'Echamos al inquilino que no paga' o 'expertos en desahucios exprés en 24-48 horas'. Internet no esconde la crudeza de los anuncios que prometen acabar con aquellos que encuentran complicaciones para pagar su vivienda. No en vano, en 2021 se produjeron en España 41.359 desahucios, según datos del CGPJ: 10.103 por impago de hipotecas y 28.993 por impago de alquileres. Al día se producen en torno a 100.
En los márgenes, ópera prima de Juan Diego Botto (Buenos Aires, 1975), ahonda en la compleja realidad de aquellos que han de afrontar la pérdida de su hogar y los que luchan para evitarlo. En ella están Azucena -interpretada por Penélope Cruz- y Rafa -Luis Tosar-. La primera es una cajera de supermercado que está a punto de perder su casa, y que además tiene un niño que, presumiblemente, también se quedará en la calle. Eso si no termina perdiendo la custodia. El segundo, un abogado social que quiere impedirlo.
Después de coincidir en las clases de interpretación de la madre de Botto, la academia de Cristina Rota, Penélope y Juan Diego consuman su amistad y su amor por el cine en una película social que se enreda en reivindicaciones y queda coja en su mensaje, pero que vuelve a demostrar que a la intérprete española ningún papel se le resiste.
"A cualquier película que no tiene un género que viene con un poco más de garantía de taquilla se la teme un poco más", afirma la actriz a EL ESPAÑOL. Botto declaró en una entrevista con este medio que le resultó "difícil" financiar el largometraje, además de haber estado seis años conformado su guion e intentando darle salida. "Hemos estado en muchas reuniones que se desinflaban en cuanto escuchaban hablar de desahucios o banco de alimentos", sugería el actor y ahora también director. "Quizá se le teme más al drama, al género social", reitera Penélope.
Azucena se enfrenta a un peligroso juego de malabarismo en el que conjuga un trabajo inflexible, una familia desmoronada y una alerta inminente de desahucio. La madre coraje a la que interpreta Penélope Cruz poco tiene que ver con la Janis de Madres paralelas que le otorgó una Copa Volpi a Mejor Actriz en el Festival de Venecia de 2021.
Aquella, fotógrafa y con un céntrico piso en el Madrid de Malasaña, afrontaba una realidad cosmopolita ahogada en dudas del pasado. El rol de En los márgenes se aleja del glamour que rodea la vida de la actriz, pero ella reivindica un pasado humilde en el que Chanel no era la marca que la vestía para las alfombras rojas, simplemente una firma que vislumbraba en las marquesinas o en las revistas de la peluquería de su madre en la que aprendió a actuar.
"Me he criado conociendo la lucha de mis padres para llegar a fin de mes"
"Viniendo de donde vengo, la manera en la que me he criado y el ambiente en el que he crecido, he visto muchas situaciones cercanas parecidas a las de Azucena", replica. "Incluso más extremas", apostilla. Nacida en Alcobendas en 1974, Penélope reivindica su modesto origen familiar siempre que alguien intenta poner en tela de juicio su posición en ciertas problemáticas sociales. "He conocido la lucha de mis padres por llegar a fin de mes, el esfuerzo que suponía todo, el colegio, el poder ir a unas extraescolares por la tarde para que pudiésemos hacer deporte", enumera.
"La fragilidad de una situación así para mí no era algo extraño o desconocido", indica haciendo referencia a las escenas reales que En los márgenes plasma, principalmente los desahucios en familias "que perdían el trabajo y a los dos meses estaban en la calle".
Excelsa a la hora de poner voz a una mujer quebrada por las deudas y la rutina que absorbe a aquellos que no nadan lo suficientemente deprisa, Penélope evita categorizar el filme con un único adjetivo. "Me da rabia ponerle una etiqueta porque creo que [Botto] ha hecho un 'peliculón' que funciona y que puede tocar el corazón a mucha gente".
¿Hay límites para la empatía?
Junto a Penélope Cruz, un Luis Tosar que interpreta a un abogado social involucrado en comunidades con necesidades vitales que no son cubiertas, ya sea comida, calefacción, gas o una prominente pugna con los bancos para frenar los desahucios. "Es una lucha muy difícil de librar cuando las vidas de tantas personas están en juego", declara el actor a EL ESPAÑOL en referencia al equilibrio entre vida personal y profesional.
La dedicación de Rafa es tal que olvida sus necesidades personales. Su implicación es total con la causa, pero ello hace que su vida se coloque en un segundo plano, a merced de la solidaridad y empatía de su familia."Va más allá de una simple profesión, es tan absorbente como que a la gente están a punto de sacarla de sus casas un día y otro también". Además, "con unas retribuciones muy bajas". Rafa, su personaje inspirado en los abogados que han conocido y cuyos testimonios se narran en la cinta, "está llegando al límite" de una situación en la que "lo personal está cayéndose por todos los lados".
Tanto para Botto, como para Penélope y Tosar, la mirada de las personas que durante seis años han ayudado a dar forma a En los márgenes era la más notoria. "Nos importaba su opinión más que la de nadie", incide la actriz.
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) ha sido una de las asociaciones que más se ha involucrado en el rodaje y la creación del guion -junto con el hispanoargentino y Olga Rodríguez, periodista de elDiario.es y pareja del actor-. La escena de la Asamblea, en la que los afectados por impagos de alquiler o hipoteca reúnen sus ideas y experiencias, cuenta "con cinco o seis actores", los demás son ciudadanos de a pie que expresan con generosidad sus vivencias. "Han confiado en cómo se contaba su historia", concluye Penélope.