"Estamos siendo víctimas de una entidad muy codiciosa", dijo Fran Drescher, presidenta del sindicato de actores de Hollywood (SAG-AFTRA), en el apasionado discurso con el que se convocó oficialmente la huelga que ha paralizado la industria audiovisual en Estados Unidos desde el viernes 14 de julio.
"Estoy conmocionada por cómo alegan pobreza", dijo refiriéndose a la alianza de productores de cine y televisión que representa a los estudios y empresas de streaming. "Dicen que están perdiendo dinero a diestro y siniestro, cuando dan cientos de millones de dólares a sus consejeros delegados. Es repugnante. Debería darles vergüenza. Están en el lado equivocado de la historia en este preciso momento".
Drescher, de 65 años, lleva décadas actuando en Hollywood, tanto en televisión como en cine y teatro. Sus palabras y su tono reivindicativo pueden haber sorprendido a quienes la conocen mejor por su marcado acento en la popular serie La niñera, de la que es cocreadora y donde interpretó a la memorable Fran Fine, pero su vida personal la llevó por el camino del activismo y la política desde hace años.
Activismo y política
Drescher es superviviente de una violación y también superó un cáncer de útero que la comunidad médica tardó dos años en diagnosticarle correctamente. Tras estas experiencias se vinculó a la política y fue nombrada Enviada Diplomática para asuntos de la mujer en 2008, durante el gobierno de George W. Bush, a pesar de ser demócrata.
En sus viajes por todo el mundo, apoyó los esfuerzos de diplomacia pública de Estados Unidos, incluida la colaboración con organizaciones sanitarias y grupos de mujeres para sensibilizar sobre cuestiones de salud femenina, concienciación y detección del cáncer, y capacitación y defensa de las pacientes.
Es la fundadora de Cancer Schmancer, una organización sin ánimo de lucro que trabaja para garantizar que los cánceres femeninos se diagnostiquen lo antes posible. Y como líder en la promoción de iniciativas de salud femenina, ayudó a conseguir ante el Congreso la aprobación de la Ley de Educación y Concienciación sobre el Cáncer Ginecológico (Gynecologic Cancer Education and Awareness Act).
En 2008, Drescher apoyó a la senadora Hillary Clinton para la candidatura presidencial del Partido Demócrata. Apoyó a Barack Obama para la reelección en 2012 y en 2017, dijo en una entrevista que era explícitamente anticapitalista.
La presidencia de SAG-AFTRA
Estas experiencias personales y profesionales la llevaron a tomar la decisión de postularse para la presidencia de SAG-AFTRA en 2021. "Se me ocurrió que todo lo que he hecho en mi vida me ha llevado a este momento decisivo", dijo a Deadline antes de la elección.
"He aprendido en mi vida que cuando entras en una situación con mucha esperanza, optimismo e ideas frescas, es más fácil hacer el trabajo que si has sido derrotado, ya anticipando negatividad, o revolcándote en rencillas pasadas", dijo Drescher. "Soy una persona que convierte las experiencias vitales duramente vividas en sabiduría, y son esas lecciones de vida las que aportaré".
Hollywood llevaba preparándose para una huelga de guionistas desde principios de año, pero pocos estudios apostaron porque los actores tuvieran la determinación de llevarla a cabo, ya que su última huelga se produjo en 1980, hace 43 años.
Incluso hubo dudas sobre el compromiso de Drescher entre los miembros del sindicato. Después de que publicara un vídeo junto al jefe de negociaciones del SAG, en el que se mostraba efusiva y optimista con la posibilidad de llegar a un acuerdo con los estudios, más de 1.000 actores, entre ellos Meryl Streep y Jennifer Lawrence, firmaron una carta en la que expresaban su preocupación por no tener en cuenta su voluntad de ir a la huelga.
Para sorpresa de todos, Drescher también la firmó. Su compromiso era total.
También hubo indignación por una fotografía en la que aparecía en un desfile de alta costura de Dolce & Gabbana en Italia días antes de la fecha límite de las negociaciones, donde posó para las fotos con Kim Kardashian. Este asunto lo abordó directamente en la rueda de prensa en la que se convocó la huelga, donde explicó que estaba trabajando como "embajadora de la marca" y que en cuanto terminó su compromiso se reunió con el comité negociador vía Zoom antes de viajar de vuelta a Estados Unidos.
Icono anticapitalista
Ahora es la cara visible de un movimiento sindical a escala nacional. Como dijo en la rueda de prensa "Los ojos del mundo, y en particular los de los trabajadores, están puestos en nosotros. Lo que nos ocurre es importante. Lo que nos pasa a nosotros pasa en todos los ámbitos laborales".
Ese discurso y cada una de sus declaraciones sobre las razones que han llevado al sindicato de actores a la huelga se viralizan inmediatamente. Su pasión la han convertido en un icono anticapitalista, la heroína que no se muerde la lengua ante los jefazos de Hollywood y que no teme llamarles por su nombre.
"Si yo fuera Disney, le encerraría a cal y canto y no le dejaría hablar con nadie de esto", dijo Drescher sobre el presidente de la compañía, Bog Iger, y la entrevista en la que dijo que las peticiones de los sindicatos no son realistas.
"Es tan obvio que no tiene ni idea de lo que está pasando realmente sobre el terreno con gente trabajadora que no gana ni de lejos el sueldo que él gana. ¡Ocho cifras!, es una locura el dinero que ganan, y no les importa si son barones de la tierra de una época medieval", dijo en una entrevista a Variety en un piquete del primer día de la huelga.
Un piquete como el que muchos han recordado en redes este fin de semana, el del episodio La huelga de La niñera, en el que Fran Fine se niega rotundamente a cruzar la manifestación de un grupo de trabajadores en las puertas de un teatro, y le expica a su jefe, productor de Broadway, que es una de las tres reglas que le enseñó su madre:
"Nunca entrar en contacto con un baño público, nunca jamás cruzar un piquete. ¿Cuál era la tercera?... Ah, sí, nunca lleves aceite de almizcle al zoo".
30 años después de la emisión de aquel episodio algunos fantasean con que algún día llegue a la Casa Blanca, como Ronald Reagan, que pasó de presidente del SAG a presidente de Estados Unidos. Mientras tanto, sus compañeros de sindicato saben que nadie los representará mejor ante los ojos atentos de todo el mundo.