“No dejes de creer”, cantaban los alumnos inadaptados de Glee en el primer capítulo en una versión del temazo de Journey que se convirtió en un himno para toda una generación. La serie de Fox revolucionó las series juveniles gracias a su mirada irónica al género estudiantil. Los protagonistas eran unos inadaptados que encontraban en un coro su forma de sentirse bien, de ser parte de una sociedad clasista que les miraba por encima del hombro. Entre ellos estaba Naya Rivera, la actriz que ha desaparecido tras caer en un lago este jueves y que aumenta la lista de desgracias de esta producción que muchos dicen maldita.
La ficción, creada por Ryan Murphy, se convertía en un fenómeno. Dos Globos de Oro a la mejor serie, buenas audiencias, repercusión en los medios, los discos con sus versiones reventando las listas… un cóctel molotov para sus jóvenes protagonistas, que se encontraron con una fama desmesurada que sobrepasó a casi todo el reparto. Los rumores sobre el mal rollo dentro del rodaje eran ya conocidos por todos, y colocaban las miradas en su protagonista Lea Michele, convertida en estrella mediática y en, según esos rumores, una déspota con sus compañeros.
Pero la verdadera (y primera) tragedia llegó en 2013, cuando la estrella masculina del show y pareja de Michelle, Cory Monteith, aparecía muerto en una habitación de hotel por una sobredosis de heroína. La ficción tuvo que afrontar su muerte y de hecho se hizo un capítulo homenaje en el que todo el grupo cantaba para despedirle. Un actor joven de nuevo tocado por la tragedia de las drogas. Monteith había declarado que comenzó a consumir drogas a los 12 años y que ya había estado varias veces en clínicas de desintoxicación. De hecho, en marzo de ese año había vuelto a ingresar en una.
Menos mediático fue otro suicidio de alguien que trabajaba en la serie, el de Nancy Motes, que salió en la prensa por ser la hermanastra de Julia Roberts con la que no tenía una buena relación. Fue el segundo de los tres que ha habido. El tercero fue el de otro de los protagonistas del elenco juvenil de la serie, el de Mark Salling, que daba vida al rebelde Puck, y que además había tenido una relación tormentosa en la vida real con Naya Rivera.
El 29 de diciembre de 2015 fue arrestado por posesión de pornografía infantil, y aunque fue liberado tras pagar la fianza, dos años después se declaró culpable de tener más de 20.000 fotos de menores en su ordenador. Fue condenado en diciembre de 2017 a una pena de prisión de 4 a 7 años, pero dos semanas después aparecería muerto en su casa. Fue el 30 de enero de 2018. Salling, de 35 años, fue encontrado en su casa Sunland en el Valle de San Fernando, colgado de un árbol del que se había ahorcado.
El siguiente escándalo salpicó a dos de los protagonistas. En noviembre del año pasado, Melissa Benoist, que se incorporó a mitad de serie en Glee, y que luego pasó a ser la protagonista de Supergirl, dejó a todos con el corazón en la mano al grabar un vídeo en el que confesaba haber sido víctima de abusos físicos y psicológicos por parte de una pareja sentimental. Las declaraciones eran espeluznantes y relataba sucesos concretos como cuando él le tiró un iPhone a la cara y le desgarró el iris y le rompió la nariz. Un hecho que ambos taparon. Se inventaron una historia graciosa que ella llegó a decir en un programa de televisión para no denunciar a su pareja. Benoist no dio el nombre, pero todos supieron rápidamente que se trataba de otro actor de Glee, Blake Jenner, que había sido su marido en las fechas que ella relataba.
Este mismo año saltaba a las redes otro escándalo entorno a la serie. Esta vez porque por primera vez se aireaban los malos rollos entre todos sus jóvenes protagonistas. Con motivo del Black Live Matters, su protagonista Lea Michelle ponía un mensaje solidario con las personas de color, a lo que varias actrices del reparto contestaron diciendo que ojalá no las hubiera hecho la vida imposible a ellas. Las más beligerantes fueron Naya Rivera y Heather Morris, que daban vida a Santana y Brittany.
Rivera es otra de las actrices que siempre había estado en el ojo del huracán.
Denunció la mala relación que tuve con Mark Salling, los roces con Michelle, se casó y se divorció después de haber sido acusada de pegar a su marido, y ahora este último episodio que también apunta a tragedia. La policía sigue sin encontrar su cuerpo en el lago y su hijo ha declarado que saltó de la lancha. Un nuevo episodio en una serie que ha quedado marcada por la tragedia en vez de por su optimista mensaje de superación que tanto enganchó a una generación.