Mickey Mouse, creado por Walt Disney y Ub Iwerks en 1928, es un icono de la cultura pop y también forma parte del incomparable legado de Disney, siendo ambas cosas inseparables la una de la otra. La silueta del pequeño ratón es inconfundible y ha protagonizado múltiples historias, tanto en solitario como acompañado de sus amigos.

Pocas mascotas son tan icónicas como Mickey, capaz de encontrar el niño que llevamos dentro y de ser el animal corporativo más famoso. Sin embargo, a pesar de su popularidad, Disney todavía no le ha hecho protagonista de su propia película.

Es cierto que le hemos visto hacer un cameo en algún largometraje e incluso liderar algún cortometraje, pero la compañía aún no le ha dado la oportunidad de ser el centro de la historia en una gran producción. Y existe una razón que lo explica, y que radica en los orígenes del propio personaje.

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Los orígenes de Mickey

Al principio, Mickey no tenía nada que ver con la figura que asociamos a él a día de hoy. De hecho, en realidad era un conejo llamado Oswald, un personaje que fue creado en 1927 y que tenía las orejas negras y caídas y una cara blanca y redondeada. Rápidamente se ganó el corazón del público y tuvo éxito desde el principio, y Universal -propietaria por aquel entonces de Disney- encargó varios cortometrajes.

Conscientes de la popularidad de Oswald, y después de varios conflictos por temas de derechos de autor, Walt Disney y el animador Ub Iwerks acabaron utilizando al personaje como modelo y acabaron creando uno nuevo haciendo que sus orejas fueran más pequeñas, y el cuerpo un poco más grande. Le llamaron Mortimer, aunque se dice que acabó cambiando de nombre a Mickey porque la esposa de Disney odiaba el otro nombre y sugirió uno diferente.

Oswald, el conejo de la suerte y predecesor de Mickey Mouse.

Después de esto, Mickey apareció en dos cortometrajes antes del estreno de El botero Willie, la primera película de animación con música sincronizada y efectos especiales con él como centro de la trama. Tras ese cortometraje llegaron otros, por los que se llegó a decir que Mickey era grosero y obsceno, y que además tenían muchos elementos xenófobos y machistas.

Sin embargo, también eran las primeras señas de identidad de Mickey y los primeros rasgos de una personalidad que ha perdurado hasta hoy.

Una etapa diferente

Mickey Mouse y Pluto en 'Las cosas sencillas' (1953)

Poco a poco, Mickey Mouse se convirtió en un referente para millones de niños y niñas en todo el mundo y, como tal, tenía que ser un buen ejemplo para ellos. Por eso, las payasadas y la actitud más alocada que formaban parte de su carácter al principio tuvieron que moldearse y priorizar otros valores más aceptables como la moralidad y el honor.

De hecho, las travesuras pasaron a asociarse con Goofy y al Pato Donald, que se crearon en 1934 para abrazar, en gran medida, las cualidades que solían asociarse con Mickey y que no acompañan con la personalidad y apariencia de "scout ejemplar" que querían darle.

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Poco a poco se alejó de los focos principales para darle más protagonismo a otros personajes como Bambi o Cenicienta, que sí que tuvieron sus propias películas, y los cortometrajes que antes protagonizaba se volvieron cada vez menos comunes.

Su aparición en la gran pantalla terminaría con Las cosas sencillas (1953) y no volvería a salir en una película hasta treinta años después, en Una Navidad con Mickey (1983).

Apariciones recientes

'Es hora de viajar', el exitoso cortometraje de 2013.

Después de aquella historia navideña, Mickey apareció después en algunas películas como El príncipe y el mendigo (1990) y Mickey, Donald, Goofy: Los tres mosqueteros (2004), pero no llegó a liderar una historia completamente original. Sin embargo, el historiador de Disney, Jim Hill dijo que La búsqueda de Mickey Mouse podría haber sido la primera película, aunque no llegó a salir adelante.

En este largometraje, que fue cancelado, Mickey es secuestrado y todos los personajes se unirán para rescatarlo. Sin embargo, había un problema al tratar de desarrollar un guion que tuviera sentido y que al mismo tiempo permitiera que todos los personajes de Disney tuvieran un cameo. Y por esta razón, se consideró como algo muy ambicioso y quedó al margen.

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Años después, en 2013, se estrenó el cortometraje Es hora de viajar, que combinaba la animación antigua con la nueva y fue muy bien recibido, llegando incluso a estar nominado a un Oscar. Y que, además, traía de vuelta el lado más alocado de Mickey.

Esta producción es lo que explicaría por qué Mickey aún no ha tenido su propia película. Desde siempre, ha sido un personaje demasiado sencillo y que navega mejor en el terreno del cortometraje. Aunque esto no contradice algo innegable: que forma parte de un legado irrepetible.