Después de casi catorce años, el actor Pablo Rivero se despide del personaje que le ha visto crecer en la serie Cuéntame cómo pasó. El mayor de los hijos de la familia Alcántara descubre la trama de los GAL, la guerra sucia contra el terrorismo dirigida por autoridades de la Policía y el Gobierno, y se ve obligado a abandonar España ante las amenazas.
El guion del capítulo ha permitido a Rivero dejar la serie para dedicarse a otros proyectos dejando al mismo tiempo la puerta abierta a su regreso. Nos sentamos con Pedro J. Ramírez, a quien Cuéntame cita como descubridor del escándalo en la realidad, para analizar cuánto hay de verdad histórica en los acontecimientos narrados.
¿En quién está basado Toni Alcántara?
La escena en la que el periodista presenta las pruebas al jefe de su agencia y este rechaza publicarlas trae a la memoria de Pedro J. la llegada de Ricardo Arques a Diario 16 proveniente del diario Deia. "Nos contó al redactor jefe Fernando Múgica y a mí que 'los comisarios políticos' del PNV no le dejaban publicar unas pruebas que vinculaban al GAL con la Policía".
Los nacionalistas vascos estaban por aquél entonces en buenas relaciones con el PSOE y no querían comprometer al Gobierno. Diario 16 contrató entonces a Arques, que formó tándem con Melchor Miralles para investigar el caso GAL. En la tenacidad que pone Toni Alcántara en sacar adelante la verdad, el director de EL ESPAÑOL aprecia una "suma de los dos" periodistas.
¿Los medios se autocensuraron?
La reticencia del redactor jefe Moreto en hacer pública la investigación sobre los GAL fue la reacción de los "periodistas progres" que "metafísicamente" no podían aceptar que el PSOE estuviera involucrado en un caso de terrorismo de Estado, según Pedro J. "Para ellos era algo propio del batallón vasco español, de Fraga y Montejurra. Nos acusaban de ayudar a ETA", rememora, una frase que aparece en el capítulo.
Moreto acusa a Alcántara de buscar su "puto Watergate". Ese era precisamente el reproche que recibía el director de EL ESPAÑOL en aquella época, en referencia a que había vivido en los Estados Unidos el caso más famoso del periodismo de investigación. Como anécdota, el director del Washington Post Ben Bradlee llegó a confesar a Pedro J. que al lado del caso GAL, el Watergate fue "una ratería de tercera".
¿Existió el confidente Bretón?
En Cuéntame, Toni Alcántara recibe la lista de objetivos de los GAL de manos de un policía y, al avisar a un amigo, destapa la trama. El confidente amenaza entonces con "enterrar en cal viva" al periodista. "Fue lo que hicieron con Lasa y Zabala", recuerda Pedro J., los dos etarras asesinados en el primer crimen atribuido a los GAL.
Ni Fernando Múgica ni él supieron nunca quien era la fuente de Arques. Siempre han supuesto que se trataba de alguien del aparato del Estado. La relación fue sin duda mejor que la que se retrata en la serie. Este confidente reveló la existencia de un zulo de los GAL en el sur de Francia con armas, documentación falsa y dinero para operar.
¿Hubo atentados contra la prensa?
Toni Alcántara recibe un paquete bomba en la redacción que abre su compañero, perdiendo un dedo de la mano y posiblemente un ojo, dice el guión. El atentado recuerda a Pedro J. el que sufrió el Gorka Landaburu a manos de ETA en 2001. El periodista sufrió heridas de consideración en la cara y perdió varias falanges de los dedos.
También traen a la memoria los atentados en 1977 contra la revista El Papus y Diario 16, pero son anteriores a los GAL: el primero lo cometió la ultraderecha y el segundo, los GRAPO.
No significa que los periodista no corrieran peligro. "La gente que formaba el GAL estaba dispuesta a matar para seguir cobrando", rememora el director de EL ESPAÑOL. "Teníamos protección policial... pero claro, no sabíamos de qué lado estaban".
¿Se castigó a los culpables?
"Prométeme que acabarán ante un juez", le pide a Toni su compañero desde la cama del hospital. El capítulo está ambientado en 1984. "Todavía faltaban varios años para que la verdad sobre la guerra sucia contra el terrorismo viera la luz", relata el narrador al final del capítulo.
Fue en 1989 cuando se produjo la primera condena, la de los policías Amedo y Dominguez, los organizadores de los GAL según el juez Baltasar Garzón. Mercenarios portugueses habían revelado que les habían contratado para cometer atentados.
Las consecuencias políticas llevaron a la destitución y posterior condena de Rafael Vera - responsable de la lucha antiterrorista - y de José Barrionuevo, ministro del Interior. Pero quedaron flecos sin resolver. Notablemente, a la que alude Cuéntame: la anotación PTE. en la documentación del caso GAL.
"PTE. para el viernes" es lo que figuraba escrito de puño y letra por Emilio Alonso Manglano, director general del CESID, en una hoja de despacho que hacía referencia a la guerra sucia contra el terrorismo. No se llegó a aclarar si significaba "pendiente" o "presidente", lo que hubiera implicado directamente a Felipe González.