En cambio, a Díaz Ferrán le gusta practicar el atletismo y acude al campo de fútbol grande (el que tienen en común todos los módulos) para darse unas carreras a su alrededor.
Más conflictivas fueron las estancias de Miguel Bernard (responsable del sindicato Manos Limpias) y Luis Pineda (presidente de AUSBANC). Su coincidencia en Soto con personas a las que habían atacado con virulencia, especialmente Pineda, como es el caso de de Gerardo Díaz Ferrán y Mario Conde, generó conflictos que acabaron con el traslado de Bernard a Navalcarnero y Luis Pineda a la prisión de Estremera, al sur de Madrid, situada en una pequeña localidad madrileña cercana al río Tajo.
ESTREMERA / LA MÁS MODERNA
Es la más moderna cárcel de Madrid. A pesar de tener los mayores “lujos” y poseer buenas instalaciones, entre las que se incluye un detallado baño privado, el Centro Penitenciario Madrid VII es de las cárceles con peor fama entre los funcionarios por el elevado número de agresiones, especialmente por su gran número de presos psiquiátricos.
Allí está Francisco Granados, el que fue Consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid y secretario General del PP de Madrid junto a Esperanza Aguirre. Es su inquilino más famoso. A Paco Granados le gusta marcar la diferencia y vestir bien, dentro de lo que le permite la prisión. Si Bárcenas pasó del traje a la zapatilla deportiva y la camiseta, Granados prefiere mantener esa diferencia que le ha llevado a ser llamado “el capo de Estremera”. Colabora en el economato como personal de apoyo, pero le gusta más ir como buen cliente. Así, antes de las comidas, le gusta “gestionar” su aperitivo: una coca-cola, acompañada de patatas o aceitunas que suele tomar en el patio y que suele compartir con otros internos, lo que le granjea muchas amistades. Adora estar en los espacios comunes, en la sala grande viendo la televisión o jugando al ajedrez. En la hora de la “recogida” suele pasar su tiempo leyendo.
Tras más de dos años ya en Soto, se ha convertido en el “asesor económico” de muchos presos, a los que soluciona dudas o problemas, recordando sus tiempos antes de la política en el que fue asesor financiero o luego integrante del banco francés Société Générale. Tras pasar un periodo inicial bastante malo de adaptación, que le hizo perder muchos kilos, ahora mantiene una cómoda vida en la cárcel. Su módulo es uno de los que menos presos de toda la cárcel.
Si Granados es el asesor económico, Luis Pineda Salido, ex presidente de AUSBANC, es el asesor jurídico de los reclusos de Estremera. Sin embargo, los casi 13 meses en prisión no han servido para relajar su conocida altivez, lo que aun le granjea enemistades con muchos presos, aunque tampoco señalan los funcionarios que haya tenido ningún problema grave de integración; incluso, en ocasiones, sigue aprovechando el don de gentes con el que consiguió relacionarse con los principales banqueros de España.
Sus costumbres si son muy repetidas: pasa muchas horas en la biblioteca, donde dice que sigue trabajando en pos de la ya desaparecida AUSBANC y “en defensa de los consumidores”. Le gusta escribir cartas y mandar correspondencia, ya sea a sus allegados a los medios de comunicación.
ALCALÁ-MECO / MÁXIMA SEGURIDAD
El complejo penitenciario de Alcalá-Meco es en realidad la unión de tres cárceles: el Centro Penitenciario Madrid I de Mujeres, Madrid II de hombres y la cárcel militar. La más famosa, se construyó en 1981 según un modelo suizo de alta seguridad que después no se implantó en ninguna otra cárcel de España. Madrid II está dividida en dos zonas simétricas de reclusión, independientes la una de la otra, y que solo comparten los servicios auxiliares de oficinas, accesos, cocina y polideportivo con pista exterior de fútbol. Con escasa automatización y limitaciones de habitabilidad (duchas comunes, carencia de salón de actos o piscina, perímetro de difícil custodia) permanece en funcionamiento debido al importante aumento de la población reclusa española y la falta de presupuesto para construir nuevos penales.
Mario Conde tomó allí rápidamente el papel de líder. Mientras que el resto de los internos, con su misma situación, tenían derecho a una comunicación con sus familias una vez al mes durante hora y media y siempre por la mañana, Conde disfrutaba de una media de seis comunicaciones al mes, de más de tres horas y siempre por la tarde. Las irregularidades en el libro de visitas sirvieron para comprobar la situación privilegiada del ex presidente de Banesto, lo que ocasionó el cese directo de su emblemático y veterano director, Jesús Calvo, que llevaba 32 años desempeñando cargos de dirección en prisiones.
La prisión de Alcalá-Meco, por el hecho de ser un centro de alta seguridad, fue también el destino de muchos narcotraficantes entre los que estaban Laureano Oubiña. Hoy Oubiña, de 71 años, acude diariamente al Centro de Inserción Social Melchor Rodríguez García (CIS), donde vive en un régimen semiabierto y en el que colabora en la reinserción de toxicómanos, en espera de conseguir en breve la libertad condicional.
Mucho más silenciosa es la estancia de Montserrat Corulla, la célebre amiga del ex ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, condenada por el caso Malaya, que ha residido en la prisión de mujeres. Allí le gusta practicar el yoga, pasear, llevar una vida muy tranquila y solitaria, nada acorde a su pasado frívolo cuando estaba en el centro de la trama marbellí.
VALDEMORO / DE LAS MÁS SATURADAS
Es una de las cárceles madrileñas más conflictivas, con muchos presos del narcotráfico. Es una de las cárceles más saturadas y que más quejas generan entre el colectivo de funcionarios. El pasado mes de marzo un preso agredió a tres funcionarios mientras era trasladado de módulo. Además es bastante antigua y no tiene ducha individual.
Ahora mismo es el primer destino de Pablo Crespo, Francisco Correa y Álvaro Pérez “El bigotes”, los líderes de la Gürtel. Precisamente, Paco Correa se ha quejado a sus más directos que allí no tienen ducha. Además las duchas comunes no se abren hasta las 07:30 y cuando tenían que declarar en el marco del juicio de la Gürtel en las instalaciones de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares, se les obligaba a salir de la prisión a las 06:00 de la mañana sin ducharse.
NAVALCARNERO / LA CÁRCEL DE LA DROGA
Madrid IV – Navalcarnero, es la llamada “cárcel de la droga”. Una cárcel entre las más modernas y antiguas de Madrid, pero ya con ducha individual. Allí estuvo el capo del narcotráfico gallego, José Ramón Prado Gugallo más conocido como Sito Miñanco, en un módulo sin ningún tipo de restricción en sus movimientos lo que le permitió que todos los días recibiera múltiples visitas de abogados convirtiendo el locutorio de la cárcel en su centro de negocios.
Miñanco estuvo clasificado como FIES y tenía sus comunicaciones interceptadas. Salió de esta prisión el año pasado y está en un centro de inserción hasta que se cumpla su pena en junio de 2018. Si Laureano Oubiña está en un CIS de Alcalá de Henares, Miñanco lo está en Algeciras, con una parada anterior en la prisión de Valladolid. En Algeciras su trabajo de día, antes de dormir en el centro de inserción, es de encargado de un parking público.
Otro ilustre inquilino de Navalcarnero fue el magnate asiático Gao Ping, hombre fuerte de la mafia china en España que fue desarticulada con la Operación Emperador. Nada más llegar a Navalcarnero se le asignó una celda de aislamiento, en la que incluso comía. Se trataba de que no ampliase su conocida red de contactos. Tuvo una estancia muy controlada y él mismo se aislaba del trato con el resto de presos.
En Navalcarnero también están dos destacados miembros del clan Ruiz Mateos, Javier y el benjamín Álvaro. Ingresaron en el centro penitenciario en enero de 2015 para la ejecución de una pena de dos años y nueve meses de cárcel por un delito contra la Hacienda Pública y otro de alzamiento de bienes. Una pena que fue acompañada de una sanción de 1,8 millones de euros por el impago del IVA en la venta en 2003 del Apartahotel Tres Coronas en Peñíscola en 2003. Ambos pudieron despedir a su hermana Socorro a mediados de enero al conseguir un permiso penitenciario, algo que se les denegó cuando falleció su padre, José María Ruiz Mateos, el fundador de Rumasa.
Este viernes, el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha notificado el auto de apertura de juicio oral contra los vástagos del empresario jerezano. Los seis hijos varones deberán depositar conjuntamente una fianza de 496 millones de euros para cubrir sus posibles responsabilidades civiles y multas por la estafa de Nueva Rumasa.
ARANJUEZ / JUBILADOS Y EXTOXICÓMANOS
Madrid VI-Aranjuez es una de las prisiones más accesibles de Madrid. Con celdas de 6 metros y baño individual. También destacan los servicios comunes. Este fue el “hogar” hasta abril del 2016 del ex presidente de la Diputación de Castellón y líder del PP Carlos Fabra. Es una cárcel con grandes diferencias entre sus módulos. Por ejemplo, el módulo 2, donde estuvo Fabra, junto a otros 60 internos, muchos de ellos jubilados y ex toxicómanos, es el más tranquilo y con menos reclusos. Algo que sorprendió a los funcionarios. Su vida la pasaba especialmente en el patio, paseando, tomando el sol, donde le conocían como “Don Carlos” o “Señor F”. Cuando no estaba en el patio pasaba el tiempo jugando al dominó y a las cartas, viendo la televisión y partidos de fútbol entre internos.
En su biblioteca muchos presos han terminado sus estudios, como Antonio Camacho, el dueño de la agencia de valores Gescartera, donde acabó cumpliendo su pena. Camacho acudía con frecuencia a la iglesia (salón de actos) de la cárcel y en sus ratos libres estudió la carrera de Psicología por la Universidad de Educación a Distancia (UNED). En el día a día carcelario ejerció de ayudante del office, es decir, es la persona encargada de servir la comida a sus compañeros de módulo.
Camacho intentaba mantener lo más coqueta posible su celda, ubicada en el módulo nueve del centro y compartida con un presunto estafador de poca monta. Pero su estancia en la cárcel le cambió su carácter y actitud. Hoy en día ya no queda rastro de su altivez, ni de sus trajes almidonados, ni de su célebre gomina. Sus años en el talego le cambiaron su sentido de la vida dedicada hasta entonces al lujo y a la lujuria. Ahora intenta dedicarse al derecho.
CENTRO DE INSERCIÓN VICTORIA KENT
Dentro de la ciudad de Madrid, al lado de la Estación Ferroviaria de Delicias, está el Centro de Inserción más demandado por los presos VIP para cumplir su tercer grado. Se trata del Centro de Inserción Victoria Kent en la calle Juan Vera, construido en 1993 y con 402 celdas.
Allí, hasta la libertad condicional concedida este viernes, pernoctaba Carlos Fabra. También tras su paso por la prisión zaragozana de Zuera fue la última morada carcelaria del torero Ortega Cano. En los Centros de Inserción es obligado pernoctar de 23:00 a 07:00, de lunes a viernes. Tienen que estar al menos 8 horas en el centro, siempre que tengan un trabajo reconocido. También hay internos que no tienen trabajo exterior y están todo el día en el CIS salvo para paseos y salidas organizadas.
Todos destacan que estos centros penitenciarios son un lugar tranquilo, discreto, sin grandes pretensiones, ideal para cerrar la etapa carcelaria de muchos destacados presos. La última casilla de este juego de la oca penitenciaria: llena de personajes VIP y también repleta de singulares beneficios y privilegios, como las casillas “puente” de la oca tradicional. Prebendas que llevan a que algunos VIP vayan de cárcel en cárcel o que tengan mejores celdas que otros. Pero también una oca carcelaria con muchas casillas aún pendientes de pintar con rostros muy conocidos a la espera de juicio.