42 segundos estuvo la selección española de waterpolo por delante del marcador en la final contra Italia. Barcelona, absorbida por el espíritu olímpico, olía el oro, pero el deporte siempre tiene una lección guardada. La plata de 1992 es histórica, pero más lo fue el equipo entrenado por Dragan Matutinović: carismático, compenetrado y rodeado de polémica.
"No he sido aficionado del deporte hasta ahora", responde a EL ESPAÑOL Álvaro Cervantes, encargado de dar vida al capitán Manel Estiarte en 42 segundos, el largometraje de Dani de la Orden y Àlex Murrull que se podrá ver en salas desde este fin de semana. "Tuve que madurar lo que significaba interpretar a Manel", continúa el actor, haciendo referencia a la "preparación y el compromiso" detrás de un personaje real y una historia clave en la hemeroteca deportiva del país. "Me pareció un regalo", apostilla.
Pero para Álvaro, el mayor reto no fue estar a la altura de Estiarte, sino el arduo entrenamiento físico y mental para meterse en la piel de un deportista de élite. "Descubrí cómo es su agenda y psicología", responde. También fue una oportunidad para trasladarse, en la ficción, a un evento que le pilló con tres años: "Ha sido muy bonito vivir las Olimpiadas en la distancia".
El actor no sólo descubrió la resiliencia que requiere un deporte profesional, también la dureza de ser el mejor. "El primer día de entrenamiento me dijeron que me iban a tirar al agua como los bebés, que hiciera cuatro largos para que me vieran la técnica", cuenta. "Al largo y medio no podía más...", ríe. "¿Y se supone que tengo que ser el Maradona del waterpolo?".
El contrato de compromiso de Álvaro con el waterpolo fue más allá de los entrenamientos para la película. Quiso sumergirse tanto en el agua que pasó una semana con el Sant Andreu, equipo de División de Honor masculina: "Pedí que me acogieran allí porque quería ver lo que se vivía en un equipo profesional". "Fue brutal", incide. "Me intenté acercar lo máximo posible a la élite de este deporte".
"Me intenté acercar lo máximo a la élite de este deporte"
Tanto Manel Estiarte como Pedro García Aguado, interpretado por Jaime Lorente, "estuvieron muy implicados en la película", aconsejando a los actores y contando sus vivencias personales al equipo que conformó 42 segundos. "Que Manel se abriera de par en par conmigo fue muy emocionante y también verlos juntos después de tantos años", explica. Álvaro sólo quería que al excapitán de la selección le gustase su interpretación. Hasta que no tuvo la conversación con él después de que viera la película no se ha quedado tranquilo. "Le ha gustado", añade.
La cinta retrata la presión y la exigencia a la que están sometidos los deportistas, centrados durante años en un único y exclusivo objetivo: ganar una competición, alzar un trofeo o hacerse con una medalla. "No es equiparable la presión que puede sentir un deportista profesional a la que puede sentir un actor", explica. "Estar cuatro años preparándose para eso... es tan específico". Álvaro considera que la industria artística ha de lidiar con exigencias en el plano de lo "subjetivo" y destaca la importancia de la "cabeza y la mente" en ambos ámbitos. "Hay carencias en la educación emocional y ahí radica la gestión del fracaso", indica.
"Nos enfocamos mucho en la mirada de fuera, no en la personal acerca de lo que es el éxito". Para él, el triunfo va más allá de una simple victoria. "Lo interesante de 42 segundos es que habla de otro reconocimiento, el personal", concluye.