Los niveles de expectación que ha generado la última película de Pedro Almodóvar son muy altos, especialmente tras su paso por el Festival de Venecia, en el que ha sido galardonada con el León de Oro. La habitación de al lado es el primer filme en inglés el cineasta manchego y después de este triunfo, se estrenará en cines el próximo 18 de octubre.
Está protagonizado por Julianne Moore y Tilda Swinton y sigue a dos mujeres que fueron muy amigas en su juventud. Ambas trabajaban en la misma revista, pero una de ellas acabó convertida en novelista de autoficción y la otra comenzó a trabajar como reportera de guerra. Las circunstancias de la vida las separaron y, después de muchos años sin tener contacto, vuelven a encontrarse en una situación extrema, pero extrañamente dulce.
Aunque la película marque varios hitos en la carrera de Almodóvar, que ya es un director legendario en nuestro país y en todo el mundo, lo cierto es que el director ha querido permanecer en España para rodar su última película.
Concretamente, el rodaje de La habitación de al lado transcurrió en la casa Szoke, uno de los edificios más icónicos de San Lorenzo de El Escorial, aunque sin llegar a eclipsar al imponente monasterio que mandó construir Felipe II.
Construida entre 2018 y 2020 a partir de los planos de los arquitectos María José Aranguren y José González Gallegos -los miembros fundadores del estudio Aranguren + Gallegos-, la casa Szoke es el escenario principal de la película y sirve para situar la historia en Nueva York y en el bosque de Woodstock. Aunque en realidad la historia no salió de las fronteras españolas.
Según ha reseñado la revista Arquitectura Viva, "es precisamente en un enclave especial de este paisaje a medias natural y a medias artificial -el llamado bosque de La Herrería en la ladera sur del monte Abantos- donde se sitúa esta casa, que se encastra en el terreno a lo largo de un eje norte-sur y se fragmenta en pequeños volúmenes para atenuar su presencia en el delicado paraje. El trabajo con la escala es una de las maneras en las que la construcción dialoga con el entorno; la otra es la búsqueda de las orientaciones favorables".
Por otra parte, se ha descrito cómo "de un lado la casa se abre al sur para aprovechar la radiación solar durante los largos inviernos, del otro se quiebra hacia el noreste en busca de las brisas suaves y frescas que provienen del bosque y que durante el verano irrumpen en las estancias con su agradable olor a pino".
Teniendo en cuenta que las localizaciones ejercen un papel fundamental a la hora de situar una historia, la casa Szoke es sin duda alguna el lugar ideal para sumergirnos en el relato que propone el director, en parte por ser un enclave fantástico rodeado de verde y también por su fantástica biblioteca. Fuera lo que fuera lo que llamase la atención de Almodóvar a la hora de escogerla, es un hecho que este edificio ya forma parte de una trayectoria artística legendaria.