Les hemos visto en las manifestaciones, en los desahucios, en el 15M… Nos hemos acostumbrado a ver a los antidisturbios. A esas ‘lecheras’ apareciendo de la nada que todos reconocen rápidamente. Los telediarios los muestran cada día, pero nadie sabe quién está debajo de ese casco, quiénes son esas personas, qué hacen en su día a día o cómo es su rutina de trabajo o quién de las órdenes para cargar.
Todo eso es lo que pretende contar Rodrigo Sorogoyen en Antidisturbios, su primera serie de televisión tras triunfar en cine con El reino y Que dios nos perdone. Movistar+ ha sido la encargada de poner su poder de producción para una ficción que necesitaba un gran nivel de producción para realizarse y que ha terminado ya su rodaje y comienza una larga postproducción para su estreno a finales de 2020.
Para Sorogoyen esta serie es un retrato de la violencia, y alejarse del manido concepto de héroes y antihéroes para mostrar seres “polémicos y ambivalentes” e incluso un retrato “humano”, lejos de “los blancos y los negros”. “La idea es hacer una radiografía de la violencia en la humanidad en general, en la policía en concreto y aun más en los polémicos antidisturbios”, explicó el realizador desde uno de los últimos compases de un rodaje que pudo visitar EL ESPAÑOL.
Las primeras imágenes lucen de maravilla y confirman que estamos ante una de las series más esperadas de este curso recién estrenado. Una muerte en un polémico desahucio es lo que desarrollará la trama de la serie. Una agente de Asuntos Internos llegará para investigar lo ocurrido, destapando una red de corrupción inmobiliaria que creará una curiosa alianza que arriesgará todo para descubrir la verdad.
Ella es Vicky Luengo, la protagonista absoluta y la bella entre esas bestias de la lechera que son Roberto Álamo, Raúl Arévalo, Álex García, Hovik Keuchkerian, Patrick Criado y Raúl Prieto, que dan vida a los los seis componentes del Furgón 93 de la UIP. Una mujer entre un reparto masculino, pero justificado, como recordaban Luengo y Sorogoyen en que se trata de “un reflejo de la realidad” en un sector en el que “más del 90% son hombres”.
Por supuesto, y con Sorogoyen -e Isabel Peña como coguionista- al frente nada podía ser fácil. El director siempre busca el más difícil todavía, la exploración, que no todo se dé mascado. Aquí lo intentará desde la propia puesta en escena, donde está apostando por grandes angulares y planos secuencia larguísimos con los que aumentar la tensión y dar sensación de realismo, pero que hacen de la planificación y del rodaje un proceso complejo y milimétrico que ensayar hasta que todo esté perfecto. Como muestra un botón, y es que en uno de los últimos días de rodaje decidió que una de las escenas finales, una conversación en un restaurante entre todos los antidisturbios se rodara sin un sólo corte. 18 páginas de guion con tensión in crescendo y todo de un tirón.
La idea es hacer una radiografía de la violencia en la humanidad en general, en la policía en concreto y aun más en los polémicos antidisturbios
Su innovación estará también en lo técnico, especialmente desde la creación de un universo sonoro novedoso en televisión realizado de la mano de Aitor Berenguer (nominado al Goya 2020 por 'Mientras dure la guerra'), que ha diseñado un sonido que, “se conseguirá con grabaciones ambisónicas, 360 grados, que ayudarán a reflejar la realidad de la escena y el ambiente. Tendremos un sonido exclusivo, muy distinto al habitual, no utilizaremos sonidos enlatados ni colecciones, buscamos el máximo realismo y la sensación de que el espectador está inmerso en la escena”.
Una búsqueda de realismo que también pasa por detalles como los uniformes de los antidisturbios, que han sido confeccionados al detalle por Alberto Valcárcel (nominado al Goya 2020 por 'Paradise Hills'). “Hemos reproducido milimétricamente los uniformes, que tenían que ser como los que utiliza la policía, con la misma resistencia. Pero la creación de vestuario más interesante ha sido la del personaje de Laia (Vicky Luengo), porque es una mujer muy moderna, muy activa, y tiene que salir corriendo en cualquier momento además de llevar siempre una pistola encima”, explicaba desde el rodaje.
Los dos son parte del equipo creativo junto a Olivier Arson en la banda sonora y Miguel Ángel Rebollo, director de arte y colaborador habitual de Rodrigo Sorogoyen, que ha creado más de 200 sets en los que se ha buscado siempre el mayor realismo. “Ha sido todo un reto reproducir ese mundo tan singular del interior de las comisarías de policía. La nuestra es muy especial, se parece más a un cuartel y su decoración recuerda a una habitación de un adolescente porque está llena de trofeos, banderas, bufandas de hooligans, objetos incautados... Además, hemos replicado un furgón de antidisturbios con todos los detalles”, explicaba sobre este ambicioso proyecto que es una de las apuestas fuertes de la ficción nacional de 2020.