Después de inaugurar el verano con Las noches de Tefía, aterriza en el mes de julio en Atresplayer otro estreno rompedor. Se trata de Zorras, una serie basada en la novela homónima de Noemí Casquet que se estrena el 16 de julio y promete configurarse como una de las novedades más frescas de la plataforma.
La serie pretende apropiarse de la palabra usada a menudo como adjetivo despectivo y misógino, y todo ello a través de personajes como Alicia, una joven con una vida estable en su pequeño pueblo natal, Montgat, que decide romper con todo al encontrar un nuevo trabajo en Madrid. En esta nueva ciudad, con un entorno laboral hostil, deudas e inseguridades, conoce a Diana y Emily, su nuevo grupo de amigas y la única razón que le anima a seguir adelante.
Con motivo del estreno de la serie, SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con Andrea Ros, Mirela Balic y Tai Fati, que hablan sobre lo que implica reapropiarse de los términos para empoderarse, la representación del sexo en pantalla y cómo dejar atrás los tabúes a través de la amistad y la sororidad.
Reapropiarse del término
Aunque la mayoría de las veces se haya utilizado con fines más bien misóginos, las protagonistas de la serie han querido reapropiarse de la palabra, arrebatándole el significado más negativo y transformando este mismo en algo que defina a una mujer empoderada. De hecho, así lo ven también las actrices protagonistas, que han explicado lo que es para ellas "una zorra".
"Para mí ser una zorra es ser una mujer conectada con sus necesidades, que no necesariamente tienen que ser sexuales, sino vitales. Una mujer conectada con lo que quiere y desea", identificó Andrea Ros rápidamente.
Por su parte, Mireia Balić lo conectó con el hecho de "permitirse, que va muy ligado a ser libre y amarse tal y como eres, con todo lo bueno y con todo lo malo. De tener un día en el que te levantas y te hablas mal al espejo, y luego decir: 'tía, no te hables así".
"Pues para mí, ser una zorra es legitimarte, quererte, explorarte y atreverte a dar y recibir un amor", expresó también Tai Fati.
Quiénes son las protagonistas
"Alicia rompe con toda su vida anterior, con una vida monótona. Al final es un poco lo que nos han dicho que 'se supone que nos tiene que hacer felices', esta vida estable, con una pareja estable y monógama... Todo esto que en realidad es un peñazo", describió Andrea Ros, yendo más allá de la sinopsis.
"Se da cuenta de eso y decide probar otras cosas, como 'a ver qué pasa si me escucho', 'a ver qué pasa si pruebo esto', 'a ver qué pasa si me atrevo o no'. Y esto es un poco su modo de vida, decir 'quiero estar viva y despierta todo el rato'", añadió.
"Creo que lo que empodera a Diana es encontrar un lugar donde no es juzgada y poco a poco atreverse a reconocerse a sí misma, explorarse y a autodescubrirse, rompiendo un poco con la estructura social que la rodea. Y también la empoderan sus amigas y la mirada que ellas tienen, poder mirarse desde otro punto", reconoció también Tai Fati.
Finalmente, Mireia Balić quiso ver cómo "Emily vive este viaje en el sentido contrario". Según ella, "se presenta como esta mujer que hace lo que le da la gana y a la que no le importa lo que piensen los demás, y después, gracias a la compañía de sus amigas también, se da cuenta de que sí que te importa lo que piensan los demás. Ella va de libre y en realidad, por dentro tiene que abrazarse y reconstruir ciertos patrones que no le están funcionando".
La situación en España
Una de las cosas que identificaron las actrices protagonistas de la serie fue la necesidad que sigue habiendo de una mayor y mejor representación del sexo en pantalla. Y también supieron ver que en España se suele tener más pudor a la hora de verlo o hablar de él. "Creo que es por dos cosas. Primero, porque tenemos una forma de mirar al sexo como una cosa sórdida, que es en la intimidad y que no se puede hacer bandera de ello. Y también creo que la historia la han contado siempre los hombres blancos y un poco mayores, ¿no?", se preguntó Andrea Ros.
"Es como si de repente se pusieran a hablar las jóvenes y dicen 'Oh, Dios mío, ¿qué ha pasado?'. Ya estábamos ahí haciendo esto mismo, pero hace falta que la gente joven explique su historia, porque parece que los jóvenes no tienen ni idea de nada y que son las personas adultas las que saben un montón de la vida. Y de repente escuchas el relato de la gente joven y te das cuenta de que hay muchas cosas de las que aprender", reconoció.
"Y también es importante mostrar ese sexo tal y como es en la vida real, de verdad, torpe y natural. A veces se nos olvida que todo el mundo follamos. La cuestión cómo lo hacemos, cómo de saludable lo hacemos, si estamos encorsetados, las ganas que tenemos de hacer ciertas cosas...", quiso destacar también Balić.
"El título entra por los ojos desde un lugar que parece que va a ser provocativo y en realidad es muy tierno, muy hermoso y fresco. Y eso es porque es real, porque te ves en ello. Ojalá los chavales y chavalas, los padres y la gente mayor vean esto con ojos de reconocimiento, de espejo y de naturalidad", agregó.
Dejar atrás el tabú
"La sexualidad femenina siempre ha sido tabú", observó Tai Fati, sobre uno de los objetivos que quiiere cumplir la serie: dejarlo atrás y hablar de ella. "Creo que el mensaje que más me gusta de Zorras es poder decirle a las chicas jóvenes que son dignas de placer", respondió Andrea Ros a continuación.
"En nuestra generación nos hemos pasado toda la adolescencia o juventud fingiendo orgasmos, teniendo relaciones no deseadas. Y por eso es importante que resaltemos que el sexo será deseado o no será. Y eso lo tienen que entender las chicas jóvenes. Es maravilloso que sea a través de una serie de ficción, porque el discurso político ya está ahí, pero no todo el mundo llega a eso", continuó diciendo.
"Y también reconocer que todos los cuerpos son dignos y tienen derecho a sentir placer. Todo tipos de cuerpo son dignos de belleza, de placer, de deseo. Estamos muy acostumbrados a ver una estética normativa y Zorras es muy revolucionaria en este aspecto, dejando claro que todos los cuerpos quieren sexo, todos los tipos de cuerpos necesitan sexo y todos se lo merecen", expresó Tai Fati después.
Más sororidad
Entre todos los aspectos positivos, Zorras destaca por la manera en la que representa la sororidad y cómo el grupo de amigas encuentran apoyo las unas en las otras para poder salir adelante dentro de sus propias circunstancias.
"Las mujeres siempre hemos estado salvándonos las unas a las otras. Otra cosa es el relato que se haya contado de que las mujeres se odian o se pelean todo el rato, que es una -vez más- la historia que ha contado un señor blanco. Yo no he visto mujeres contando esa historia", opinó Andrea Ros.
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"Desde mi vivencia, la sororidad siempre ha ocupado mi vida y a mí me gustaría que quedara este mensaje también, de decir 'si estamos juntas es todo mucho más fácil y seguro'. Y que las amigas siempre serán el lugar más seguro de la tierra, de aquí no me muevo".
Sobre este tema, también habló Mireia Balić, revelando algo que ocurrió mientras rodaban la serie. "Ocurrió una cosa muy muy bonita en rodaje. Había ciertas cosas del guion que ya estaban puestas desde un lugar y un mensaje de sororidad, pero entre nosotras había ciertas cosas que quisimos hablar, apretando un poco más la tuerca porque había cosas que no se entendían del todo. Pensábamos que había que aportar un punto más donde se viera cómo dos amigas se comunican, y que sea un mensaje más sano", concluyó.