El 29 de septiembre se cumplieron diez años del estreno de Felina, el final de Breaking Bad, considerado uno de los mejores de la historia de la televisión. Con motivo del aniversario, Vince Gilligan, creador de la serie, concedió una entrevista a Variety en la que reconoció qué cambiaría de ese episodio y cuál fue "la cosa más tonta" que hizo como guionista en esa última temporada.
Al echar la mirada atrás una década después, la percepción general sobre el episodio no ha cambiado para su guionista. "Estoy muy orgulloso de ese episodio, y tengo que subrayar que fue un trabajo de grupo. Conté con guionistas maravillosos y nos esforzamos mucho para que todo encajara".
Sin embargo, hay un detalle que sí habría cambiado. Es algo estético que a alguien le puede sonar superficial, pero Gilligan lo dice sin un ápice de ironía. "Creo que en lo único que nos equivocamos fue en los dientes de Aaron Paul. Son demasiado perfectos. Para un tipo que recibió tantas palizas y fumó tanta metanfetamina, sus dientes no serían tan bonitos. Probablemente le hicimos un flaco favor al país".
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La ametralladora de Chéjov
Aunque la experiencia del espectador viendo Breaking Bad es que cada detalle está puesto de forma premeditada porque las piezas encajan a la perfección, lo cierto es que la sala de guionistas de la serie era un reto porque en cada inicio de temporada tenían que salir del entuerto en el que se habían metido en el final de la anterior. Disfrutaban llevando a sus personajes a las encerronas a las que les llevaba el devenir de la historia confiando en que después encontrarían la forma de salir de allí.
Ese reto, sin embargo, se complicó en la temporada final. "Una de las cosas más tontas que he hecho en mi carrera fue comprometerme con la idea de que Walter White comprara una ametralladora cuando no sabíamos qué iba a hacer con ella", reveló a Variety.
"Al principio de la tanda final de 16 episodios, hicimos que Walt comprara una ametralladora y la guardara el maletero de un Cadillac. Eso fue lo que recuerdo que más nos asustó porque lo hicimos, me comprometí a ello, y no teníamos ni idea de qué iba a hacer con ella".
La ametralladora de Chéjov tuvo al equipo dándole vueltas al tema durante meses. "A veces estábamos un día entero en la sala de guionistas y yo me golpeaba la cabeza contra la pared. No tanto como para hacerme daño, pero sí lo suficiente como para soltar las ideas. Y todo el mundo estaba preocupado por mí".
"Es sorprendente lo poco que sabíamos", confiesa Gilligan. "Hubo un poco de arrogancia de mi parte pensando que lo resolveríamos. Faltaban seis o siete episodios para el final y aún no habíamos descubierto adónde íbamos con la ametralladora. Recuerdo que dije: "Sólo por un experimento mental, hagamos de cuenta que nunca hicimos eso de la ametralladora".
"Un día todo empezó a encajar", continua Gilligan. "Walt lo ha perdido todo por su arrogancia, su orgullo y su ego. Ha perdido a su familia, ha perdido su alma. Pero tiene que ganar en algún nivel. Al menos tiene que entregar ese dinero a su familia. ¿Cómo diablos lo hace una vez que el mundo sabe quién es en realidad? Cuando descubrimos que Gretchen y Elliott podían ser el mecanismo por el que Walt ganara y entregara ese dinero a su familia, fue un buen día".
Su próxima serie
Con la huelga de guionistas finalizada, los equipos han vuelto a abrir las salas de guionistas, entre ellas las de la siguiente serie de Vince Gilligan, un proyecto de ciencia ficción protagonizado por Rhea Seehorn (Better Call Saul), que recibió el encargo directo de dos temporadas en Apple TV+.
"Tiene un elemento de ciencia ficción, en su núcleo. También se desarrolla en Alburquerque, pero no hay crimen, ni metanfetamina. Va a ser divertido y diferente. No sé cómo reaccionará la gente, si les encantará o la odiarán, o si se quedarán en un punto intermedio. Pero sé que es una historia que me interesa, y Rhea interpretará un personaje muy diferente a Kim Wexler", adelanta el creador.
Aunque afirma que cuando se convocó la huelga ya tenían casi toda la temporada escrita solo a falta del episodio final, Gilligan no ha querido revelar mucho sobre la trama. "El mundo cambia bruscamente en el primer episodio, y luego es muy diferente. Es el mundo moderno, el mundo en el que vivimos, y es de esperar que las consecuencias que eso acarrea den para mucho drama en episodios posteriores".
La nueva serie ha sido descrita como un drama de género mixto y también se ha comparado con The Twilight Zone, porque se ambienta en nuestro mundo mientras este se modifica, y además se centra en las personas, explorando la condición humana de una manera inesperada y sorprendente y combinando el tono característico de Gilligan tan dramático y divertido al mismo tiempo.