En una época en la que los discursos de odio parecen ser cada vez más estridentes, en la que la voz de la intolerancia se personifica en partidos políticos y cada vez más instituciones, se vuelven incluso más importantes y necesarias la memoria y la representación de la diversidad en pantalla.
Casi por casualidad y coincidiendo de una forma que podría considerarlos premeditada con las fechas en las que se celebra el orgullo LGTBQ+ en España -y se reivindican los derechos de un colectivo históricamente apartado y olvidado-, el 25 de junio se estrena Las noches de Tefía en ATRESplayer Premium.
Con motivo del estreno, el creador de la serie y dramaturgo Miguel del Arco, aprovechó para promocionarla y quiso vincular su sinopsis con la actualidad política, haciendo referencia a la entrada de la extrema derecha al poder y, en especial, al despliegue de mensajes que prometen tirar por la borda -o a una papelera- los derechos de las mujeres o del colectivo LGTBQ+.
Un pasado imborrable
En esta nueva ficción española -que es posible que se recuerde como una de las mejores series patrias cuando se acerque el final del año- se viaja atrás en el tiempo a una época en blanco y negro.
"Entre 1954 y 1966 existió un campo de concentración franquista conocido con el eufemístico nombre de Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía, uno de tantos lugares donde el régimen enviaba a los condenados por la ley de vagos y maleantes que, a partir del 54, fue implementada para incluir también a los homosexuales", reza la sinopsis oficial de la serie de ATRESplayer Premium.
Trazando dos líneas temporales diferentes, la serie cuenta cómo Airam Betancor, uno de aquellos presos homosexuales, se vio obligado a recordar los diecisiete meses de trabajo forzado que padeció en la colonia cuando apenas tenía veinte años.
De esta manera, el espectador se adentrará de lleno en un pasado muy reciente -ocurrió hace apenas 50 años- y del que a veces se ha llegado a renegar o del que no se habla lo suficiente, viendo en pantalla y a través de una ficción un recuerdo que sí que es real.
Porque aunque se empeñasen en venderla como algo "diferente" a través del escaparate internacional, España no era un país de anuncio y muchas personas fueron perseguidas y padecieron en lugares similares al campo de concentración de la serie.
Han sido muchas e inmensas las conquistas y los avances que llegaron con la democracia y en tiempo récord, pero no por ello se debe olvidar el camino recorrido, especialmente cuando en el presente llegan tan lejos personas que se aprovechan del progreso para envenenar sus mensajes y lanzar guiños al lado más oscuro y doloroso de nuestro pasado.
['Las noches de Tefía', un espectacular viaje por la memoria histórica]
Apostar por la memoria histórica
A falta de unos días para el estreno y en una publicación de Instagram, Miguel del Arco quiso recordar como una gran parte del proceso creativo de la serie a su padre. Y también a todas las personas que sufrieron para conquistar unos derechos fundamentales para toda la sociedad.
Reivindica que esta conquista no ha terminado y que Las noches de Tefía apuesta de forma arriesgada y muy valiente por nuestra memoria, para que no se siga negando o tapando el horror que vivieron muchas personas durante el franquismo.
“Ahora que se escucha a muchos reivindicar con orgullo vergonzante ese periodo negro de nuestra historia, y que utilizan la libertad que les proporciona la democracia para desplegar lonas publicitarias en las que se tiran a la basura los derechos fundamentales erigidos sobre el sufrimiento atroz de nuestros mayores, es más necesario que nunca conocer lo que sucedió para poder argumentar con las ideas claras y la emoción a flor de piel. Sin dejarse abatir. Hay que asumir que la lucha por los derechos humanos nunca acabará. Toca remangarse y hacer frente”, decía Del Arco.
El creador también reconoce que "Las Noches de Tefía está rodada para no olvidar de dónde venimos", porque para él, es "la única manera de saber adónde queremos ir".