Urgencias es la segunda serie con más nominaciones a los premios Emmy, solo por detrás de Juego de tronos. De las 184 que recibió, siete de ellas fueron como mejor serie dramática en sus primeras siete temporadas, estatuilla que ganó en su segundo año, en el que también fue la serie más vista en Estados Unidos, por delante de Friends.
Una década antes del estreno de Anatomía de Grey hubo una serie con desastres naturales, accidentes de avión, apagones, apuñalamientos, ataques terroristas y hasta muertes por helicópteros caídos del cielo. Cuando NBC estrenó Urgencias, nadie apostaba por su continuidad, pero esta serie médica conquistó al público de inmediato y pasó a la historia como el primer gran drama de la televisión.
30 años después de su estreno (19 de septiembre de 1994) y 15 de su final (2 de abril de 2009), este es un buen momento para conocer los primeros pasos de esta gran serie, las dudas que había alrededor del proyecto en un inicio y las claves que la convirtieron en un drama de prestigio años antes de que se hubiese acuñado el término.
Un guion ignorado 20 años atrás
A principios de los años 70, Michael Crichton escribió el guion de una película basada en sus experiencias después de terminar sus estudios de medicina en Harvard, pero el guion acabó confinado en un cajón porque en aquella época, triunfaba la serie Marcus Welby M.D., protagonizada por un médico perfecto y ejemplar.
La historia de Crichton sobre doctores con addiciones, enfermeras con intentos de suicidio y niños maltratados era demasiado oscura y, sobre todo, demasiado adelantada a su tiempo.
Décadas después, cuando el escritor estaba trabajando con Steven Spielberg en la adaptación de su novela, Jurassic Park, el cineasta recordó ese guion que había leído años atrás y le dijo a Crichton que tenía potencial para una serie de televisión que él podía mover con Amblin Entertainment, su productora.
Cuando el respaldo de Spielberg no es suficiente
Se asociaron con el estudio de Warner Bros, con Les Moonves liderando las negociaciones y se pusieron manos a la obra el mismo verano en el que Jurassic Park era un éxito. Con dos de los nombres más en boga en Hollywood vinculados al proyecto fue fácil que les abrieran las puertas de las cadenas, pero no bastó con entrar para cerrar el trato.
Finalmente, Warren Littlefield, presidente de NBC, les ofreció rodar un piloto de dos horas y un encargo de seis episodios, con la promesa de pago de una penalización si finalmente la cadena decidía no emitir más allá del primero.
Solo había una condición, tenían que cambiar la localización de la serie, ambientada en Boston, porque NBC ya tenía St. Elsewhere, otro drama médico que se desarrollaba en la misma ciudad. Pero cuando todo parecía ir sobre ruedas, Littlefield cambió las condiciones de la oferta inicial: ahora solo querían el piloto y si la serie no recibía luz verde no habría pago por penalización.
Estuvo a punto de no rodarse
Tal como explica Bill Carter en su libro Desperate Networks, Les Monvees, molesto por este giro, decidió mover el proyecto a CBS. El guion les encantó, pero había un problema: ese otoño estrenarían Chicago Hope de David E. Kelley, también un drama médico y en la misma ciudad.
Se habían ido de NBC, CBS no quería dos series que compitieran entre sí, ABC no tenía hueco en su parrilla y en aquella época FOX aún no emitía en el horario de las 22:00, el perfecto para la serie.
Entonces, solo había cuatro cadenas, así que Littlefield volvió a NBC con el rabo entre las piernas y aceptó sus condiciones: rodar un episodio doble que si finalmente no recibía luz verde como serie se emitiría como una TV Movie. El coguionista y productor a cargo sería John Wells (Shameless).
El estilo realista marcó la diferencia
El guion original tenía 180 páginas y más de 100 personajes, por lo que Wells empezó a retocarlo. Para ajustar el presupuesto sabía que tenían que rodar en tiempo récord. Contrató a Rob Holdcomb, con quien había trabajado en China Beach, para dirigir el piloto: "necesitamos una steadycam", le dijo el director. Así nacería el característico estilo de la serie.
Por las reuniones con CBS, Wells ya sabía que Chicago Hope sería su competencia directa, así que se hizo con una copia del guion de su primer episodio. Rápidamente entendió que para diferenciarse de la serie que iba a protagonizar Mandy Patinkin tenía que intentar ser lo más realista posible. Tenían que meter al espectador de lleno en el caos y el ritmo frenético de la vida del área de emergencias de un hospital.
Confiaron en la inteligencia del espectador
Para conseguirlo se decidió que los personajes usarían términos médicos en los diálogos de forma natural y sin explicarlos, porque en teoría sabían de qué estaban hablando, y en situaciones de vida o muerte no hay tiempo para la exposición.
Wells confiaba en la inteligencia del espectador: aunque no supieran exactamente cuáles eran los detalles de un procedimiento concreto, sí entenderían lo que había en juego.
También añadió una historia romántica entre el doctor Doug Ross y la enfermera Carol Hathaway. "Toda serie dramática tiene algo de culebrón, porque eso es lo que engancha a la audiencia, lo que hace que vuelvan cada semana", reconocería más tarde en el libro Top of The Rock que escribió Warren Littlefield sobre su época en NBC.
Un elenco memorable
Anthony Edwards, para el papel de Mark Green, fue el primer fichaje. Había salido en Top Gun y era el actor más conocido cuando empezó la serie. Su audición fue tan emocionante, que hizo llorar a David Nevin, uno de los productores. Al menos, así lo cuenta él mismo en el libro de Littlefield.
Cuando Juliana Margulies hizo la prueba para Hathaway tenía un papel en Homicide. Rodó el piloto de Urgencias solo porque sabía que moría al final del episodio. Cuando la serie recibió luz verde y se decidió que volviera (al público que vio el piloto antes del estreno le encantó su personaje) tuvo que elegir entre ambas series. Su decisión fue la correcta: en 1995 ganó su primer Emmy.
A Eriq LaSalle le encantó el guion cuando se lo envió su representante, pero no veía claro cuál era el papel para el que tenía que hacer la prueba. Llamó a su representante y le dijo: "¿cuál es el personaje negro?", "el doctor Benton", le respondió. No podía creer que tuviera esa oportunidad en sus manos porque era su personaje favorito. Bordó la audición.
La serie que hizo famoso a George Clooney
En aquel momento, George Clooney solo había hecho episódicos en series como Se ha escrito un crimen o Rosseane. Según cuenta Wells, el actor le rogó que le diera un papel. El showrunner explica que Clooney conocía a todas las asistentes en el lote de Warner Brothers, "les daba flores, bombones, era un galán con ellas, así que siempre sabía cuándo había castings y para qué papel".
Su compañero Noah Wyle dijo sobre Clooney que "se conocía el mundo de la tele al derecho y al revés, para entonces ya había rodado 20 pilotos que nunca vieron la luz. Yo no quería hacer tele, me presenté al casting porque me dijeron que era una peli de Crichton. Afortunadamente lo hice".
Un plan de rodaje temerario
Tenían un guion de 160 páginas y 17 días para rodarlo. El plan de rodaje era temerario: para cumplirlo tenían que rodar 12-13 páginas al día, más del doble de lo habitual en televisión.
Los cambios más significativos con respecto al guion original eran la duración (20 minutos menos para poder encajarlo en la parrilla de programación de dos horas con publicidad), la introducción de la relación entre Ross y Hathaway, que Lewis era mujer (Sherry Stringfield) y que Benton era negro. Por lo demás, era básicamente la historia que había escrito Michael Crichton.
Por la falta de tiempo y de presupuesto, no podían permitirse construir un decorado, así que rodaron en una instalación del Linda Vista Hospital de Los Ángeles, que había cerrado a principios de los 90. Lo ambientaron un poco, consiguieron la steadycam que les permitiría rodar en tiempo récord y se lanzaron a la aventura.
Cuando el piloto estuvo listo llegó el temido momento de enseñarlo al estudio y la cadena. Don Ohlmeyer, presidente de la división de la costa oeste de NBC lo odió: "Mucha sangre y mucha jerga. Nadie verá Urgencias. Hay muchos personajes y nada tiene sentido", aseguró el ejecutivo en una frase que ha pasado a la historia.
Pero el público en los test screenings (pases previos al estreno en los que los asistentes responden a un cuestionario para valorar qué le gustará a los espectadores y qué no) opinó lo contrario. La respuesta fue tan positiva que los responsables de la serie pensaron que eran trabajadores de Warner Bros., así que repitieron las proyecciones dos días después. Fue el puntaje más alto que había recibido cualquier piloto hasta entonces.
El éxito inmediato, Tarantino y un episodio en directo
El lunes 19 de septiembre de 1994 se emitió el piloto de dos horas. Volvió a programarse el jueves de la misma semana a las 22:00, compitiendo con Chicago Hope, el gran y temido estreno de CBS. Urgencias atrajo 24 millones de espectadores y un 42% de share. La serie de Mandy Patinkin reunió menos de 15 millones.
La serie se hizo popular desde el inicio. A las seis semanas ya protagonizaba portadas de revistas y hacía que pacientes llamaran en masa a sus médicos preguntando por enfermedades y procedimientos que habían visto en el episodio de Urgencias la noche anterior.
Muestra de su popularidad es que el penúltimo episodio de la primera temporada (Motherhood, 1x24) lo dirigió Quentin Tarantino, fan declarado de la serie, que venía de su estreno en los Oscar con Pulp Fiction, película con la que ganó el premio al mejor guion ese año.
Urgencias fue la segunda serie más vista en Estados Unidos en su temporada de estreno, solo por detrás de Seinfeld, que estaba en su mejor época. Al año siguiente le arrebató a la comedia de NBC el primer puesto y se mantuvo en el top 3 de las series con más audiencia durante ocho años, siendo lo más visto en dos ocasiones más.
Por sus 331 episodios, hasta su final en abril de 2009, pasaron actores como Linda Cardellini, John Stamos, William H. Macy, Sally Field, Stanley Tucci, Alan Alda o Kristen Dunst. Hicieron experimentos, como Ambush, el 4x01, un episodio que no fue pregrabado, sino interpretado y emitido en directo.
También revolucionó con su estilo la forma de hacer series. La cámara en mano con largos planos secuencia y coreografías milimetradas no eran lo habitual en los años 90. Puede que se asocie el walk and talk con El Ala Oeste de la Casa Blanca, pero empezó en los pasillos de este hospital ficticio de Chicago. Urgencias es historia de la televisión. Y de la televisión que hizo historia.
'Urgencias' está disponible en HBO Max.