Madre mía la que han liado con el Episodio IX. No es que yo esté obsesionado con él, quizás un poco, pero es que no les ha valido con el fracaso de crítica y taquilla -porque ha recaudado la mitad que el Episodio VIII- sino que parecen dispuestos sus responsables a cargarse la franquicia alargando el fiasco hasta la extenuación. Reconocedlo, os equivocasteis, la cagasteis pensando que J.J. Abrams y su 'amarrategui' iban a contentar a todos y os dejasteis llevar por las iras de los fans más tóxicos, esos que insultan a los que piensan diferente y que no quieren que sus héroes cambien ni un ápice.
Ellos fueron el origen de todo, porque declararon la guerra al Episodio VIII y consiguieron que el IX fuera una sucesión de guiños metidos con calzador, sin explicación. La película era una sucesión de agujeros de guion, y cuando todo el mundo los ha criticado ellos han tenido la necesidad de explicarlos todos. No hay nada peor que alguien intentado justificarse todo el rato. Con lo fácil que es callarse, o reconocer el fracaso, pero no, en Star Wars han decidido que lo mejor era dar cientos de entrevistas y explicar todo lo que no funcionaba a través de su universo extendido de novelas y cómics. El resultado, amigos, es de vergüenza ajena.
La última que ha pasado es de traca. Una de las grandes quejas es de dónde sale el emperador Palpatine, cómo es posible que nadie hubiera sabido de su presencia durante tanto tiempo. Cómo sobrevivió a los acontecimientos de El retorno del Jedi, o lo más importante, cómo y cuándo había sido padre, ya que según la revelación cutre-salchichera del Episodio IX, Rey es su nieta. La única frase para explicarlo en la película habla casi de brujería, y claro la gente se reía, porque hay que ser vago para rescatar un personaje y explicarlo así.
Pues bien, ahora, en una publicación sobre Star Wars se explica que Palpatine fue capaz antes de morir su conciencia a un clon, y que el padre de Rey era uno de los clones fallidos de Palpatine capaz de engendrar vida. Vamos, a ver. En serio. Es que me pinchan y no sangro. Pero cómo se puede ser tan cutres. Es que cada vez que intentan explicar algo da más vergüenza. ¿Un clon al que pasó su alma?, ¿un clon fallido? Pues ya pueden ir escribiendo otra novelita para decirnos por qué el clon fallido tiene 40 años menos que Palpatine y no se parece en nada a él, porque en la película se ve a los padres de Rey, y él se parece a su ‘clon’ como un huevo a una castaña.
Gracias a la novela también nos han explicado otro momento terrible de la película, el beso de Kylo y Rey. Ya J.J. Abrams lo había dicho, pero por si acaso lo han dejado por escrito. Es un beso casto, casi de hermanos. Vaya, pues qué forma más rara de darse besos castos y en qué momento tan concreto. O no han tenido narices de llevar el tema a sus últimas consecuencias o lo que hacen es tirar globos sonda constantemente a los fans a ver cómo respiran. Si les gusta confirman la teoría, si no, la enmiendan.
Sin duda una de mis excusas favoritas de los últimos meses es la de ‘se ha quedado en la sala de montaje’, que básicamente es la versión cinéfila de ‘mi perro se ha comido los deberes’. Cada vez que se les ha preguntado por cuestiones polémicas han dado la misma excusa: “eso se rodó y no pudimos meterlo porque quedaba una película muy larga”. Han usado el mismo argumento trampa para hablar del emperador, del pasado de Rey y lo más patético para justificar la ausencia en el filme del personaje de Rose Tico, que en el Episodio VIII fue una de las protagonistas y en el último tenía 2 minutos de aparición.
La excusa: “rodamos mucho con ella, pero oh, lástima, se ha quedado en la sala de montaje”. Basta. Esto sí que no se lo cree nadie. Lo del personaje de Rose sabemos que fue porque los fans locos lo detestaron e incluso atacaron a su actriz, Kelly Marie Tran, de tal forma que la pobre tuvo hasta que quitarse Twitter de las barbaridades que dijeron. Pero resulta que, casualmente, todo su personaje se tiró a la basura. Vaya maldita coincidencia.
Por favor, dejen de justificarse, dejen de destrozar la saga. El Episodio IX fue malo, sí, pero ya está. No busquen fantasmas ni explicaciones de perogrullo y céntrense en las series de Disney+ y en la nueva trilogía de Rian Johnson. Ah, y denle libertad creativa para que no se convierta en uno de los realizadores que han tenido que abandonar el barco por ‘diferencias creativas’.