Si hay algo por lo que Netflix ha conseguido millones de suscriptores en todo el mundo en los últimos años ha sido por la gran variedad de películas con las que cuenta en su catálogo. La plataforma no solo ha ido añadiendo a su lista filmes de producción propia, sino también películas estrenadas en el cine e incluso grandes clásicos, como es el caso de algunas como Tiburón, Salvar al soldado Ryan, Gladiator o El precio del poder.
Sin embargo, estas no son las únicas películas clásicas que el gigante de las plataformas de streaming cuenta en la actualidad en su catálogo para los suscriptores de España. Hay una película que lleva meses disponible con la suscripción de Netflix y que es toda una joya audiovisual que hay que ver una vez en la vida. Se trata, nada más y nada menos, que de El paciente inglés.
La película, dirigida por Anthony Minghella y basada en el libro de Michael Ondaatje, se estrenó en el año 1996 y se ha convertido ya en todo un clásico. De hecho, el filme se ha convertido en una de las películas más galardonada en los Premios Óscar, consiguiendo un total de nueve estatuillas en algunas categorías como Mejor Película, Mejor Director (Anthony Minghella), Mejor Actriz de Reparto (Juliette Binoche) y Mejor Fotografía (John Seale).
Además, la película ganó también algunos premios en los Globos de Oro, como el premio a Mejor Película y en los BAFTA, con premios como el de Mejor Película o Mejor Actriz de Reparto.
La película, basada en la novela homónima de Michael Ondaatje, se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial, concretamente en los últimos días del conflicto. Conde László de Almásy, interpretado por Ralph Fiennes, es un hombre que ha resultado herido y tiene que ser atendido en un monasterio italiano convertido en hospital por una enfermera canadiense llamada Hana.
A partir de ese momento, y a pesar de que su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, el protagonista irá contando a la enfermera la trágica historia de su vida.
El filme, dirigido por Anthony Minghella y protagonizado por actores de renombre como Ralph Fiennes, Juliette Binoche, Kristin Scott Thomas o Willem Dafoe, entre otros, trata diferentes temáticas como el amor, la traición, la memoria, el olvido y la devastación de la guerra. Con el paso de los años, la película se ha convertido en todo un clásico aclamado por la crítica.
A pesar de que la película está basada en la novela homónima de Michael Ondaatje, que ganó el Premio Booker en 1992, la adaptación ha realizado varios cambios en la trama y los personajes. Además, existen varias curiosidades en torno a la película. Una de las más anecdóticas es que Ralph Fiennes, quien interpreta al protagonista, rechazó en un primer momento el papel.
Sin embargo, esta no es la única curiosidad de la película. Juliette Binoche tuvo que aprender a hablar inglés con acento canadiense para meterse en el papel de la enfermera Hana. Y el protagonista, Ralph Fiennes, se vio obligado a perder aproximadamente 18 kilos para interpretar el papel de Conde Almásy.
Hay que tener en cuenta, además, que el personaje principal, Conde Almásy, está inspirado en una figura histórica real, el explorador húngaro László Ede Almásy. Sin embargo, en la película decidieron hacer algunos cambios respecto al personaje. El filme contó con un presupuesto de 27 millones de dólares y logró recaudar casi 232 millones de dólares.
Además, los directores decidieron rodar las escenas en dos ubicaciones. La primera de ellas, Túnez, donde se grabaron todas las secuencias del desierto, y la segunda Italia, donde se grabaron en varias localidades del país todas las escenas que ocurren en el monasterio y los alrededores.
La película tiene una duración de 2 horas y 40 minutos y, en la actualidad, está disponible con la suscripción de Netflix. El filme se ha convertido ya en uno de los más aclamados de la historia del cine. Janet Maslin, del The New York Times, le dio a la película cuatro estrellas de cuatro, destacando la dirección de Anthony Minghella y la belleza visual de la obra. Además, llegó a definirla como "épica, romántica y magnífica".
Por el contrario, ha habido otros expertos que han criticado la película por su duración o por ser "pretenciosa" y excesivamente melodramática en ciertos puntos. A pesar de todo, El paciente inglés es uno de esos clásicos que hay que ver una vez en la vida.