Si algo nos ha demostrado el fenómeno de 'El juego del calamar', la serie más vista en la historia de Netflix, es que en la era del streaming es cada vez más difícil predecir cuáles son las series que se convertirán en éxitos de audiencia. De la lista de series que más esperábamos en 2020, algunas retrasaron su estreno, otras no estuvieron a la altura de las expectativas y, finalmente, fueron otras que estaban fuera del radar las que se convirtieron en las sorpresas del año.
Con tantos canales y plataformas apostando por la producción original en diferentes territorios y un torrente de novedades constante, no es nada fácil destacar. Y aunque las primeras bazas con las que cuenta una serie para hacerse un hueco son tener detrás una propiedad intelectual reconocida o nombres reconocibles delante y detrás de cámara, la realidad evidencia que actualmente nada garantiza que una serie atraiga el interés de los espectadores más allá del día del estreno.
Prueba de ello es que Fundación, a pesar de su enorme presupuesto y un innegable nivel de producción, y otras promocionadas adaptaciones como La rueda del tiempo, Jupiter's Legacy o Shadow and Bone ni fueron ni dieron lo que se esperaba de ellas. Con un poco de mejor suerte que los fracasos anteriores, pero también en tierra de nadie se quedaron otras como Falcon y Soldado de Invierno, con el sello de garantía Marvel, o La historia de Lisey y Nine Perfect Strangers pese a sus carteles de renombre. O El ferrocarril subterráneo, la primera serie de Barry Jenkins, una producción de calidad técnica y narrativa exquisitas, cuyo nulo esfuerzo promocional por parte de Amazon Prime Video y una estrategia de lanzamiento poco afortunada la dejó relegada al cajón del olvido.
Pero la buena noticia es que a pesar del aluvión de estrenos semanales que hace imposible seguir el ritmo y de que muchas de las series que esperamos con más ganas terminen siendo una decepción, siempre habrá sorpresas con las que no contábamos. Nadie habría apostado por la revolución mundial de la serie coreana El juego del calamar. O que las mejores adaptaciones de Netflix de este año no serían ni la primera serie del Millarworld ni la popular saga de fantasía de Leigh Bardugo o Cowboy Bepop, sino esa pequeña joya con tono de cuento que es El niño ciervo, la dura y realista pero inspiradora La asistenta y la sorprendente Arcane.
Tampoco estaban en las quinielas de 2021 The White Lotus, la serie que nos obsesionó este verano y heredó la atención de Mare of Easttown; la melancólica comedia Solo asesinatos en el edificio, una de las sorpresas del otoño; Starstruck, la comedia romántica revelación; o Reservation Dogs, una serie con actores totalmente desconocidos y ambientada en una reserva indígena que se ganó por mérito propio un lugar en los puestos más altos de lo mejor del año.
En cuanto a la producción nacional, ocurrió un poco de lo mismo, porque entre las mejores series españolas de 2021 no estuvieron ni Libertad de Enrique Urbizu ni La Fortuna de Alejandro Amenábar, sino dos producciones pequeñas como Cardo o El tiempo que te doy. Y en las últimas semanas del año, con poco tiempo para entrar en todas las listas, 2021 nos demostró que aún tenía reservadas algunas sorpresas como La vida sexual de las universitarias, la encantadora y divertidísima comedia de Mindy Kaling, y Yellowjackets, el adictivo thriller que combina supervivencia y canibalismo en la línea temporal juvenil con trauma y misterio en la trama adulta; y Estación 11, la serie con aroma a The Leftovers que tiene revolucionada a la crítica de Estados Unidos.
Con el streaming se estrenan muchas series y siempre será imposible verlas todas, pero ha traído una variedad que era impensable en la época de la televisión lineal, en la que la mayoría de pequeñas joyas que hemos disfrutado este año no se habrían producido por ser consideradas de nicho. Brindemos por un 2022 lleno de sorpresas que no estarán en las listas de series más esperadas del año.
También te puede interesar...
• Las 25 mejores series de 2021
• Las 10 mejores series españolas de 2021