¡Hay que volar la Sagrada Familia! La obsesión del Daesh con el templo cristiano
Estado Islámico saca la basílica en la portada de su revista. La religión, las consecuencias económicas de atentar contra zonas turísticas y la repercusión mediática, claves.
17 septiembre, 2017 03:07Noticias relacionadas
Estado Islámico acaba de lanzar el último ejemplar de 'Rumiyah', su revista de propaganda más importante. La portada de esta edición es la Sagrada Familia. Sigue en su punto de mira. Aunque los terroristas que atacaron en La Rambla y Cambrils el 17 de agosto no consiguieron atentar contra la basílica catalana, DAESH sigue insistiendo en el templo de Gaudí. Los terroristas han demostrado su obsesión por este monumento cristiano. En EL ESPAÑOL buscamos las claves con especialistas en yihadismo.
Mohamed Houli, uno de los pocos supervivientes de la célula terrorista de Ripoll, confesó al juez que la Sagrada Familia era el principal objetivo de los atentados, tal y como reveló en primicia EL ESPAÑOL. Explotar allí una furgoneta llena de explosivos era el plan A de los radicales. Pero la munición estalló por accidente la noche de antes y el plan fue abortado.
Aunque el ataque a la basílica no se materializó, el aparato de comunicación de DAESH contó el ataque como una victoria. Al menos de forma propagandística. Y es que la otra publicación referente del Estado Islámico, llamada Al Naba, también llevaba en portada el monumento, en este caso tintado de rojo. Fue publicada la última semana de agosto, tras los atentados. En el interior se incluía una completa infografía sobre los atentados y la Sagrada Familia, a pesar de que salió intacta.
El último encuentro del templo barcelonés con el terrorismo yihadista tuvo lugar el martes pasado: los Mossos d'Esquadra desplegaron un operativo antiterrorista en el entorno del monumento. Durante toda la tarde, efectivos de la policía catalana acordonaron la zona e identificaron a los ocupantes de un par de furgonetas sospechosas de llevar explosivos. Los propios Mossos informaron al detalle de la operación en redes sociales, conminando a los barceloneses a que se alejasen del lugar en tanto duraba el opeartivo. Finalmente resultó ser una falsa alarma, pero las alertas se disparan cuando se trata de la Sagrada Familia.
A finales de agosto, poco después del atentado y de la publicación de la portada de Al Naba, desde la Asesoría de Inteligencia y Consultoría de Seguridad intentaron desviar la atención del monumento. Declararon a Europa Press que los datos que manejaban no hacían sospechar que la Sagrada Familia fuese un objetivo de los terroristas, y que la relación del monumento con los yihadistas se debía más a una cuestión de narrativa de los medios de comunicación españoles. Esa versión ha quedado totalmente desmentida posteriormente con dos actuaciones: la primera fue la confesión del terrorista Mohamed Houli, que reconoció que la basílica era el principal objetivo de los ataques era el templo cristiano. La segunda fue la rápida respuesta de Mossos cuando entró una alerta por posible ataque terrorista en el entorno de la basílica. La publicación de Rumiya esta semana no ha hecho más que confirmar la obsesión del DAESH por este monumento.
De haber conseguido atentar contra la basílica, hubiese sido la primera vez que el DAESH atacaba un templo cristiano en Europa. Y a la vista de la repercusión que le siguen dando a la Sagrada Familia desde EI, todo hace pensar que no se han olvidado de ella. Lo primero que viene a la cabeza cuando se analiza esta fijación por el monumento modernista es que representa a la religión cristiana. A los 'cruzados', como denominan de forma peyorativa los terroristas a los cristianos. Pero existen otras iglesias y catedrales en el continente y en los países amenazados por los terroristas que también son símbolo de la cristiandad. ¿Por qué esta obsesión por la Sagrada Familia?
Historia del templo
La Sagrada Familia es uno de los símbolos de Barcelona, de Cataluña, de España y del cristianismo en Europa. La basílica es la joya del modernismo, la ópera prima de Antoni Gaudí, uno de los arquitectos españoles más célebres de todos los tiempos. Este templo expiatorio es la segunda iglesia más visitada de Europa después de la basílica de San Pedro en Roma. El año pasado pasaron por su entorno cerca de 20 millones de personas.
Su primera piedra se colocó en 1882 y su primer arquitecto fue Francisco de Paula del Villar, que renunció a seguir con el proyecto un año más tarde. Su sustituto fue un joven de 31 años natural de Reus llamado Antoni Gaudí, que decidió darle un cambio sustancial al diseño original. Imprimió su sello propio y convirtió el templo en una atrevida y controvertida construcción que no agradó a todo el mundo. Gaudí, sin embargo, consagró su vida a levantar la basílica. En ella trabajó durante 43 años, hasta que un tranvía lo atropelló cuando iba a misa.
Gaudí estimó que la construcción de la basílica duraría siglos. Sin embargo, y después de todas las modificaciones respecto al proyecto inicial y a la idea primigenia de Gaudí, calculan que el templo expiatorio estará acabado en el año 2026. Su controvertido diseño no deja indiferente a nadie. El cinesasta George Orwell llegó a lamentar que los anarquistas no volasen el edificio durante la Guerra Civil española, al considerar el templo "uno de los edificios más horribles que he visto".
Motivos geográficos, religiosos y pseudoreligiosos.
¿Por qué los yihadistas quieren acabar con ella? Según los expertos, además de los motivos evidentes de atacar contra un símbolo de la cristiandad, detrás de esta fijación hay otras razones mucho más pragmáticas, como dinamitar una línea de flotación como es la economía espantando al turismo. O acrecentar el sentimiento islamófobo entre la población cristiana para que se acabe de desarrollar una fractura social contra los musulmanes.
Una de las diferencias con los otros enclaves europeos en los que ha atentado DAESH es que Barcelona, como parte de España, es considerada por los fundamentalistas como tierra a reconquistar. La península ibérica casi en su totalidad fue territorio musulmán bajo el nombre de Al-Andalus, por lo que una de las consignas del Estado Islámico es recuperar esos territorios. La Sagrada Familia es tal vez el principal monumento cristiano de Cataluña, la región española con mayor número de presencia de radicales islamistas, tal y como demuestra el número de detenciones relacionadas con delitos de terrorismo yihadista en España en los últimos años. Así, atentar contra la Sagrada Familia sería un golpe simbólico a un monumento que representa al enemigo (los cristianos) en un territorio que pretenden volver a conquistar (España).
Según Chema Gil Garre, co-director del Observatorio de Seguridad Internacional, “el ataque a monumentos cristianos contribuye a que Estado Islámico sostenga esa pátina religiosa que emplean para dignificarse. Cala más este mensaje religioso que uno político, aunque cuando rascas un poco en su discurso o hablas con ellos, te das cuenta de que es un mensaje vacío; no saben responder y desaparece enseguida la pátina religiosa,”. Gil recuerda que “la obsesión con la Sagrada Familia es la misma que tienen con Roma. La revista actual del Estado Islámico se llama Rumiyah, que significa Roma. La portada de su número 1 era la plaza de San Pedro y de fondo el Vaticano".
Gil señala además que la basílica barcelonesa “no es sólo un templo cristiano; Gaudí le quiso dar un carácter casi ecuménico, de espacio abierto a todos. Tal y como aseguran los terroristas, su guerra no es sólo contra los cristianos, sino también contra los judíos”. En lo referente a cuestiones geopolíticas, Chema Gil subraya que “para los terroristas, la Sagrada Familia es objetivo no por ser un monumento de España, sino un símbolo de los cristianos en Al-Andalus”.
Motivos económicos
El dinero también está detrás de esta fijación. “No es sólo una cuestión contra los símbolos cristianos, que también, sino contra referentes en el imaginario de nuestra sociedad”, explica Alexandra Gil, periodista especializada en terrorismo yihadista y autora del libro “En el vientre de la yihad”. La escritora explica que más allá del simbolismo religioso, hay otras razones, como las puramente económicas. Atacar un monumento tan emblemático y rentable para Barcelona consigue asestar un golpe en la línea de flotación de la ciudad: el turismo.
“Entre el 13 de noviembre de 2015, fecha de los atentados de París, y la misma fecha en 2016, la ciudad ha perdido dos millones de turistas, que en dinero supone 'un miliard' (mil millones) de euros. En un solo año”, recuerda la periodista. “Intentar sembrar el pánico y modificar las rutinas de los turistas supone un perjuicio económico para el país donde se atenta. Por eso los espacios emblemáticos son el objetivo, ya no sólo de los atentados sino de la propaganda. Otra revista que editaba EI que se llamaba 'Dar el Islam' publicó en portada la foto de la Torre Eiffel con el mensaje: 'Alá maldiga a Francia'. Y los motivos son los mismos: atacar o amenazar lugares emblemáticos que sean atracciones para los turistas". Habrá que esperar un año para valorar las consecuencias económicas para Barcelona.
La fractura social en Europa, otro objetivo
La fractura social en Europa es otro de los objetivos. Uno de los anhelos de DAESH es conseguir el incremento del sentimiento islamófobo en Europa: “A ellos no les importan los musulmanes que viven en Europa, porque los consideran infieles. Pero sí los utilizan para que se llegue a una especie de Guerra Civil entre musulmanes y cristianos. Y una forma muy eficaz y barata es atentar contra un símbolo mediante el cual sea más fácil que la sociedad europea se vea atacada”, resume Alexandra Gil. La repercusión que tiene un atentado contra un monumento de este tipo va más allá que la que se obtiene cuando se ataca, por ejemplo, un paseo en Niza o Berlín. Además de los daños humanos a lamentar, se ataca a un símbolo de la sociedad.
En la misma línea se pronuncia Chema Gil, que entiende que “el incremento de posturas islamófobas les beneficia a ellos más que a nadie. El terrorismo es una fábrica de contextos y escenarios”. Así, después de cada atentado, DAESH aprovecha las reacciones islamófobas para pescar en aguas revueltas y captar nuevos adeptos, porque el contexto es favorable en ese sentido. “Estigmatizar el islam es uno de los objetivos últimos en la teleología (estudio de las causas finales) de un atentado”, concluye. Divide y vencerás.
Esta fractura social es imprescindible en un contexto de confrontación en el que el Estado Islámico pierde terreno a pasos agigantados en Siria, pero su mensaje y su poder de ataque en Occidente está intacto. Es lo que Alexandra Gil llama “una guerra sin territorio”. Aunque DAESH esté siendo ahogado en Siria, su capacidad de sembrar el terror en Europa sigue siendo una de sus fortalezas.
La glorificación del mártir
Por último, los expertos creen que sostener a la Sagrada Familia como objetivo en la propaganda también tiene como fin calar y penetrar en los jóvenes que están en pleno proceso de radicalización. “Después de estos atentados, desde DAESH proceden a la glorificación de los terroristas, dándole repercusión mediante propaganda”, cuenta Alexandra Gil. El mensaje que les están dando ahora a estos potenciales terroristas desde Estado Islámico es que sus actos, si tienen objetivos tan grandes como la Sagrada Familia, tendrán consecuencias muy positivas para ellos. Obtendrán el reconocimiento del Estado Islámico. “Para unos jóvenes desarraigados, que no se sienten españoles ni marroquíes, el sentimiento de pertenencia es fundamental en el proceso de radicalización. Para ellos, tener el reconocimiento y la gloria de sus compañeros es imprescindible”, sostiene Chema Gil Garre.
Toca seguir con la guardia alta. Aunque ya se perpetraron los atentados, los terroristas siguen teniendo presente a la Sagrada Familia, Sin haberla tocado, le dedican portadas e infografías: “Ahora mismo, uno de los mensajes que difunden desde Estado Islamico es que el atentado en la Sagrada Familia no se llevó a cabo únicamente porque hubo un accidente”. La operación de los Mossos del pasado martes demuestra que con la Sagrada Familia, en materia de terrorismo, hay que seguir alerta.