Se acabaron los lunes de Succession. La serie creada por Jesse Armstrong consiguió que se hicieran más amenos, regalándonos momentos tan icónicos e inigualables como los que ha ido reseñando Valentina Morillo en la crítica semanal de cada capítulo. La serie emitió ayer el último capítulo de la tercera temporada en HBO Max con un desenlace a la altura del resto de sus episodios.
Los lunes siempre se hacen cuesta arriba, pero la esperanza de que al final del día te espera una de las mejores series del momento, ayuda (y mucho). La serie centrada en la familia Roy (una versión ficticia del imperio de Rupert Murdoch) y la guerra campal que libran sus protagonistas nos ha dejado un enorme vacío que difícilmente podremos llenar después de nueve intensos y sorprendentes capítulos. La pregunta es, ¿qué hacemos ahora?
Por esta razón, os traemos cinco series para intentar llenar el hueco que deja Succession. Marchando abusos de poder, corrupción, tramas familiares, puñaladas traperas, traiciones inimaginables y personajes despreciables para que los lunes sean menos lunes.
'Billions' (Movistar+)
Después de realizar un recorrido bajo la sombra de los imponentes rascacielos de la ciudad de Nueva York, la serie nos introduce al personaje de Chuck Rhoades (Paul Giamatti), un fiscal muy ambicioso e influyente de la zona que se embarca en la investigación relacionada con el uso de información privilegiada que ha podido realizar el multimillonario Bobby "Axe" Axelrod (Damian Lewis).
Su riqueza casi se va a pique en varias ocasiones, pero Axe consiguió alzarse con la corona y con el control de los fondos de inversión privados, además de ser una persona atractiva, prestigiosa y que arrasa allá por donde va. Chuck verá en este caso la oportunidad propicia de despegar a nivel profesional, aunque no será tarea fácil destronar a Axe, y ambos se verán envueltos en toda una lucha de titanes donde cualquier estrategia es válida para hacerse con la victoria.
Billions tiene en común con Succession su oscuro y veraz retrato del mundo de las empresas y finanzas, donde todo vale, y donde el valor de lo material y el poder tiran por tierra la moralidad y los posibles lazos de sangre. En ambos casos la gente rica es retratada para la audiencia desde un escaparate que les hace inalcanzables y que incluso les convierte en el equivalente a los animales de un zoológico que se observan y que nos entretienen desde la distancia.
'House of Cards' (Netflix)
El implacable y manipulador congresista Francis Underwood (Kevin Spacey) y su calculadora mujer (Robin Wright), manejan con gran destreza los hilos de poder en Washington. La intención del protagonista es ocupar la Secretaría de Estado del nuevo gobierno y sabe muy bien cómo hacerlo, ganándose a los medios de comunicación para lograr su propósito. Para ello, decide convertirse en la "garganta profunda" de la joven y ambiciosa periodista Zoe Barnes (Kate Mara), a la que ofrece exclusivas para desestabilizar y hundir a sus adversarios políticos.
Los personajes de ambas series son vulnerables y tienen su interminable lista de problemas, miedos e inseguridades. Y, en ambas, el asesoramiento será necesario para poder proyectar una versión adecuada de sí mismos. Además, tanto en Succession como en House of Cards, los protagonistas tienen que ser precisos a la hora de actuar, sin dejar a la vista sus debilidades y terminando por convertirse en seres despreciables e implacables a los que no les importa otra cosa que no sea el poder más absoluto y ganar la partida.
'Juego de tronos' (HBO Max)
La historia se desarrolla en tres líneas argumentales y en un mundo ficticio de carácter fantástico-medieval donde hay Siete Reinos. Por un lado, se narra la crónica de la guerra civil dinástica por el control de Poniente, en la que varias familias nobles aspiran al Trono de Hierro. Por otro, Daenerys Targaryen (Emilia Clarke), la hija exiliada del rey que fue asesinado en una guerra civil anterior, decide emprender el viaje hacia Poniente y reclamar su derecho dinástico al Trono. Además, el invierno amenaza con llegar a los Siete Reinos y el inmenso muro del norte será amenazado por los seres que viven al otro lado.
El verano está a punto de acabar y Lord Eddard 'Ned' Stark (Sean Bean), señor de Invernalia, dejará sus dominios para ir a la corte de su amigo, el rey Robert Baratheon, en Desembarco del Rey, la capital de los Siete Reinos. Recién nombrado Mano del Rey, Ned intenta desentrañar una maraña de intrigas que pondrá en peligro su vida y la de todos los suyos.
Tanto en Juego de Tronos como en Succession, existen varios frentes de batalla en una guerra abierta y descarnada, donde los lazos familiares pueden ser un motivo de unión o, por el contrario, una razón más para avivar la llama de la traición y la venganza. En ambos casos, los soldados más afilados están formados por conocidos con nombres y apellidos, y todos tienen un objetivo en común: alzarse con el trono y lograr ser la persona más poderosa en influyente. En ambas series el dolor y la violencia pueden llegar mucho más lejos con el simple uso de un puñado de palabras.
'Roma' (HBO Max)
Medio siglo antes del nacimiento de Cristo, Roma se había convertido en la ciudad más poderosa del mundo, en una metrópolis cosmopolita con un millón de personas y en el epicentro de uno de los imperios más importantes de la historia. Fundada sobre los principios del poder compartido y la feroz competencia personal, la República fue creada para impedir a cualquier hombre conseguir un poder absoluto, en una sociedad donde los soldados pueden ascender por encima de los plebeyos para convertirse en héroes y también en líderes del gobierno. Sin embargo, cuando los miembros del gobierno se hicieron ricos, la pulcritud de las instituciones comenzó a verse amenazada, desgastándose por los excesos y la corrupción.
Ambientadas en épocas y periodos radicalmente distintos, ambas series demuestran que el abuso de poder, la traición, la corrupción y los excesos son temas atemporales y también se vuelven irresistibles de igual manera. Roma y Succession alejan a los ricos y poderosos de los plebeyos, mirándoles por encima del hombro y dejándose embriagar por un poder y una riqueza que borran los límites de la moral. En ambos casos se demuestra que el poder y la riqueza le otorgan al ser humano todo tipo de beneficios y es tal la saturación que le provoca tener todo a su alcance, que termina cayendo en la miseria más absoluta de forma irremediable.
'The Crown' (Netflix)
Basada en la exitosa obra de teatro de Peter Morgan The Audience, The Crown cuenta la historia de la actual reina de Inglaterra Isabel II, estableciendo un contacto directo entre el Palacio de Buckingham y el número 10 de Downing Street plagado de intrigas, amores e importantes eventos que marcaron la segunda mitad del siglo XX. Cada temporada trata las rivalidades políticas e intrigas personales durante una década concreta del reinado de Isabel II, explorando el delicado equilibrio entre su vida privada y la vida pública.
Si comparamos ambas series y los temas que se tratan en ellas, nos damos cuenta de que las estructuras de poder son diferentes al cruzar el charco. La monarquía no llegó a establecerse en Estados Unidos y aunque las formas de gobierno se llevan a cabo de formas diferentes, ambas series reflejan que la influencia que ejerce el poder es realmente abrumadora. Por un lado, The Crown muestra el dominio que ejerce la Corona en Reino Unido, no solo como institución política, sino como algo que queda por encima de cualquier negocio y también del concepto de familia; y en Succession ocurre lo mismo, retratando al poder como un ser infeccioso e invisible que se hace con el control de las personas y las domina por completo.
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