El lanzamiento del segundo especial de Fisica o Química: el reencuentro despide el mediático regreso de una serie generacional que encabeza la nueva apuesta de Atresmedia por la nostalgia. Estos son los cinco grandes titulares de un evento marcado por la emoción y la polémica.
La nostalgia dejó paso a la comedia romántica
Si el primer episodio estuvo caracterizado por su explotación de la nostalgia de la Física o Química original, el segundo capítulo decidió dejar de lado el pasado para convertirse en una resultona comedia romántica que debía funcionar como cierre emocional de unos personajes a los que, salvo sorpresa por parte de Atresmedia, ya hemos dicho adiós para siempre: Paula se dio cuenta de que necesitaba dejar atrás su pasado y estar sola para descubrir qué es lo que realmente quería; Yoli se marcó un Novia a la fuga y acabó en los brazos de Cabano; David aceptó a regañadientes que Fer no iba a volver y que debía estar abierto al amor; y Cova se dio cuenta de que casarse con Julio (Gonzalo Ramos apareció por sorpresa… o no, los títulos de crédito del episodio desvelaron que aparecería antes de que le viéramos) no iba necesariamente en contra de sus deseos de llevar una vida no normativa. El primer episodio fue mejor y más disfrutable, pero el cierre cumplió su función.
Situar a Yoli en el centro de todo fue un acierto
Yoli, la zorra poligonera, fue la única alumna del Zurbarán que estuvo presente en todos los episodios de Física o Química. Apostar por ella como la novia en la boda sobre la que girarían todas las tramas del reencuentro fue una decisión inteligente con la que explorar la idea del cambio que exploran los dos especiales de la serie. Andrea Duro supo recoger el guante y aprovechó su oportunidad: supo capturar la emoción de sus conversaciones con Javier Calvo, resultó creíble en su rol de heroína romántica junto a Maxi Iglesias y, sobre todo, se lució en el clímax de la boda al reconocer por fin ante su novio que la choni era ella, y no sus amigos. Yoli había triunfado al darse cuenta de que la clave de su empoderamiento no era huir hacia adelante sin mirar atrás, sino aceptar y celebrar de dónde venía. El mayor éxito de Andrea Duro fue que no se echara demasiado de menos a Úrsula Corberó, la gran ausente de este reencuentro.
Este muerto está muy vivo
Durante años Javier Calvo dejó claro que él quería estar en el regreso de Física o Química a pesar de que su personaje hubiera fallecido poco antes de que el instituto Zurbarán cerrara sus puertas para siempre. El legado de Fer, un personaje revolucionario en la representación de la comunidad LGTB en España, y el peso mediático del creador de Veneno y profesor de interpretación de la Academia de OT hicieron el resto. Fer estaría en el reencuentro. El misterio era saber cómo. FOQ abrazó la vía sobrenatural e hizo que el fantasma del personaje se reencontrara con los dos personajes que más tramas habían compartido con él: Yoli, su mejor amiga y la novia de la boda sobre la que giró el reencuentro, y David, su gran amor.
La apuesta fue más allá. En los últimos momentos del episodio todos los asistentes al enlace pudieron escuchar a Fer -a través de los altavoces del DJ- mientras este pedía a Yoli que fuera honesta consigo misma y dejara plantara al novio. El guion decidió, convenientemente, saltarse el momento en el que se explicaba al resto de personajes qué demonios acaba de pasar. Física o Química no ha sido la primera serie generacional en abrazar la ciencia ficción en el momento menos esperado. La última temporada de Felicity incluyó un loquísimo viaje en el tiempo -y con realidad alternativa incluida- de cuatro episodios. La emoción de las conversaciones con Yoli y David en el segundo episodio y la desbordante energía de Calvo en cada escena fueron suficiente reclamor para pagar el peaje que requería el regreso de Fer.
Los fans quedaron plenamente satisfechos… aunque no podamos saber si fue un éxito real de audiencias
La nueva realidad de las plataformas de streaming hace que sea prácticamente imposible discernir entre el estreno semanal de turno que pasa desapercibido y el verdadero fenómeno de audiencias. Ninguna compañía ofrece datos concretos sobre el consumo de sus estrenos. Tampoco ATRESplayer Premium. Los únicos números oficiales sobre el funcionamiento de Física o Química: El reencuentro vienen de las redes sociales. El primer especial fue el primer TT nacional y el séptimo en el ranking mundial durante el día de su estreno, consiguiendo 14 TT distintos y generando 42.000 tuits. Son datos inconclusos, pero es lo más parecido a una medición de audiencia que hay de estos especiales. Si los resultados cuantitativos son un misterio, los cualitativos no lo son: el reencuentro ha sido un éxito entre la prensa especializada y los seguidores de la serie original. Las críticas no han sido unánimes, pero sí muy positivas mayormente, destacando la efectividad nostálgica del regreso. Los fans se han volcado con la serie generacional: algunos cuestionaron que se apostara por una pareja romántica sin una base previa en las tramas del pasado, pero el resto de decisiones narrativas del reencuentro fueron recibidas con emoción y nostalgia.
La guerra de los créditos llegó a su fin… por ahora.
Una desafortunada polémica empañó el celebrado estreno de este fenómeno nostálgico. Cuando se anunció el proyecto, Carlos Montero, creador de Élite y El desorden que dejas, se quejó públicamente de que Atresmedia no se hubiera puesto en contacto con él para avisarle de que iban a hacer un reencuentro de la serie que él mismo había creado en 2008. El grupo evitó hablar del tema públicamente hasta que no quedó más remedio. La tardía respuesta oficial fue que el contrato del guionista con Netflix impedía que se encargara de este regreso, algo que el propio guionista desmintió durante la campaña promocional de El desorden que dejas.
La guerra entre creador y plataforma se avivó cuando el estreno del primer episodio de El reencuentro no incluyó en sus créditos a su creador. Las quejas del escritor y el apoyo del sindicato de guionistas (ALMA) y la prensa especializada consiguieron que Atresmedia rectificara y reconociera al autor en el segundo especial con un crédito de “Basados en los personajes creados por Carlos Montero”. No era tan difícil: para que la industria española sea de verdad un referente, debe respetar a sus creadores. También a los que no lo son, pero han llevado adelante otro trabajo: el nombre de Carlos García Miranda, guionista de los dos episodios de Física o Química: el reencuentro, quedó en un segundo plano ante la polémica. La principal responsable del embrollo, Atresmedia, debe hacer mejor las cosas cuando se estrenen los próximos revivals de sus éxitos del pasado. La industria y la prensa estarán observando.
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