La rueda de 'Griselda' con Sofía Vergara, ejemplo de cómo Netflix usa a los medios como meros altavoces
La presencia de la actriz en España ha demostrado el poder que tiene la plataforma a la hora de controlar el relato de sus promociones.
13 enero, 2024 01:25Noticias relacionadas
Este pasado martes 9 de enero tuvo lugar la rueda de prensa de Griselda, la nueva miniserie de Netflix, que llega a la plataforma este 25 de enero. A lo largo de sus seis episodios, la ficción narra el auge y caída de la llamada “Madrina de la Cocaína”. Protagonizada por Sofía Vergara, en uno de sus primeros papeles dramáticos, la presentación de la producción ha recordado un detalle importante: Netflix tiene un máximo control del relato de la promoción de sus títulos.
A pesar de lo muy comentada que fue la entrevista que tuvo la actriz colombiana con Pablo Motos en El Hormiguero, lo cierto es que la intérprete no se ha salido del guion en el resto de la promoción en Madrid. Y es que todo, absolutamente todo lo relacionado con Griselda, ha girado en torno a la brutal transformación de Vergara, a las largas horas que debía pasar por maquillaje y peluquería o la divertida anécdota de cómo el director de la miniserie, Andrés Baiz, le enseñó a fumar y a ‘consumir cocaína’ a los 50 años.
Es habitual que los medios convocados a ruedas de prensa sean mayores que los que tienen luego entrevista personal. Sin embargo, ha sido tan escaso el número de personas que han accedido a los junkets (que no dejan de ser entrevistas cortas de entre 5 y 10 minutos) que ha llamado poderosamente la atención. El objetivo estaba muy claro: lograr mantener el relato y que la promoción siguiese con un guion en el que no había margen para otra cosa que no fuese la miniserie.
De esta manera, la rueda de prensa fue una puesta en escena más. Conducida por Nerea Pérez de las Heras, contó con la presencia del director de la ficción, Andrés Baiz; de uno de los productores, Eric Newman, y de Sofía Vergara, quien también ejerce de productora de la miniserie que ella misma protagoniza. Por supuesto, como sucede en la mayor parte de este tipo de coberturas, las preguntas de la presentadora estaban enfocadas en el producto, en esas líneas de promoción que han estado presentes en cada intervención de la actriz.
Que el periodismo no impida una buena promo
Se volvió a hablar de la transformación de Vergara, de las horas de maquillaje y caracterización, de lo que tuvo que aprender a hacer la actriz para meterse en la piel de Griselda. Hubo alguna reivindicación idiomática, en la que se señalaba lo importante que era que este proyecto se rodase en español, de contar con talento latino. Pero, una vez más, nada fuera de lo convencional y dentro de la campaña de promoción.
Y eso fue lo que sucedió posteriormente en la ronda de preguntas con la prensa. Dado el escaso número de medios que ha tenido acceso a una entrevista a solas con Sofía Vergara; parecía lógico que se dejasen hacer varias preguntas. Sin embargo, sólo se le permitió a cuatro de los asistentes a la rueda de prensa y las cuatro preguntas fueron relativas a la promoción.
No se dejó margen para preguntar, por ejemplo, por algo tan banal como la experiencia de grabar con Karol G (algo que, por cierto, hubiera entrado dentro de lo puramente promocional). Tampoco hubo espacio para preguntar sobre si había demasiadas producciones inspiradas en narcotraficantes o si hubo inspiración alguna en Narcos o el spin-off, Narcos: México. Tampoco se hicieron preguntas incómodas sobre si la ficción, al crear empatía hacia una mujer condenada por narcotráfico y asesinatos en segundo grado, se corría el riesgo de blanquearla. Por supuesto, cero preguntas sobre la muy comentada entrevista que tuvo con Pablo Motos un día antes, a pesar de ser un hecho noticioso por la repercusión que generó.
No se hizo nada fuera de guion, siendo Griselda el ejemplo perfecto de cómo Netflix maneja las campañas de promoción de sus productos, en los que se busca minimizar lo máximo posible cualquier pregunta alejada de lo que se vende (por muy banal que sea). Por supuesto, esto no es algo exclusivo de la plataforma, sino un método cada vez más común y que ha ido a más tras la pandemia del COVID-19, en el que muchas ruedas de prensa y junkets comenzaron a ser virtuales.
Los medios como mero altavoz promocional
Por ejemplo, en junio del año pasado, Variety no tuvo reparos en publicar una noticia en la que declaraba que Netflix sólo le daba cuatro minutos para poder entrevistar al talento de la sexta temporada de Black Mirror. Por supuesto, en un espacio de tiempo tan corto, hay muy poco margen para poder hacer una entrevista fuera de lo que es promocional. Por supuesto, no es el único caso y, especialmente en entrevistas virtuales, este tipo de situaciones son más que frecuentes (eso sin contar con ruedas de prensa en las que no se le da turno de palabra a los medios asistentes, funcionando como meros bultos).
Por supuesto, esto es lícito de hacer. Ahora bien, la pregunta que surge es: ¿vale la pena cubrir una rueda de prensa en la que sólo se dejan hacer cuatro preguntas? En este sentido, más de un comunicador se ha quejado en redes sociales de cómo una invitación a este tipo de eventos se vende como un favor condescenciente que se le hace a la prensa, confundiendo periodistas con fans. Y es que, para Netflix, tener de cerca a un rostro como Vergara es una especie de premio. Eso sí, también es verdad que dejar que los medios hagan más preguntas puede provocar que se pierda el relato, que no se hable sólo de la promoción. Y si hay algo que prima actualmente es saber llevar la narrativa.