Una de las imágenes más icónicas de Los Simpson es la de Homer tumbado en el sofá, sosteniendo con la barriga una lata de cerveza Duff, y viendo la televisión, mientras Marge, su mujer, con el mandil puesto, prepara la comida o limpia la casa. Es esto el reflejo de la sociedad tradicional y conservadora -el hombre sin mover un dedo en las tareas del hogar- que no encaja en los nuevos tiempos; uno de los principales focos de crítica para una serie vista por millones de espectadores en todo el mundo desde hace treinta años.
Pero hasta ahora, nadie había hecho una tesis doctoral sobre el universo de Los Simpson. Y ha sido un español, el zaragozano Alejandro Tovar, nacido justo un año antes del estreno del primer capítulo de las aventuras de la familia amarilla, el encargado de estudiar a fondo las relaciones entre los personajes, sus conversaciones y los temas que se van enlazando en los más de 600 capítulos ya emitidos.
¿Y cuáles son sus principales conclusiones? Pues que Marge es una mujer "sumisa" y Homer "representa todo lo que un ser humano no tiene que ser: vago, machista, aficionado al alcohol...". Viendo un par de capítulos es fácil de apreciar este diagnóstico, pero Tovar ha ido más allá y cree que Marge también es una "abanderada" del empoderamiento femenino y Homer "un emprendedor de libro".
La mujer es la hija de inmigrante francés, con un alto nivel cultural y una serie de aspiraciones vitales que se truncan cuando conoce a su marido. Desde ese entonces, el matrimonio se convierte en una relación desigual: una mujer entregada a los deseos de su familia y a las necesidades de los suyos, sobre todo a las de Homer, a quien nunca se le relaciona con los trabajos domésticos.
Sin embargo, Tovar cree que Marge se ha resignado a tener esa vida como una suerte de sacrifico para que la de su hija, la de Lisa, sea totalmente diferente a la suya y esté guiada por la libertad. A juicio del autor de la tesis, calificada con cum laude, hay un capítulo clave que describe justo lo que es ella, una "mujer sumisa" pero abanderada de la lucha por el avance de la sociedad: "Tú sé como eres que ya sonreiré yo por las dos. Tú no finjas", le dice a su hija.
Por otra parte, y aunque Homer sea representado como un tipo encerrado en el bar, agarrado a la ley del mínimo esfuerzo en el trabajo (y en general en su vida), tiene también tintes de genio: "Hace un estudio de mercado cada vez que detecta una necesidad, como comprar una máquina cuando nieva en Springfield u ordenarse reverendo para oficiar matrimonios homosexuales, e inventa cosas como el 'tomaco' o su 'flambeado', pero todo por ciencia infusa, sin método ninguno y con el solo objetivo de forrarse", precisa Tovar.
Críticas y distopías
La de Alejandro Tovar es la primera tesis que se hace en todo el mundo sobre Los Simpson y sus guiones y se compone de un total de 437 páginas. Otros estudios realizados con anterioridad sobre la famosa serie de televisión se habían centrado en el comportamiento de la audiencia y no tanto en los discursos de Marge, Homer, Lisa, Bart y compañía.
Pero si por una cosa se ha caracterizado el universo de Los Simpson es por haber creado distopías imposibles que luego la realidad ha demostrado no tan descabelladas. Véase el caso de Donald Trump convirtiéndose en presidente de Estados Unidos. Parecía ciencia ficción en el año 2000, cuando se emitió ese capítulo, el 17º de la temporada 11, y ya lo ven: el magnate se sienta ahora en el Despacho Oval. Por todo eso es habitual es habitual toparse en las redes sociales con la coletilla "Los Simpson ya lo predijeron...".
"No envejecen y cada vez que hablan del futuro parecen adivinos. Crean distopías que se cumplen porque llevan a la sociedad al esperpento aunque, como sucede con el caso de Trump, la realidad supere a la ficción", sostiene Tovar, doctor interuniversitario por las universidades de Sevilla, Málaga, Huelva y Córdoba, en una entrevista concedida a la agencia Efe.
"Creo que su éxito se debe a que más que un producto para el entretenimiento es el espejo más satírico, irónico y certero no solo de la sociedad estadounidense sino de la occidental. Es divertida pero además te premia cuando prestas atención con sus alusiones a la alta y la baja cultura, por ejemplo", detalla Tovar. Y es que, ¿qué famoso no ha salido en Los Simpson? Si hasta hay guiños con sabor español a La macarena, los encierros de San Fermín o el gazpacho.
La serie también es un disparadero de críticas al periodismo, personalizadas en la figura del presentador de televisión Kent Brockman, un experto "en buscar la conexión emocional con la audiencia, teatralizar la información y apartarse de la verdad"; o a la televisión infantil de Krusty, el responsable de la educación de los niños a pesar de ser "un analfabeto, borracho y tirano, antítesis de la pedagogía" y con el que se critica a los padres que "enchufan a sus hijos a un aparato sin saber qué es lo que ven".
Pese a que los nuevos tiempos han obligado a los guionistas y a los personajes a ir modificándose, adaptándose al mundo de Internet y a las nuevas discusiones sociales, todavía les queda mucho por recorrer a Los Simpson, especialmente en el apartado de la cuestión de género. Porque según Tovar, gran experto en la familia amarilla, estos "evolucionan, aunque no crezcan como lo hace el mundo".