Una década antes de adaptar (con éxito) La amiga estupenda, Saverio Costanzo había intentado conseguir los derechos de adaptación de La hija oscura, el cuarto trabajo de Elena Ferrante, pero después de decenas de emails intercambiados a través del agente de la autora italiana, y de enviarle varios borradores de guion, no consiguió convencerla de que le cediera los derechos.

En 2018, la actriz Maggie Gyllenhaal contactó a Ferrante con el mismo propósito. Le dijo que se había sentido profundamente conectada con su novela y le expresó su deseo de contar esa historia manteniendo la esencia emocional y compleja del libro. Ferrante aceptó cederlo los derechos de adaptación pero con una condición: además de escribir el guion debía dirigir la película, si no consideraría anulado el contrato. 

Gyllenhal nunca había dirigido antes, pero había convencido a la autora con su visión y sensibilidad. Además, para Ferrante, era importante que otra mujer tomara las riendas de esta historia, ya que quería que su obra fuese reinterpretada desde una perspectiva femenina y personal. 

Mantuvieron correspondencia a lo largo del proceso de adaptación, y la autora le proporcionó a Gyllenhal notas sobre el guion, pero animándola a hacer suya la historia, porque confiaba plenamente en ella. 

Tuvo buen ojo. La que sería la primera película de la actriz como guionista y directora se estrenó tres años después, en septiembre de 2021, en el Festival de cine de Venecia, donde consiguió el beneplácito absoluto de crítica y público, además del premio al mejor guion de esa edición. En la edición de los Oscar estuvo nominada en las categorías de mejor guion adaptado, mejor secundaria y mejor actriz protagonista.

De qué va

Durante sus vacaciones de verano en Grecia, Leda (Olivia Colman) se obsesiona con Nina (Dakota Johnson) una mujer joven a quien ve desde lejos en la playa con su hija pequeña. Su imagen que evoca recuerdos de la época en la que tenía su misma edad (Jessie Buckley interpreta a Leda joven), cuando lidiaba con los retos de la maternidad y la crianza de sus dos hijas. 

A partir de ese momento se produce un juego constante de dualidades que funcionan como espejo y contrapunto, con las que poco a poco se va revelando el origen de la melancolía de Leda. De un sentimiento de culpa que creía superado. Una culpa compleja y muy contradictoria.

La adaptación de Maggie Gyllenhaal ha sido elogiada por su complejidad emocional y su visión introspectiva de la maternidad, basada en las luchas internas más que en los conflictos externos. También porque al igual que Ferrante, no juzga a sus personajes ni intenta justificarlos. Y su dirección es sólida, demuestra tener voz propia e intención en cada decisión creativa.

En cuanto a las interpretaciones, las tres actrices, Colman, Buckley y Johnson están extraordinarias y hacen un trabajo íntimo, sutil, profundo y lleno de matices. Sin duda, una gran adaptación de la magnífica y compleja obra de Elena Ferrante y una de las películas más excepcionales de los últimos años. Imprescindible.