“Te pega un tortazo gordo al cerebro. Es raro. Como si te subiese una borrachera de golpe. La sensación es difícil de describir. Cuando lo chupas parece dulce. Cuando te entra al cerebro te atonta casi al instante. Parece que vayas a perder la conciencia, pero no llegas a ese punto. Lo que te llega es la risa. Te ríes como un idiota. Yo he leído por ahí que dura tres minutos, pero qué va. El pepino igual te aguanta un minuto. Como mucho luego se te queda la sonrisa puesta y la cara de tonto”.
Así es como actúa, según un consumidor esporádico, el gas de la risa. No es un concepto inventado en las películas. Es una sustancia que existe. Su nombre real es óxido nitroso. Es legal en nuestro país y tiene numerosas indicaciones de distinta naturaleza. En el ámbito de la medicina se emplea como analgésico y anestésico ocasional. En el mundo de la automoción se utiliza para dotar de más potencia a los coches. Y en el del ocio para hartarse de reír. El Reino Unido es el país donde más triunfa el óxido nitroso. Pero en los últimos días, el foco de la alerta se ha fijado en España. Porque la policía ha intervenido cápsulas en varias ciudades de nuestro país durante los últimos 15 días. Y porque esta sustancia puede llegar a ser mortal.
La policía ha intervenido, en las dos últimas semanas, diversas cantidades de cápsulas de óxido nitroso en varias ciudades de España. El primer decomiso tuvo lugar el 18 de junio en Ibiza, donde la sustancia ya es una vieja conocida de los veraneantes. El segundo en Marbella, donde las autoridades intervinieron 2.400 dosis. La tercera operación tuvo lugar en Lloret de Mar durante la noche de San Juan. El cuarto caso tuvo lugar anoche, otra vez en Ibiza, cuando la policía requisó 700 dosis a un vendedor callejero.
PILLAR UN GLOBAZO CON UN GLOBITO
El gas de la risa es el nombre que se le da al óxido nitroso o monóxido de dinitrógeno (N2O). Se trata de un potente defensor del sistema nervioso central. Cuentan los que lo han probado que el efecto es parecido de algún modo al que produce la inhalación de disolventes y pegamentos.
La sustancia fue descubierta en el siglo XVIII y nunca acabó de encontrar su lugar en la medicina. Su aplicación ha sido siempre esencialmente lúdica. En España es legal. Ese estatus hace que cualquiera, de forma fácil y por internet, pueda adquirir unas cápsulas de óxido nitroso. Porque es así como se presentan: en unos cartuchos metálicos del tamaño de un mechero tipo Clipper. El precio aproximado al por mayor es de 12 euros por cada 24 cápsulas. Es decir: 50 céntimos la dosis. En los lugares de fiesta donde se suele suministrar este gas, al consumidor se le cobran unos 3 euros por aspiración.
Las mencionadas cápsulas se vacían dentro de un sifón tradicional. Una vez la botella está llena, se rellenan globos con ese gas. La aspiración de esa cantidad de gas puede durar entre los 5 y los 20 segundos. Y luego, la carcajada es casi inmediata.
BREVE HISTORIA DEL GAS DE LA RISA
El óxido nitroso o monóxido de dinitrógeno es un gas descubierto en 1776 por el químico británico Joseph Priestley, un buen amigo de Benjamin Franklin. La aplicación primigenia del gas fue precisamente el que se le está dando en España estos días: reírse. Priestley pensó que la única utilidad que se le podía encontrar a aquel gas comprimido era provocar carcajadas. Por eso se distribuía entre la concurrencia por ferias, circos y fiestas, con un uso meramente lúdico.
Todo cambió en 1844. Durante un feria en Boston, un hombre que acababa de consumir óxido nitroso sufrió una terrible caída, golpeándose con violencia la rodilla. El hombre se levantó como si nada y siguió riéndose a carcajadas, con toda su fiesta en lo alto. Un dentista llamado Horacio Wells presenció la escena y decidió investigar posibles aplicaciones médicas con su propio cuerpo. Al día siguiente le pidió a un dentista amigo suyo que le sacase una muela mientras él chupaba gas de la risa. El resultado fue sorprendente: el dentista extrajo el molar sin que Horacio Wells dejase de reírse. La primera prueba había sido un éxito.
Horacio Wells pensó que había descubierto la panacea y decidió organizar una intervención quirúrgica bucal con gas de la risa como único anestésico. Tan seguro estaba del éxito, que decidió invitar al evento a varios prestigiosos doctores. Nadie sabe qué falló, pero al paciente no le provocó el efecto deseado; en cuanto el dentista le empezó a extraer la muela, el incauto salió de allí corriendo entre grandes alaridos de dolor.
El fracaso de aquella prueba motivó que el óxido nitroso volviese a quedarse en un cajón durante dos años, hasta que otro dentista de Boston llamado William Morton practicó, en el Hospital general de Massachussets, la primera operación quirúrgica sin dolor con gas de la risa como único método para dormir la zona. A partir de ahí se volvieron a realizar experimentos con este gas con fines médicos, pero jamás el óxido nitroso se ha llegado a consolidar como una alternativa a las antestesias habituales.
MORIR DE RISA
¿Es peligroso el óxido nitroso? Puede llegar a ser mortal. En las botellas ya advierten que no es apto para el consumo humano. Desde 2006 se han registrado 17 muertes por la inhalación de gas de la risa. Casi todas tuvieron lugar en Inglaterra, el país donde más óxido nitroso se consume. El motivo de la muerte: la asfixia. También se ha documentado algún caso de reacción anafiláctica. Es decir: una alergia no detectada que se acaba complicando.
Sin embargo, tampoco conviene alarmar. No se trata de una sustancia mortal de necesidad. En pequeñas cantidades es prácticamente inocuo y los pulmones descomponen todo el gas. Pero el abuso del consumo puede llegar a producir un colapso pulmonar. Morir por la risa es técnicamente posible con el óxido nitroso.
Lo que sucede es que, aunque se trata de una sustancia de uso lúdico cuya posesión es sancionada por la policía, no tiene el estatus de droga ni, por tanto, su estigma. Un ejemplo claro es la demostración que hizo Pablo Motos en El Hormiguero de consumo de óxido nitroso. Flipy, el personaje que antes se encargaba de realizar experimentos científicos en el programa, chupaba de un globo con óxido nitroso, en horario infantil, y se reía a carcajadas delante de un estupefacto Javier Cámara.
COSAS DE INGLESES
El principal consumidor de óxido nitroso del mundo es Gran Bretaña. En la noche de Londres o Manchester es muy habitual encontrar a distribuidores callejeros del gas de la risa. Precisamente, en las tres operaciones que ha llevado a cabo la policía en España recientemente, los suministradores son ingleses. La policía británica explicaba que en una sola noche llegaron a encontrar 1.200 cartuchos vacíos de gas de la risa en el barrio de Shoreditch.
Entre los consumidores del gas de la risa también hay rostros ilustres. Es el caso de Raheem Sterlling, futbolista inglés del Manchester City, que en verano de 2015 fue sorprendido en Ibiza inhalando óxido nitroso. The Sun publicó las fotos.
En 2013, unos hosteleros visionarios de Villanueva de la Cañada (Madrid) decidieron empezar a ofrecer gas de la risa en su bar de copas. El resultado fue una intervención de la Guardia Civil en la que se decomisaron 700 dosis de óxido nitroso.
Si es legal, ¿por qué la policía puede decomisar el óxido nitroso? En el caso de las últimas incautaciones, se debe a que todos los portadores llevaban, además del gas, otros estupefacientes para vender, como cocaína, pastillas de éxtasis o marihuana. Pero es que además, en los botes de óxido se especifica que no es apto para el consumo humano. Si la policía entiende que alguien está ofreciendo la inhalación del gas, le pueden imputar un presunto delito contra la salud pública. Además, si los agentes entienden que una persona que está en posesión de óxido nitroso puede provocar un conflicto con su comportamiento, también pueden requisarle la mercancía por desorden público.
La policía española advierte de la peligrosidad de la sustancia. Hace 3 años, con motivo de las incautaciones en el bar de Villanueva de la Cañada, informaban de que el gas puede ser mortal además de adictivo. Químicos expertos en sustancias psicotrópicas, no obstante, consideran que es una exageración. "Es muy difícil morir por inhalación de óxido nitroso. Tiene que darse un abuso brutal de la sustancia o tener una alergia no detectada. Y no, no produce adicción. Es absurdo poner la alarma donde no tiene que estar", comenta un químico que se dedica a estudiar la pureza de las sustancias que consumen los asistentes a conciertos y festivales.
Sea como sea, parece que este verano va a ser habitual encontrar a distribuidores de óxido de nitroso por los lugares de copas más concurridos de este verano, armados con un sifón y globitos. Especialmente en las zonas donde abunda el turismo británico. ¿Nos echamos unas risas?