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“Cuando tenía 9 años le dije a mi padre que era gay. No que me sentía mujer; solamente que me gustaban los chicos. Él me llamó maricón y me contestó que ojalá me hubiese muerto en la incubadora cuando nací. Ahí se acabó nuestra relación. Con 9 años”.
Son palabras de la gaditana Erika Dorado, una de las dos españolas que opta a ganar el concurso de belleza transexual más importante del mundo: el Miss Trans Internacional 2017. Empezó ayer en la Estación de Francia (Barcelona) y acabará el sábado con la gala final que se celebrará en Cornellà.
Este certamen ha arrancado, por séptimo año consecutivo, en Barcelona. El lugar donde nació y donde se celebra cada otoño. Una ciudad que anda revuelta por el conflicto catalán. Curiosamente, el concurso y el proceso independentista de Cataluña han seguido caminos paralelos y al final se han cruzado. Ambos empezaron en 2010 y los dos han ido creciendo progresivamente. En esta edición de Miss Trans, por primera vez, algunos de los actos han tenido que ser cancelados por la situación de inestabilidad que se vive en Cataluña estos días. Concretamente por la huelga que comenzó el pasado día 2 de octubre.
Cancelan actos por la huelga
“Las chicas llegaron el día 1 de octubre, justo el día del referéndum. Evidentemente sabían muy poco de lo que está sucediendo en Cataluña”, cuentan desde la organización. La veintena de candidatas llegadas de todas partes del mundo, desde Australia hasta Chile, no esperaban que la jornada del martes tuviese que ser suspendida. Estaba prevista la ya clásica excursión en barco por Barcelona y una sesión de fotos en un parque acuático. Sin embargo, la huelga convocada el martes día 2 paralizó Cataluña y, por ende, los actos programados.
“En un principio la organización no quería suspender nada. Luego fue imposible hacer lo que teníamos previsto, pero me parece un buen gesto querer seguir a pesar de todo. Demuestra mucha fuerza”, cuenta Toni Delgado, el responsable de prensa del certamen.
Fuerza
Y es que de fuerza precisamente va este evento. Pocos concursos de belleza llevan tan asociado el concepto 'fuerza'. Todas y cada una de las candidatas han tenido que luchar durante toda la vida contra el estigma social. 24 chicas, 24 historias de abusos, acoso y superación.
El caso de la gaditana Erika Dorados, a la que su padre le deseo la muerte cuando ella le confesó que le gustaban los chicos, es un buen ejemplo. Pero hay otros más dramáticos, como el de la peruana Verónica Lináres. Nació varón en 1989, en la selva amazónica de Perú. Era el menor de diez hermanos. Con 5 años confesó que se sentía mujer y ahí empezó a recibir palizas de uno de sus hermanos que acababa de salir del ejército. "Me pegaba si no hablaba o gesticulaba como un hombre. Y a mí no me salía, claro", recuerda ella.
Palizas y descargas eléctricas
“A veces mi hermano me pegaba tan fuerte que yo me desmayaba. Luego me reanimaba aplicándome descargas eléctricas”, asegura. “Con 5 años también abusaron sexualmente de mí por primera vez. Todo eso me marcó. Ningún niño de 5 años merece vivir ese infierno”, recuerda Verónica, intentando contener las lágrimas porque ya está maquillada y sale al escenario en diez minutos.
A Verónica no sólo le atacaba su hermano. También soportó el acoso de sus vecinos y los insultos de sus compañeros de clase. “He recibido empujones, pedradas... hasta navajazos. Ni siquiera puedes estudiar. La presión y el acoso están en todas partes, desde niños. Luego dicen que las chicas trans somos cortitas. Pero si es que muchas no hemos estudiado por el miedo que nos daba ir al colegio a que nos pegasen”, insiste.
Durante una década entera aguantó palizas en casa. Con 15 años decidió cortar por lo sano. "Mi hermano vino un día a pegarme, como era habitual. Mi hermana se puso en medio para protegerme y él le rompió un palo de escoba en la espalda. Fue ahí cuando decidí marcharme de casa”. Dicho y hecho. De Perú se fue a Argentina y de ahí a Italia, donde reside. "En Europa tampoco hay una situación ideal, pero estamos mucho mejor que en Latinoamérica", concluye.
América Latina, el infierno trans
La situación de los transexuales en América Latina es una de las más complicadas del mundo. Por mentalidad, por arraigo religioso o por acervo cultural. Las agresiones físicas están a la orden del día. Tal vez por eso, en las gradas del concurso, varias banderas de países latinoamericanos lucen juntas, como muestra de hermandad y solidaridad. "No hay sociedades más machistas que las que tenemos en nuestro continente", lamenta la miss chilena Andrea Tobar.
"La situación de las personas transexuales es de discriminación en todo el mundo, también en el terreno laboral", incide Verónica Linares. "Yo lo viví en mis propias carnes cuando estudiaba enfermería. Hablan, murmuran, se ríen, te insultan... Al final, estos prejuicios acaban empujando a las chicas trans a ejercer la prostitución, por la dificultad de encontrar trabajo y porque es la salida más rápida".
Del quirófano al ejército
Aquí en Europa la situación no es mucho mejor. Aunque las agresiones físicas no son tan habituales, la transfobia, los insultos y el estigma no son extraños. Y en según qué entornos, como el militar, mucho más. Lo confirma la otra candidata española, la gallega Giovanna Sedes. Cuando le comunicó a su familia que ella era una mujer en un cuerpo de hombre, tuvo todo el apoyo para llevar a cabo su proceso de reasignación sexual. “Mi padre tiene el cielo ganado conmigo para siempre. Me trajo a Barcelona para operarme cuando yo tenía 18 años. Yo en casa no tuve problemas, sino fuera”. Y es que, después de la operación “y por una serie de circunstancias, me alisté en el ejercito. Ojalá me hubiera roto una pierna ese día y no lo hubiese hecho. Pero lo hice”, lamenta todavía.
A simple vista es muy difícil identificar que Giovanna es transexual. “Cuando entré en el ejército yo había pasado mis exámenes médicos y todo fue perfectamente. Como mujer, claro. Nadie se percató", cuenta. Sus compañeros no se dieron cuenta de su transexualidad… hasta que llegó el soplo desde Galicia. Alguien de su pueblo (Ferrol) se lo chivó a varios soldados. Nunca hubo un problema hasta que se corrió la voz. Ahí todo cambio, incluso la relación con sus compañeros. “Estuve dos años en el ejército y me reenganché un tercero, un poco para demostrar fuerza. Pero al final acabé dejándolo y me sumí en una depresión. No he entendido nunca que si en mi casa no he tenido ningún problema, por qué he de tenerlo fuera”.
La culpa es del autobús de Hazte Oir
Ahora Giovanna estudia Tanatoestética y Restauración cadavérica. Confiesa que este tipo de certámenes nunca le llamaron la atención. “Yo nunca pensé en presentarme a un concurso de belleza. Lo que me hizo cambiar de opinión definitivamente fue el autobús de Hazte Oir, aquella iniciativa tan repulsiva que llevaba la transfobia hasta a la puerta de los colegios. Me indignó tanto que decidí que tenía que hacer algo. También podría haberle pegado una pedrada a los cristales del autobús, que se me pasó por la cabeza. Pero al final decidí presentarme al concurso”.
La otra española no volvió a hablar con su padre, pero sí que ha conseguido que su pueblo se vuelque con ella para este certamen. Erika Dorado subraya que “estoy en este concurso gracias a mis vecinos. Soy de Prado del Rey (Cádiz) y mi madre hizo unas huchas y fue por todo el pueblo recogiendo dinero” cuenta Erika, que tiene 21 años y es la segunda candidata más joven del concurso, tras la israelí Elian Niessiel, de 20.
Miss Trans Internacional consta de dos partes. La primera ronda fue la que se celebró ayer en el restaurante de la Estación de Francia (Barcelona). La final tendrá lugar el sábado en Cornellà. Entre bambalinas, buen rollo entre las participantes, mucha ayuda para enfundarse en los aparatosos trajes del desfile "y muchísimo calor", coinciden caso todas. Primero desfilan en traje de gala y luego en traje regional. Llama mucho la atención ver, entre tantas chicas latinas con elaboradísimos trajes de plumas y muchos colores, a Giovanna vestida de gallega y saliendo al escenario a ritmo de rap.
Dos del mismo país
¿Por qué hay dos candidatas españolas? Por lo mismo que hay dos tailandesas, dos colombianas o dos argentinas: las seleccionadas para la final no han de superar concursos locales en sus respectivos países. Al final es una decisión de Thara Wells, la transexual que fundó y sigue organizando este certamen. Ella recepciona las solicitudes de las chicas que quieren participar y las elige teniendo más en cuenta su historia personal que el país de procedencia.
Lamentan lo que está ocurriendo en Cataluña, pero el tema no se toca durante el evento aunque de algún modo haya afectado al programa. Desde la organización confían en que no se va a anular ningún otro acto. La mayoría de chicas son extranjeras y desconocían por completo el problema catalán. Las que lo conocen, como es el caso de las españolas, prefieren no pronunciarse. La prioridad ahora es la gala del sábado, cuando se decidirá quién es la nueva reina de la belleza trans.