Estamos ya a finales de julio y empiezan a sonar las alarmas. El año de series españolas va camino de ser un secarral. Un año más, del montón. Algunos dirán que tampoco pasa nada, que las series funcionan. Que viajan y se ven en todo el mundo. Y es cierto, pero no podemos permitir que después de un 2020 en el que nos cansamos de usar hipérboles y de decir que era el mejor año de nuestra ficción, retrocedamos diez años en el tiempo. En vez de 2021 parece que estemos en 2011. Hemos recorrido un largo camino desde entonces, muchos fueron poniendo baldosas para que todo cuadrara. Parecía que el año pasado era ese curso de madurez, y ahora parece que fue un espejismo.
No nos engañemos, en verano nadie va a estrenar ninguna de sus grandes apuestas. No creo que Valeria y Sky Rojo temporada 2 vayan a estar en las listas de lo mejor del año de nadie. El problema es que mirando el último trimestre de 2021 no hay muchas cosas que hagan prever que la cosa vaya a cambiar. Sí, llegará Amenábar con La Fortuna, y la segunda temporada de Vida Perfecta, de Leticia Dolera, pero no parecen suficientes cartuchos para remontar.
Todo esto ocurre el mismo año que hemos visto series como Mare of Easttown, El ferrocarril subterráneo, Small Axe y otras tantas series extranjeras que nos han dado un repaso serio. No nos engañemos, el problema es que aquí hemos hecho un 'amarrategui' de libro. Las plataformas y las cadenas está yendo a lo que funciona. Punto. Ni pizca del riesgo que hubo en 2020. La única serie original que había convencido a la crítica y presentaba alguna novedad era Reyes de la noche y, misteriosamente, Movistar+ ha decidido no renovarla cuando ya se había dicho que sí.
Los rumores sobre los motivos mejor no creerlos, porque si fueran ciertos son para echarse a temblar. Igual que los que apuntan a que iba a haber una segunda temporada de Antidisturbios que se frenó por temor. Puede que sean dos rumores, pero los dos indican una cosa: miedo al riesgo. Mejor vamos a lo seguro. Un thriller más. Una copia de una serie extranjera pero ambientada en España. No podemos permitirnos tirar por tierra todo lo que se ha construido estos años.
A estas alturas, el año pasado ya habíamos visto La línea invisible, Veneno, Vamos Juan, El ministerio del tiempo, Mira lo que has hecho y nos quedaban las joyas de la corona: Patria y Antidisturbios. En 2021 de momento nos tenemos que conformar con la notable segunda temporada de Hierro y con la estupenda Maricón Perdido -qué gran año de Candela Peña-. No es suficiente. No podemos aceptar que sea así.
Parece que las series arriesgadas eran el caramelito que nos pusieron en la boca para engañarnos y volver a darnos lo mismo de siempre. Ahora que la gente consume series a gogó se nos priva de la calidad para darnos la cantidad. Ya no vale con que nuestras series ‘estén muy bien hechas’. Hay que contar otras historias. Apostar con valentía y no producir con la prudencia como principal valor. Mi padre decía que había que estudiar para un 10 para que los profesores te pusieran un 7. Este año las plataformas están yendo a por el aprobado y el resultado es un cinco 'pelao'.