Si las plataformas digitales se han hecho el agosto estos meses de confinamiento, la serie de amor más veraniega y que dará de qué hablar está en una poco conocida. Starzplay, que ya apostó por la increíble historia que narra The Act, se está haciendo cada vez más fuerte en el mercado de las plataformas.
El 16 de julio lanzó Normal People, la producción que marca las relaciones amorosas de esta generación y que adapta la exitosa novela de Sally Rooney. Escribía el filósofo surcoreano Byung-Chul Han que el amor no es una posibilidad, que no se debe a nuestra iniciativa; es sin razón y nos invade y nos hiere. De eso trata Normal People, de una historia de amor poco convencional —y a la vez no tan poco convencional— que comienza en el instituto y que a lo largo de sus 12 episodios se desarrolla, evoluciona y madura como pocas veces se ha visto en una serie.
Marianne y Connell (Daisy Edgar-Jones y Paul Mescal), son los personajes en los que se centra la producción dirigida por Lenny Abrahamson, nominado al Oscar por el drama La habitación, y la directora británica Hettie Macdonald. "Lo más complicado ha sido grabar cuando Marianne y Connell no estaban juntos en la escena", explica en una entrevista a EL ESPAÑOL Emma Norton, productora de la serie. Su conexión es en todo momento palpable, algo casi material, y cada vez que están juntos el interés sobre la serie aumenta.
Nunca tuvieron por qué haberse dirigido la palabra, pero en el momento en el que sus vidas se cruzan, no hay vuelta atrás. Ella pertenece a una familia adinerada, por lo que tiene claro que acudirá a la prestigiosa universidad Trinity College para estudiar Ciencias Políticas. Sin embargo, en el instituto es la chica poco social y sin amigos. Por otro lado, Connell es uno de los populares aunque su madre es la encargada de limpiar la casa de la familia de Marianne.
¿Un amor imposible?
Es así como comienza una aventura de cuidados que se compagina con ciertas actitudes tóxicas al principio —por parte de Connell principalmente— que denotan la falta de experiencia de ambos. El director Lenny Abrahamson comenta a este periódico que aunque su relación sea "ocasionalmente destructiva", se mejoran el uno al otro.
Una de las claves de la serie es esa intimidad que se manifiesta en cada escena que involucra a ambos; del sexo a la forma en la que se miran; desde el enamoramiento a una amistad tensa.
Y es que otro de los puntos de inflexión de Normal People es su eterna progresión. El instituto, la universidad y sus últimos años están presentes en la serie, donde las rupturas y los encuentros están repletos de pasado y nostalgia. Además, trata de demostrar, como resumiría de forma magistral Mari Luz Esteban, que "sabemos muy poco del amor después del amor. De la amistad después de la amistad. Y, sin embargo, existe".
Normal People presenta una historia de amor que trasciende la relación formal. Es irrelevante el momento de su vida en que se encuentren que, siempre que se cruzan, la química entre Marianne y Connell es evidente. Pero, a veces, y por desgracia, el contexto y las diferencias socioeconómicas pesan más que el amor. Connell salta de beca en beca y no siempre puede estar allá donde esté ella. Y, a su vez, los episodios depresivos de Connell no ayudan a una estabilidad que unánimemente el público sabe que merecen.
Sus vidas se cruzan aunque nunca terminen de entrelazarse para mostrar "el amor de dos jóvenes de forma más compleja de lo usual", según indica Emma Norton. Así, Starzplay estrena una de las series que revoluciona los afectos y los cuidados de los jóvenes.